Argentina, 1985 continúa a paso firme en la peregrinación rumbo al Oscar, tal como se desprende del anuncio de las “shortlist” de diez rubros que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood realizó el miércoles por la tarde. La película de Santiago Mitre quedó entre las 15 preseleccionadas para alzarse con la estatuilla a Mejor Film Internacional, al igual que lo hizo Pasajero, de Juan Pablo Zaramella, en la categoría Corto Animado. La fecha más próxima a marcar en el calendario dorado es el martes 24 de enero, cuando durante la Academia anuncie todas las ternas de cara a la ceremonia que se llevará adelante el 12 de marzo en el Dolby Theatre de Los Ángeles.
Desde sus primeras exhibiciones públicas en los festivales de Venecia y San Sebastián, los principales portales de Hollywood, como Indiewire o Variety, vienen ubicando a Argentina, 1985 como una de grandes favoritas para imponerse en la misma categoría –aunque entonces llamada Mejor Film en Idioma Extranjero- que lo hicieron La historia oficial (1985) y El secreto de sus ojos (2009). Las nominaciones para el rubro internacional en los Globos de Oro, Satellite Awards y los Critics' Choice Movie Awards fueron las primeras confirmaciones de que, al menos por ahora, el pronóstico viene cumpliéndose.
Lo que ocurra en esas tres premiaciones puede ser clave de cara al Oscar, más allá de que sean organizados por asociaciones distintas: sucede que los ganadores de los Globos de Oro, Satellite y Critics' Choice se conocerán el 10, 14 y 15 de enero respectivamente, mientras que el periodo de votación de los académicos para conformar las ternas del Oscar inicia el 12 de enero y culmina el 17, es decir, con los resultados de esas galas sobre la mesa. No es descabellado imaginar que un arranque favorable pueda inclinar la balanza de los indecisos hacia el lado de la producción de Prime Video. Y la plataforma, justamente, es un actor clave en el asunto, en tanto tiene los engranajes del marketing aceitados y la capacidad de asegurarse que todos los electores, de mínima, vean la película.
Pero la posibilidad de un envión inicial no es potestad exclusiva de Argentina, 1985, pues hay otras dos películas con presencia en los rubros internacionales de esas premiaciones que continúan en la carrera por el Oscar. Una es Close, del belga Lukas Dhont, que tiene entre sus antecedentes el Gran Premio en el Festival de Cannes y el reconocimiento a Mejor Película de Habla No Inglesa concedido por la National Board of Review, una asociación formada por cineastas, académicos y profesionales de la industria. La otra es Decision to Leave, que también empezó su recorrido festivalero en Cannes, de donde su responsable, el coreano Park Chan-wook (el mismo de Oldboy), se fue con el premio a Mejor Dirección de la Competencia Oficial.
Tampoco puede descartarse a la mexicana Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades y a la alemana Sin novedad en el frente, ambas producciones de otro peso pesado del actual ecosistema audiovisual como Netflix. La primera, nominada en los Satellite y Critics' Choice, tiene en la silla plegable a Alejandro González Iñárritu, que no solo carga con mil galas encima sino que ya sabe qué es ganar un Oscar. Dos Oscar, mejor dicho, ya que encadenó sendos triunfos como realizador en 2015 y 2016 gracias a Birdman –que también se quedó con la estatuilla a Mejor Película– y El renacido. La otra, por su parte, dijo presente en los Critics Choice y en los Globos de Oro, y tiene una impronta antibelicista que, con la guerra entre Rusia y Ucrania estirándose como un chicle, puede calar hondo en aquellos electores que piensan en las películas como portadoras de mensajes antes que como una expresión artística.
Pasajero
La otra "semifinalista"
El pase a “semifinales” de Argentina, 1985 no fue la única buena noticia que entregaron ayer las shortlists de diez categorías que anunció la Academia, pues el cortometraje Pasajero, de Juan Pablo Zaramella, quedó entre los quince films animados de menos de media hora preseleccionados para el premio a Mejor Corto Animado, misma categoría que el año pasado tuvo representación latinoamericana en la gala gracias a Bestia, del chileno Hugo Covarrubias. Pero aquello fue una excepción y, conscientes del poderío de los grandes estudios, los cabecillas de la Academia buscaron darles un empuje a las cinematografías periféricas ampliando de diez a quince la cantidad de títulos que superan la primera fase eliminatoria.
De todas formas, el último trabajo del realizador de Luminaris (2011) -que con 324 premios tiene el récord Guinness al corto más galardonado de la historia- es uno de los dos realizados fuera de Europa o Norteamérica que pasaron el corte, junto al australiano An Ostrich Told Me the World Is Fake and I Think I Believe It, de Lachlan Pendragon.