Como buen relato de género de espías, Treason (estreno de este lunes por Netflix) coloca a su protagonista entre tensiones diplomáticas, conspiraciones y giros impensados. Eso sí, Adam Lawrence (Charlie Cox de Daredevil) no es un agente más del MI6. Es la persona más joven en estar al frente de la agencia tras el intento de asesinato de su predecesor (Ciarán Hinds). Es un relato a tres bandas, donde una oficial rusa (Olga Kurylenko) y la propia esposa de Adam (Oona Chaplin) ponen en jaque secretos íntimos y públicos.
La propuesta, por otra parte, reactualiza a los viejos villanos de la Guerra Fría bajo la nueva agenda global. La miniserie, compuesta por cinco episodios, fue creada por Matt Chapman (guionista de la notable Puente de espías). El realizador manifestó que su guía para esta serie fue John Le Carré. “Amo la fusión de situaciones en las que hay mucho en juego, pero con personas reales atrapadas en medio de algo de lo que luchan por liberarse”, dijo su responsable. Para Lawrence, el caos lo atosiga desde el momento en que es ungido como “C”. Término con el que, paradójicamente, se designa al control.