De la ciudad cuyo nombre rememora a la batalla sanmartiniana tras el cruce de Los Andes, actual senador por la Unión Cívica Radical, y miembro de Juntos por el Cambio, Agustín Máspoli conversó con Buenos Aires/12 de sus inicios políticos en Chacabuco. “Me suelen hacer la pregunta sobre mi carrera política”, afirma sonriente el legislador cuando se lo consulta sobre sus comienzos como secretario de Hacienda de su localidad en 2016 y ya para 2017 siendo senador provincial, hoy reelecto, y garante del radicalismo en la negociación del presupuesto provincial.

“El gobernador entendió que la Legislatura no era su enemiga”, asegura el parlamentario y contador. En un escenario de grieta y conflictividad política, Máspoli también fue tajante respecto a la discusión en torno al reciente fallo de la Corte Suprema sobre los fondos coparticipables de Nación. “No es ni por decreto, ni por un fallo, esto se debe solucionar con política”.

Luego del intenso debate que terminó con la aprobación del Presupuesto 2023 para la Provincia de Buenos Aires, el senador destaca el funcionamiento legislativo bonaerense que, a diferencia con el conflictivo escenario nacional pasa por un momento en el que la actividad parece haber adquirido una mayor dinámica. Máspoli no quiere entrar en comparaciones, pero reconoce que "se viene dando así".

—¿La actual composición de la Cámara influye en eso?

—En la Cámara de Senadores hay 23 senadores por lado, sin tercera fuerza. En Diputados hay una situación similar con más minorías, que lleva a una necesidad de acordar. Todo el año pasaron cosas de peso político y, más allá de eso, se hicieron sesiones. Ahí quiero destacar la figura de la vicegobernadora, Verónica Magario, como la de los presidentes de bloque, tanto Teresa García por el oficialismo, y Cristian Gribaudo de la oposición.

—¿Cómo se desarrolló la negociación por la Ley de Presupuesto?

—Nosotros fuimos convocados por el jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, y en total tuvimos cinco reuniones, en un trabajo de mes y medio, con representantes del radicalismo, del PRO y del oficialismo. En ese tiempo sucedieron un montón de cuestiones en la política nacional que tensaban el ambiente político, pero nosotros supimos trabajar sin contaminarnos, entre comillas, de lo que sucedía.

—¿Cómo hicieron?

—Creo que no era el momento para tensar y tampoco es un momento hoy para tener problemas. La búsqueda de consensos y entendimiento es fundamental y es lo que la sociedad pide. Que hoy haya salido el presupuesto es mérito de las dos partes. También de los representantes del Ejecutivo, claro. Insaurralde, como te decía, cumplió un rol importante. Entiende y conoce muchísimo la provincia. Conoce el territorio y lo que significa estar al frente de los legisladores. Pero también hay un cambio de actitud del gobernador. Yo tengo muchas diferencias con él, su gestión no me termina de convencer, pero en lo discursivo ha sido muy duro con nosotros o con la propia Legislatura, y la verdad que siempre le dimos las herramientas para gobernar desde el primer año, cómo con todas las emergencias declaradas.

—¿Qué cambió en Kicillof?

—El gobernador entendió que Legislatura no era su enemigo. Que en la Legislatura se quiere dialogar y llegar a consensos que le sirvan al propio gobernador.

—¿Quedó conforme con el resultado final? ¿Es un buen presupuesto?

—Yo ahí soy escéptico. Creo que es el presupuesto que el gobernador quiere y necesita. Que por un lado en la memoria descriptiva habla del crecimiento de la provincia pero las partidas que crecen son las de Desarrollo y de alimentos. Eso demuestra la realidad de la provincia de Buenos Aires, que es un nivel de pobreza importante.

—¿Y la Ley Impositiva?

—Con la Ley Impositiva si estamos más contentos. Era una ley que había llegado bastante bien a la Legislatura, que pudimos incorporar modificaciones que para nosotros hace que sea una mejor ley y más beneficiosa a los bonaerenses.

—En este escenario de discusión alrededor de la coparticipación, ¿cómo se podría recuperar lo que reclama la provincia?

—El momento en el que los ha recuperado es bajo la gestión de María Eugenia Vidal por el Fondo del Conurbano. Hoy el fondo se actualiza, llegó para quedarse, y todos los gobernadores que vengan lo van a seguir teniendo. Los peores momentos de la provincia en materia de coparticipación fue con Kicillof como ministro de Economía. Llegamos a tener el 17 por ciento de coparticipación. Si creo que los bonaerenses tenemos que plantearnos recuperar esos puntos.

—¿Cómo?

—Si uno ve al presidente reunirse con todos los gobernadores peronistas, claramente es un camino político que no va a tener resultados positivos para la provincia de Buenos Aires.

—¿Por qué?

—Porque los que deben ceder puntos son los gobernadores y que hoy tienen grandes superávits en sus provincias, que tienen importantes fondos de coparticipación, en algunos casos otorgados por Mauricio Macri, y esto hay que decirlo. Entonces los que tienen que ceder algunos decimas son los gobernadores de las otras provincias.

—¿El fallo de la Corte Suprema no influye en eso?

—El fallo no habla de una pérdida para la provincia. Es una medida de amparo que habla de una recuperación de los recursos que se le sacaron a la Ciudad, que en su momento no me pareció la mejor manera de instrumentarlo. Hay que ver ahora de qué manera se resuelve. Para hacer una redistribución entre los fondos que maneja la Nación entre las provincias hay que sentarse en una mesa y acordar. No existe un país que le vaya bien si a un 40 por ciento del país le va mal, si no entendemos eso nos va a ir mal. No es ni por decreto, ni por fallo, es con la política que se debe solucionar esto.


“Carrera meteórica”


—Tuvo un crecimiento bastante rápido en la política…

—Muchos me dicen que fue una carrera rápida, pero se dio así.

—¿Fue un joven militante?

—Siempre fui afiliado radical, simpatizante, no militante activo. Si quizás en lo universitario, pero me aleje, más allá de mantener una cercanía con el partido. Pero participé poco de lo que fue el proceso partidario desde el 2003 en adelante.

—¿Y cómo se dio su llegada a la senaduría?

—En Chacabuco, en 2014, se inició un proceso dejando de lado internismos partidarios locales. Yo decidí acompañar ese proceso encabezado por Victo Aiola, hoy intendente de Chacabuco. Lentamente me fui incorporando a la administración pública, y en el segundo año de gestión me incorporé como secretario de Hacienda. Ahí me involucré mucho más en lo político, trabajando también por la sección. El radicalismo había tenido un crecimiento importante en el 2015, y en 2017 terminó con una candidatura a senador, que el año pasado renové.

—Siendo alguien del ámbito privado, ¿cómo evalúa su paso a la gestión pública?

—Yo creo que es una experiencia interesante el paso por lo público. Creo que cualquiera que esté en el ámbito público debería pasar por el privado. No me gustan esas carreras que son netamente políticas. Las respeto, pero me parece que cualquier funcionario de cualquier orden debe pasar por lo privado y entender cómo funciona su materia en lo privado.