La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases, de la puja distributiva y del conflicto por la repartición de los recursos escasos y limitados en contraste con las necesidades crecientes de las sociedades y el aumento de la cantidad de habitantes del planeta. Regular, producir o asignar recursos en una sociedad implica modificar la tenencia de la riqueza. 

Esto generó debates y conflictos sociales en todos los modos de producción históricos hasta el presente, inherentes al objeto de estudio de las ciencias económicas y a la política. Toda decisión política transforma la tenencia de recursos, por lo que no hay acción política sin repercusión económica para la sociedad.

Por lo tanto toda decisión que ejecuta el Estado genera cambios en la posesión de bienes, servicios o valores es decir cantidades de trabajo disponibles en forma de riqueza según los economistas clásicos. Mediante la política, el Estado da respuesta a necesidades y desequilibrios que el libre mercado no es capaz de atender.

Cambiar la matriz distributiva inicial dictada por el libre mercado genera conflictos que deben ser resueltos con voluntad política dentro de un sistema democrático en el que los representantes políticos tomen decisiones a favor de las mayorías que los eligieron.

La política dispone

El liderazgo político es el que opta inclinar la balanza con los recursos hacia determinados sectores económicos y sociales entre alternativas económicas. El Presupuesto Público Nacional para el periodo fiscal 2023 es formulado por el Poder Ejecutivo y contiene una propuesta de cuáles con las prioridades de gastos del Estado para cumplir determinadas políticas y necesidades públicas, así como también propone los recursos o ingresos necesarios para financiar esos gastos. Son las cámaras del Congreso nacional - representantes del voto popular en el sistema político - las que analizan, debaten, modifican y sancionan para que el Presupuesto quede vigente y con carácter de Ley.

Mediante regulaciones, ejerciendo políticas económicas anti cíclicas o produciendo bienes y servicios que amplían la oferta privada y por tanto contribuyen a un menor precio de los bienes y servicios, el Estado logra achicar las desigualdades económicas y sociales y evitar mayores ciclos de crisis que destruyen estructuras productivas y sociales.

Las políticas económicas keynesianas para distribuir más equitativamente la riqueza impulsan el ciclo económico de inversión, producción y consumo, imprescindible para alcanzar el desarrollo en cualquier economía.

El neoliberalismo, en cambio, es una teoría política y económica que recomienda reducir al mínimo la participación del Estado en el ámbito económico y social. Entre sus principios básicos incluyen las privatizaciones, la reducción de impuestos a las personas más ricas y la desregulación y ausencia del Estado en la sociedad. Es una corriente de pensamiento que cuestiona intensamente al keynesianismo.

Una menor regulación y participación del Estado en los mercados implica mayores ventajas para que los sectores concentrados, transnacionales y monopólicos de la economía impongan sus reglas, condiciones y precios a las y los trabajadores. 

Llama reforma laboral al derecho del patrón de despedir al obrero sin indemnización ni explicación. El derecho de propiedad adquiere una predominante supremacía en relación a los demás derechos, lo que genera mayor desigualdad y asimetría en la distribución de la riqueza, dando como resultados que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres, mientras la clase media se achica.

Para el pensamiento neoliberal el Estado debe velar por la seguridad pública, la vigilancia y el castigo; de los otros servicios ya se encargará el mercado. Debe ser un Estado juez y gendarme. Hay que tener en cuenta que mayor ausencia de un Estado regulador beneficia los intereses de empresas multinacionales en sus metas de obtención de recursos y mano de obra de una forma más barata en los países en “vías de desarrollo”. A mayor concentración económica hay mayor concentración política y mayor debilidad democrática.

Lo que sugieren y en ocasiones obligan las políticas de los países desarrollados en materia de libre mercado a los países en “vías de desarrollo” es lo contrario a lo que hicieron esas naciones hoy desarrolladas. Cuando Estados Unidos se independizó de Inglaterra prohibió la libertad de comercio, y las telas norteamericanas, más caras y feas que las inglesas, se convirtieron en la única opción.

En la región latinoamericana y en Argentina tienen mucha vigencia estos debates sobre el modelo de país que la sociedad elegirá en el venidero año electoral 2023. El mercado libre contribuirá a la prosperidad, pero a la prosperidad de quién, no queda claro, según Eduardo Galeano.

*Docente en UBA y en UNQ en Economía y en Impuestos.