Este miércoles Europa fracasó en la misión de enviar su primer cohete comercial, el Vega C, al espacio. Todo pasó muy rápido porque solo a dos minutos y medio después del lanzamiento que se llevó adelante en la base de Kurú, en la Guayana francesa, con dos satélites de observación de la Tierra de Airbus ya no había más nada que hacer.
El lanzamiento se dividió en diferentes etapas que se debían cumplir para que todo saliera perfecto. Primero el cohete logró despegar con normalidad a las 22.37 hora local, pero a los pocos minutos, justo cuando comenzaba la segunda etapa, empezaron las fallas . “Hubo una repentina caída de la presión”, explicó el jefe técnico de Arianespace, Pierre-Yves Tissier.
A tan solo 7 segundos de esa fase y 144 después del lanzamiento los desperfectos técnicos arribaron en un “fallo en varias unidades electrónicas”, confirmó el jefe técnico, en una conferencia de prensa que dio para contar lo sucedido. Inicialmente el vuelo estaba previsto para el 24 de noviembre pero fue aplazado un mes debido a un elemento defectuoso.
Diez minutos después del despegue, la trayectoria del lanzador se desvió de la ruta prevista, y luego los datos dejaron de llegar a la sala de control del Centro Espacial de Kourou.
"La misión está perdida", declaró el presidente de Arianespace, Stéphane Israël, desde la Guayana Francesa. Por eso con la misión convertida en un fracaso los responsables tomaron la decisión de poner un fin, enviaron la orden de autodestrucción y fue cumplida por el cohete. Los restos y la carga cayeron en zona marítima internacional en “forma segura y sin causar daños”, declaró Tissier.
Ahora lo que les queda a los técnicos es analizar qué fue lo que pasó, por qué no funcionó, por eso recuperaron todos los datos técnicos buscando alguna explicación de la tan estrepitosa pérdida de la misión. En este sentido el consejero delegado de Arianespace aseguró: "Una comisión independiente de investigación se reunirá inmediatamente".
Lejos de tener una fecha definida de nuevo lanzamiento, Arianespace y la ESA junto con expertos independientes dirigirán la comisión con el objetivo de garantizar el retorno seguro y fiable de los vuelos Vega C. Las esperanzas no están del todo perdidas porque Israel afirmó que este incidente no afectará en absoluto el programa del lanzador Ariane 6, que tendrá su primer vuelo a finales del año que viene.
Igualmente para Europa es un golpe difícil de sobrellevar en un contexto de feroz competencia mundial en el sector, con la estadounidense SpaceX a la cabeza. El Vega C era la oportunidad de entrar en el mercado internacional de lanzadores ligeros y medianos para servicios comerciales y por el momento no podrá ser posible.
El Vega C, según el fabricante italiano Avio, es una versión mejorada del lanzador ligero Vega, enviado al espacio 20 veces desde 2012, pero que registró dos grandes contratiempos en 2019 y 2020. Además, el cohete tenía que poner en órbita dos satélites de observación construidos por Airbus, Pléiades Neo 5 y 6, los dos últimos de la serie de Pléiades Neo que permiten crear imágenes de cualquier punto del globo varias veces por día con una resolución de 30 cm.