Un suboficial de la Policía de Santa Fe, quien figuraba en el sistema de Protección al Testigo provincial por denunciar a otros uniformados con nexos con el narcotráfico, fue asesinado a balazos en el barrio Yapeyú, ubicado al norte de la capital de la provincia. Funcionarios del gobierno de Santa Fe salieron a desmentir una vinculación del crimen con la denuncia que había realizado el sargento Pablo Cejas y sostuvieron que se trató de “un claro caso de violencia interpersonal”, lo que en sí mismo constituye una obviedad.
Cejas murió tras recibir siete balazos. El lunes a la noche, los policías que encontraron el cadáver del sargento en plena calle del barrio de Yapeyú indicaron que Cejas conservaba su moto y todas sus pertenencias, por lo que los investigadores descartaron la motivación del robo.
“Por el lugar en donde se produjo el hecho y por las puntas investigativas que tenemos se trataría de una cuestión personal, una pelea, una discusión, alguna bravuconada con una o dos personas que terminaron ultimándolo”, aseguró Rolando Galfrascoli, subsecretario de Política Criminal y Policías Especiales de Santa Fe, e interesado en evitar que se suponga una vendeta. Cejas había ingresado el año pasado al Programa de Protección al Testigo del Ministerio de Seguridad provincial luego de ser atacado en varias oportunidades. El policía había declarado ante la Justicia y denunciado públicamente vínculos agentes de seguridades y narcotraficantes.