El tercer título mundial obtenido por la selección desató una amplia fiesta popular que se extendió por casi dos días. Acompañando los festejos, el Gobierno nacional decretó un feriado para que el día martes, cuando llegaban los jugadores al país, su pueblo pueda encontrarse con ellos. 

La liturgia se vio nublada por la incapacidad de organizar un operativo de seguridad que permitiera encauzar la caravana a través de la marea de millones de personas que esperaban a la selección nacional. Más allá de los fallos organizativos, ya desde temprano hubo voces que se oponían a los festejos y criticaban el feriado mundialista por motivos económicos.

Uno de ellos fue el expresidente Mauricio Macri que luego de dejar sus labores por casi un mes para viajar a Qatar a ver el Mundial, no tuvo contemplaciones hacia sus compatriotas que querían festejar por lo menos un día. “Poco feliz, incoherente y antifederal”, fue su calificación del feriado. 

Distintas cámaras empresariales también plantearon su disgusto y una consultora de una universidad privada le puso un número a las pérdidas ocasionadas por el feriado. “Argentina dejó de producir 502 millones de dólares por el feriado mundialista”, señaló con supuesta precisión un informe de la UADE difundido a los principales medios del país.

Costos

El número de las pérdidas no surge de una medición real del efecto del feriado mundialista sino de tomar el costo de otros feriados y suponer un impacto similar valuado a dólar oficial, que incrementa el valor de las pérdidas en dólares respecto a las demás cotizaciones. 

Es un análisis no del todo correcto si se tiene en cuenta que el mundialista fue un feriado particular. Por un lado, mucha gente se hubiera ausentado de sus actividades para recibir a la selección con o sin feriado. Por el otro, muchos comercios hubiesen cerrado las puertas igualmente ante el caos reinante en las calles. 

De manera similar, gran parte del transporte se hubiera paralizado en los hechos y muchos no hubiesen podido asistir normalmente a sus trabajos en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. Por otra parte, a diferencias de otros feriados, el movimiento de turismo fue menor y, por el contrario, la venta callejera y la producción de artículos vinculados a la selección nacional se vieron estimulados.

Más allá de esas particularidades, la mayor parte de las pérdidas son recuperables, tal como menciona el mismo informe. Quien no compró regalos para las fiestas ese día, podrá hacerlo al siguiente, por lo que la mayor parte de las ventas comerciales se irán recuperando con el pasar de los días. 

También puede recuperarse gran parte de la producción industrial que haya debido paralizarse, incrementando los ritmos de producción de los días siguientes. De hecho, muchas actividades venían alicaídas en las últimas semanas, por lo que la capacidad productiva no estaba siendo utilizada al máximo. 

Por otro lado, muchas actividades fuera de Buenos Aires continuaron trabajando, por lo que el costo del feriado fue a lo sumo en los casos de empleo bajo convenio una transferencia de ingresos desde los empresarios hacia sus trabajadores que recibieron plus salarial por trabajar un feriado.

@AndresAsiain