Durante los primeros años del catolicismo, el nacimiento de Jesús no era la festividad más importantes. Todas las miradas estaban puestas en la resurrección. "Incluso, se fijaron diferentes fechas de nacimiento. En el Siglo III empezó a tomar más importancia este hecho y comenzaron las especulaciones de cuándo había nacido. El 25 de marzo, 10 de enero, 20 de mayo fueron solamente algunas de las tantas fechas propuestas. Hasta que el Papa Liberio decretó el nacimiento de Jesús el día 25 de diciembre, en el año 354", puntualizó Diego Viegas, antropólogo de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario, quien investiga sobre la navidad y sus raíces, haciendo foco en las costumbres paganas y chamánicas que la revisten. Hoy, se trata de una de las fechas más icónicas para grandes y chicos de todo el mundo.
El 25 de diciembre corresponde con el solsticio de invierno en el hemisferio norte, una celebración tomada por muchas culturas desde hace más de cuatro mil años. "La fecha era la más improbable de las que se barajaban en cuanto al nacimiento, según lo que aparece en la biblia. Evidentemente hubo una decisión política, ya que al no poder eliminar del calendario una de las festividades con raíces tan profundas y ancestrales en Europa, se decidió tomarlo como propio por parte de la Iglesia Católica".
Durante ese día, en el hemisferio norte "la luz le empieza a ganar a la oscuridad" y a partir de ahí se celebra el nacimiento del sol. "Cada día va aumentando la cantidad de luz solar que hay en el día y por eso es tan importante".
Ya en la antigua Mesopotamia se festejaba el 25 de diciembre un festival que se llamaba Zagmuk, una festividad parecida al carnaval. También en esa fecha se realizaban las Saturnalias romanas, un antecedente más actual a nuestras navidades, donde se celebraba al dios Saturno con intercambio de regalos y un banquete. "En las Saturnales había intercambio de roles, los esclavos eran amos por un día y había relajamiento social".
Un dicho popular reza “si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él” y eso es justamente lo que hizo la Iglesia Católica. "Primero lo combatieron, pero luego durante la Edad Media hubo misas paródicas que eran bufonescas y juglarescas donde los propios sacerdotes se disfrazaban. Afuera, el pueblo seguía con las mismas costumbres de las saturnales, algo que no pudo desterrar la Iglesia".
En los territorios germánicos, el 25 de diciembre se conmemoraban las fiestas de Yule, una festividad más parecida a Halloween. "Odín, el dios de la guerra nórdico, venía con su ejército fantasma en una especie de caza salvaje. Iba montado en un caballo de ocho patas y podría ser la lejana inspiración del Santa Claus norteamericano que vuela al igual que Odín pero con renos en lugar de un caballo".
Otro aspecto que perdura hasta nuestros días corresponde con el árbol de navidad, el cual tiene una fuerte conexión con las raíces chamánicas. "El pino, el abeto, el alerce, entre otros, son los típicos árboles de la navidad que no dejan de ser un “axis mundi”, o sea un eje del mundo chámanico. En Estados Unidos hay una gran industria forestal, donde los ejemplares son colocados dentro de las casas, como se hacía en un principio en Alemania. Además, en los 12 días de la Navidad, como herencia de costumbres germánicas, se hacían sahumadas en establos y casas para ahuyentar a los malos espíritus. Por otro lado, el acebo y las coronas de muérdagos, tan comunes de esta época, tienen su origen en los pueblos célticos".
El señor de la Navidad
En el Siglo XIII surgió en Francia una de las primeras personificaciones de la navidad: Père Noël, quien representaba todos los atributos y valores de la celebración. Además, en el siglo XV hay documentación de un "Father Christmas". "Es un personaje que proviene de las montañas y que representa, de alguna manera la cuestión chamánica de no polarizar tan radicalmente el bien y el mal. De hecho, el chamán accede al mundo superior e inframundo y es parte de su oficio. Ya en el Siglo XVIII y XIX, en las ilustraciones del Father Christmas, se puede ver como castiga a los niños malos y premia a los buenos. No se establece una clara polarización cristiana".
