Desde Lima
“No soy una traidora, una usurpadora”, ha respondido la presidenta Dina Boluarte a quienes la señalan con esos calificativos desde que sustituyó al expresidente Pedro Castillo luego que éste fue destituido por el Congreso. En una entrevista a una radio local, Boluarte dijo que ha asumido la presidencia “por sucesión constitucional” como consecuencia “del golpe de Estado desde el lado del señor Pedro Castillo” y culpó al círculo cercano del exmandatario de “ser los verdaderos traidores” al haberlo “empujado” a tomar la decisión de cerrar inconstitucionalmente el Congreso, lo que provocó su destitución y detención. “Yo lo único que estoy haciendo es cumplir constitucionalmente con mi deber”, señaló.
“Yo no esperaba asumir la presidencia, siempre pensé acompañar al presidente Pedro Castillo en mi calidad de vicepresidenta hasta 28 de julio de 2026" (fecha en la que vencía el mandato de Castillo). Yo nunca estuve detrás de la vacancia (destitución de Castillo). Mal hacen en querer tildarme de traidora y usurpadora. No soy ni una ni otra”, aseguró Boluarte, esforzándose por sacudirse de las acusaciones de deslealtad con Castillo.
Protestas
Reconoció que nunca imaginó la magnitud de las protestas que estallaron desde la caída de Castillo y su llegada a la presidencia. Ha dicho que no entiende por qué las protestas contra su gobierno. Una vez más defendió a las fuerzas militares y policiales acusadas de disparar contra la población durante la represión a las protestas sociales, con un saldo hasta ahora de 28 muertos. Para desmarcarse de la grave crisis de convulsión social que sacude el país desde el inicio de su gobierno, culpó de las protestas a la decisión de Castillo de intentar cerrar el Congreso. “Se dio ese golpe de Estado y no me imaginé la respuesta frente a esa situación, mal dirigida hacia Dina Boluarte porque yo no soy la causante de toda esta situación de crisis política”.
Consultado por Página/12, el sociólogo Carlos Reyna señaló que “si la señora Boluarte no entiende por qué protestan contra ella, eso augura una muy mala presidencia”. Señala que Boluarte no se da cuenta que protestan contra ella porque según la percepción de la gente que ha salido a protestar ella se ha beneficiado de la destitución de Castillo, que quien esa gente se siente identificada. “La gente que ha salido a protestar se identifica con Castillo no por razones programáticas, ideológicas, sino porque los peruanos del Ande, del mundo rural, lo ven como una especie de retrato de todos ellos, con el mismo perfil social que tienen ellos. Su presidencia era una reivindicación para ellos. Como Boluarte no entiendo eso, tampoco entiende por qué protestan contra ella. Los que han salido a protestar son personas que no están de acuerdo con que Castillo haya sido destituido de la presidencia y menos aún con la manera en la que ha actuado el gobierno de Boluarte frente a las protestas”.
Respaldo a la represión
En un nuevo respaldo a las fuerzas de seguridad ante las duras críticas por la represión, la presidenta dijo, ante la complacencia de sus entrevistadores, que los militares y policías han salido a las calles “para resguardar la vida”. Pero esa presencia en las calles ha dejado más veinte muertos en dos semanas. Insistió en el discurso oficial de criminalizar las protestas, acusando a los manifestantes de “buscar el caos”. En esa línea de respaldo a las fuerzas de seguridad, defendió su decisión de promover a la jefatura del gabinete ministerial a su exministro de Defensa, Alberto Otárola, señalado como responsable político por la represión militar.
“Boluarte se ha comprado la visión de las protestas que tienen los militares y la ultraderecha, que llaman terroristas a quienes protestan”, dice Reyna.
La presidenta Boluarte, que se definió como “una mujer provinciana de izquierda moderada, progresista”, reservó sus principales críticas para lo que definió como “izquierda radical”. “Hay un sector de la izquierda, una izquierda radical, recalcitrante, que quiere torpedear la democracia, que genera violencia en las protestas, que al parecer quiere el caos, el desgobierno, el anarquismo”, disparó. Sobre la derecha que desde el Congreso buscó desestabilizar al gobierno de Castillo desde el primer día del gobierno, no dijo nada. El gobierno de esta mujer que se dice de izquierda moderada es respaldado por la derecha, incluida la ultraderecha, y cuestionado por los distintos sectores de izquierda.
“Una persona que apaña, encubre y apoya que las fuerzas armadas y policiales disparen al cuerpo de civiles desarmados no puede decir que pertenece a una variante moderada, sea de izquierda o de derecha”, dice Reyna. “Si a algo se parece Boluarte es a las peores versiones de la extrema derecha”.