A Netflix se le volvió cada vez más difícil mantener el poder que había conseguido hace unos años con su revolucionario proyecto de servicio de contenidos de entretenimiento por streaming. Frente a una competencia feroz y una marcada desaceleración en el crecimiento de la masa de clientes en el sector, la empresa estadounidense retomó la polémica y cuestionada idea de cobrarle a sus suscriptores las cuentas compartidas a partir del 2023.
A partir del año que viene, no se podrá disfrutar de una misma cuenta de la plataforma desde dos hogares diferentes. Al menos, no sin pagar una cuota extra. Así lo reveló The Wall Street Journal en un artículo periodístico el lunes pasado. En un principio, su decisión afectará solo a Estados Unidos, pero la idea es que el plan se expanda hacia otros países con una alta tasa de suscriptores. Entre ellos, Argentina.
Para la empresa situada en Los Gatos, California, las cuentas compartidas representaban un gran problema, según reflejaban los gráficos sobre su depresión de ingresos. De acuerdo con sus informes, de los más de 220 millones de hogares que pagan por Netflix, el servicio era "compartido con más de 100 millones de hogares adicionales". Es decir, que 1 de cada 3 hogares en los que se ven series y películas en su plataforma no pagan por el servicio.
A lo largo del 2022, Netflix probó con distintas medidas alternativas para evitar el camino que los llevaba a cobrar un extra al titular por cada miembro adicional: por ejemplo, probó con la función "Miembro extra", que habilitaba la creación de una subcuenta con un perfil independiente, con acceso individual de usuario y contraseña, y recomendaciones personalizadas; y también con la incorporación de un plan más económico con publicidades.
No obstante, el codirector ejecutivo de Netflix, Ted Sarandos, anticipó que la única vía de salvación posible en vistas del año próximo es el cobro extra por las cuentas compartidas, pese a que su equipo de inversores sabe que a los suscriptores no le agradará la idea. Remarcó que la compaía debía asegurarse de que entendían el valor de pagar por un buen servicio.
Netflix lucha por recuperar su hegemonía pero no lo consigue
Las plataformas streaming empezaron como una alternativa a la televisión por cable y su principal distintivo era que no tenían publicidad. No obstante, la presión con conseguir mejores resultados económicos provocó que compañías como Netflix o Hulu y Disney+ ofrezcan planes de suscripciones más baratas con anuncios.
De esta manera, los límites y las diferencias entre la televisión tradicional y las plataformas de streaming se desdibujan cada vez más. Netflix fracasó en su primer intento, ya que, según el medio especializado Digiday, permitió a sus anunciantes recuperar su dinero después de no poder alcanzar los objetivos de audiencia que prometieron.
En algunos casos la plataforma con sede en California no consiguió el 80 % de la audiencia esperada. Esta noticia no resonó bien entre los inversores de Wall Street y ayer la empresa cerró con una caída de un 8,63 %0 .
La compañía quería que los anunciantes pagaran 65 dólares por cada mil "impresiones" (como se califica en el sector a las visualizaciones), lo que supera los 50 dólares por cada mil impresiones que la competidora Disney pide. Ahora, de acuerdo con Digiday, Netflix bajó su precio a 55 dólares por cada mil impresiones.