Una tormenta invernal denominada "ciclón bomba" de una rara intensidad azotó este viernes a Estados Unidos, causando al menos una decena de muertos y provocando cierres de rutas y aeropuertos en gran parte del país en víspera de Navidad.
"Más de 240 millones de personas (más del 70% de la población) están afectadas por alertas meteorológicas", aseguró el Servicio Nacional de Meteorología (NWS) norteamericano, en tanto que las autoridades advirtieron que las condiciones son muy peligrosas para la circulación.
El fenómeno, causado por un frente de aire ártico, será responsable de que el país viva su Navidad más fría desde los años 80.
Hasta el momento, unas 10 personas fallecieron en las rutas desde que comenzó la tormenta en los estados de Kansas, Oklahoma, Kentucky y Ohio. En otros lugares, como Chicago (Illinois) o Nashville (Tennessee), las carreteras estuvieron colapsadas durante horas a medida que las temperaturas bajaban y la lluvia se convertía en hielo.
En Denver (Colorado) el jueves fue el segundo día más frío desde que se tienen registros: la temperatura media fue de 26 grados bajo cero.
Transporte paralizado
Los problemas en el transporte afectaban también a los trenes y a compañías de autobuses como Greyhound, la mayor de ellas, que advirtió que muchas rutas del noreste o del medio oeste pueden cancelarse o sufrir alteraciones.
Más de un 1,5 millones de estadounidenses estaban sin corriente eléctrica, sobre todo en Carolina del Norte y del Sur, Connecticut y Texas, según el sitio especializado Poweroutage.us.
El presidente Joe Biden advirtió a los estadounidenses que se tomen la tormenta "de forma extremadamente seria" y que sigan las recomendaciones de las autoridades.
Caída ultrarápida de la temperatura
El viernes por la tarde, la tormenta adquirió el estatus de "ciclón bomba", ya que la presión del aire cayó repentinamente durante 24 horas. Este fenómeno produce fuertes lluvias o nieve, inundaciones en las costas y vientos huracanados.
Algunas de las nevadas más fuertes se produjeron en el norte del país, particularmente en la región de los Grandes Lagos. Pero el fenómeno se extiende desde la frontera canadiense, en el norte, hasta el límite con México, en el sur, y desde la costa del Pacífico, en el noroeste, hasta la costa atlántica, en el este, señalaron los meteorólogos estadounidenses.
Este sistema de baja presión provoca un fuerte choque entre una masa de aire muy frío proveniente del Ártico y otra tropical que llega desde el Golfo de México. Lo que hace extraordinaria la situación actual es que la presión atmosférica se desplomó muy rápidamente, en menos de 24 horas.
En Nueva York, mientras que la temperatura todavía rondaba los 10°C el viernes por la mañana, se esperaba que bajara a -10°C por la noche. En Chicago, el viernes por la mañana había 20 grados bajo cero, y las temperaturas eran negativas hasta la costa de Texas.
En Alberta (oeste de Canadá) y Saskatchewan (centro), las temperaturas oscilaron entre -40 y -50 grados.