El personaje era caracterizado como un hombre salvaje, con barba y vestido con pieles de animales. "Esta representación del mundo natural que mostraba al espíritu del invierno, el solsticio y las plantas perennes, en algún punto de la historia se fue mezclando con San Nicolás, un santo cristiano del que se conoce muy poco".
San Nicolás fue muy popular durante la Edad Media, al punto de ser protagonista de muchas leyendas en las que ayuda a los niños y niñas. "Se le atribuyen varios milagros y se comienza a mezclar con el recuerdo de las Saturnalias romanas y dioses solares".
Sin embargo, algunas de las antiguas tradiciones siguen existiendo y no se dejaron olvidar. "En el país Vasco, hasta el día de hoy, reciben los regalos de Olentzero, un ogro gigante que baja de las montañas y le deja carbón a los niños malos. Este es similar a la figura de Grýla, una ogra de Islandia que en Navidad toma un saco y baja a los pueblos en busca de niños que se hayan portado mal. Con el tiempo se los fue volviendo más bondadosos y también traen regalos, pero originalmente representaban lo negativo de esta época".
Curiosamente, en Cataluña está el Tió de Nadal que es una de las figuras navideñas más raras. En esencia es un gran tronco que se coloca en la casa, dándole de comer a partir del 8 de diciembre. “Llegada la Navidad, antaño se le prendía fuego y ahora solo se le dan golpes para obligarle a defecar pequeños regalos y golosinas”.
En el caso de Estados Unidos, más precisamente en Nueva York, las primeras ilustraciones del Santa Claus moderno surgen en el siglo XIX. Esta ciudad tenía una gran colectividad de ciudadanos provenientes de lo que hoy se denomina Países Bajos, con mucha devoción por San Nicolás, patrono en esas tierras. "San Nicolás seguía con su ropa de obispo y no venía en trineo aún, sino en barco desde España, que para ellos era una tierra muy lejana. En Nueva York se empieza a mezclar este San Nicolás con personajes del invierno europeo pagano y varios empiezan a sintetizar como uno. En neerlandés se lo denomina como Sinterklaas, pero en Estados Unidos como no sabían nombrarlo bien, se deformó y de ahí proviene Santa Claus".
Un dibujante norteamericano de origen alemán, retomando la tradición del Belznickel bávaro, un poema de Clement Moore y tradiciones holandesas y nórdicas, creó a grandes rasgos la esencia estética del personaje. "Fue él quien inventó que vive en el Polo Norte, que tiene ayudantes duendes y demás. Va ganando popularidad y algo que no se sabe es que Coca Cola llega muy posteriormente, ya que en 1920 hubo un agua tónica que se convirtió en la primera en hacer una publicidad con el personaje. La popular gaseosa llega recién en 1930 y no es cierto que su traje rojo y blanco está basado en ella, sino que en 1840 ya había ilustraciones con ropas de ese color. En realidad, en Europa durante el siglo XIX mayoritariamente se vestía de azul o marrón y el Père Noël de blanco, a causa de la nieve. Otro color importante es el verde, porque históricamente la figura inglesa vestía de esa tonalidad".
En la actualidad, Papá Noel o Santa Claus es un personaje central de la Navidad. No sólo es una historia que se le cuenta a los más chicos, sino que existe una industria detrás que lo ratifica como el protagonista de esta festividad: comerciales, películas, animaciones, decoraciones, etc.
Su abrigado traje rojo y blanco, su larga barba y pelo canoso, su aspecto físico, el trineo tirado por renos, no están sujetos a discusión, a pesar de que muchas veces no coincide con la cultura de los países que se encuentran en verano en épocas navideñas. Hoy por hoy, es una construcción del capitalismo moderno que trasciende fronteras y “reviste de magia” cada navidad.