"Ducha fría y nos vemos el año que viene", suspiraba, encogiéndose de hombros, un diputado oficialista una vez finalizada la sesión fallida del miércoles, cuando -una vez más- la imposibilidad de arribar a un acuerdo con la oposición dejó al Frente de Todos sin la oportunidad de terminar el año con una sesión de despedida. La tensión entre oficialismo y oposición -que se disparó a raíz del debate en torno al Consejo de la Magistratura, pero que se sostuvo, invariable, por un Juntos por el Cambio que apuesta a disimular sus diferencias internas endureciendo su postura- enturbió el cierre del año y, ahora, el bloque oficialista aguardará a que el presidente Alberto Fernández convoque sesiones extraordinarias para retomar algunos de los proyectos que quedaron pendientes. Son pocos, sin embargo, les diputades oficialistas que creen que el 2023 deparará mejores aires. La expectativa recae, más bien, en ir avanzando con iniciativas puntuales, que vengan con respaldo del Gobierno y que permitan, en febrero, comenzar a descongelar las relaciones con la oposición con objetivos concretos y poco conflictivos.
Disputa abierta
Ni la euforia mundialista logró aplacar la tirantez entre oficialismo y oposición. El miércoles el FdT no logró reunir el quórum para aprobar la creación de ocho universidades nacionales y la sanción de una nueva moratoria previsional, y no hay expectativa de poder avanzar en ningún acuerdo de acá a que finalicen las sesiones ordinarias. El bloque oficialista, que conduce Germán Martínez, había depositado todas sus fichas en que el bloque Evolución Radical colaboraría con el quórum, pero su faltazo -así como la negativa de todo JxC a participar, aún cuando se propuso incorporar la Ley de Alquileres en el temario- terminó por clausurar cualquier posibilidad de convocatoria en lo que resta del año.
"Desde el primer día nos dijeron que su plan era no sesionar hasta febrero. Nadie quiere que Clarín le pegue, y eso es lo que pasó", se quejó un legislador oficialista a cargo de las negociaciones con el PRO, la UCR y Evolución. En el FdT aseguran que el bloque cambiemita que preside Rodrigo De Loredo (pero conduce políticamente Martín Lousteau) había prometido su participación y que, a último momento, las presiones de sus socios de coalición los llevaron a plegarse al bloqueo del resto de JxC. "¿Te imaginás la foto?", se burlaba, incluso, un diputado radical el miércoles mientras hacía tiempo hasta que se cayera la sesión. En el resto de los bloques de la oposición "del medio" - como la izquierda, el Interbloque Federal y Provincias Unidas - predominaba, mientras tanto, una burlona incredulidad: "¿Por qué les iban a hacer ese favor si no tienen nada para ganar? El problema es que el FdT no tiene dirección, son todas tribus sueltas, y los de JxC huelen sangre y se aprovechan", remató una legisladora opositora.
Agenda pendiente
Frente a este escenario, la Cámara de Diputados entrará en un breve receso hasta febrero. El objetivo del FdT es que el Presidente convoque sesiones extraordinarias y, ahí, ver de reencauzar el diálogo con la oposición. Varias espadas oficialistas, sin embargo, desconfían de que el panorama pueda distenderse el año que viene, cuando la campaña vaya a haber comenzado casi oficialmente. "No tiene sentido convocar extraordinarias si no tenemos un acuerdo político previo", advirtieron cerca de la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau. Desde su oficina en el primer piso del Congreso, Moreau habla seguido con Sergio Massa y espera reunirse con Alberto Fernández en estos días para definir un posible temario de extraordinarias. "Hay que avanzar sobre temas puntuales", advierten cerca suyo, desde donde miran con particular atención el proyecto de blanqueo de capitales que Massa todavía adeuda enviar al Congreso.
Según el borrador que trascendió, el proyecto de "Exteriorización del Ahorro Argentino para Sostener el Cumplimiento y Cancelación de la Deuda con el Fondo Monetario Internacional" - un título guiño al proyecto de Oscar Parrilli - contempla una serie de alícuotas para aquellos capitales que se declaren y repatríen (a cambio de ciertos perdones fiscales) que tendrán destinos específicos. Un 20 por ciento, por ejemplo, estará destinado a cancelar la deuda con el FMI. La iniciativa, sin embargo, aún no ingresó a la Cámara de Diputados. "No hay apuro, la podemos tratar tranquilos en febrero", sostuvo una diputada massista, anticipando que, de convocarse a extraordinarias, la ley de blanqueo sería el principal tema a debatir.
No es, sin embargo, el único. El presidente ya indicó, cuando se prorrogaron las sesiones ordinarias, que tenía el ojo puesto en aprobar la Ley de Agroindustria y la de Compre Argentino. También mencionó el de renta inesperada, pero la iniciativa suscita menos consenso que las diversas reformas judiciales que se fueron empantanando en Diputados. El que tiene más posibilidades de ser aprobado es el proyecto de fomento al desarrollo Agroindustrial, pero aún no tiene dictamen. "Ellos no quieren que funcione el Congreso. Buscan un debilitamiento de las instituciones políticas", denuncian desde el FdT, responsabilizando a la cúpula de JxC por bloquear la iniciativa para no darle una "victoria" al FdT. "El problema acá es que no sabemos qué quiere el gobierno. Nosotros queremos negociar un temario de consenso", responden, por el otro lado, desde el PRO.
Otro de los temas que quedó pendiente, mientras tanto, es el plan de pagos de deuda previsional. El proyecto, que tenía media sanción en el Senado, arrastraba una cuenta regresiva, ya que tenía que convertirse en ley antes del 31 de diciembre (fecha en la que se vencía la prórroga de la moratoria previsional que está vigente desde el 2014). Cuando no pudo sancionarse el miércoles se abrió el interrogante de qué pasaría con las más de 800 mil personas que están por llegar a la edad de jubilarse, pero que no cuentan con los años de aportes. La expectativa del bloque oficialista - así como de la Anses - es que el presidente prorrogue, una última vez, la moratoria y ya, en marzo, retomar el debate. "No tiene sentido que, en febrero, vayamos a otra sesión con temas que generan conflicto y nos vuelva a pasar lo mismo. Hay que reajustar primero el diálogo con la oposición", resumió una diputada oficialista.