Desde Córdoba
Además de un reordenamiento puertas adentro, el corrimiento de Cristina Fernández de la primera línea electoral en 2023 abrió un escenario diferente entre quienes buscan embandersarse o reverdecer el discurso “de centro” o el de “salir por arriba de la grieta”. Ya con el 2022 en retirada, todo apunta a que entre las olas, el viento y las sierras, las reuniones y la rosca serán moneda corriente. Casi más que durante este último mes, donde el Mundial de Qatar obligó a bajar las revoluciones.
A la cabeza de ese grupo está Juan Schiaretti, el gobernador de Córdoba que remarca sin cesar su rechazo a todo lo que tenga sabor a kirchnerismo o Frente de Todos. En la última semana, él y su par de Santa Fe, Omar Perotti, fueron los únicos mandatarios peronistas que no se pronunciaron contra el fallo de la Corte en favor de CABA.
De manera astuta, Schiaretti por ahora no se deja seducir por los cantos de sirena de Juntos por el Cambio. Sin embargo, son cada vez mayores las coincidencias con Facundo Manes. El neurólogo radical funge como la versión boinablanca de Schiaretti, generando rispideces dentro de JxC. Y las coincidencias no acaban ahí, ya que también hay buena sintonía con Gerardo Morales. Incluso Rogelio Frigerio, candidato a gobernador en Entre Ríos y exministro del Interior de Mauricio Macri, usó la gestión de Schiaretti como ejemplo de buena administración.
A las loas lanzadas por la diputada Margarita Stolbizer, quien ve con buenos ojos una eventual integración del mandatario cordobés a JxC, se sumaron las declaraciones de Fernando “Chino” Navarro, para quien Schiaretti sería “un buen candidato a presidente”. El dirigente del Movimiento Evita sostuvo que más allá de las diferencias, “es uno de los que mejor interpreta en la teoría, y en la práctica, el fenómeno de la economía popular”. Sorpresivas a nivel nacional, ya que es secretario de Relaciones con la Sociedad Civil de la Jefatura de Gabinete, las palabras de Navarro deben leerse también como un respaldo al Evita en Córdoba, donde forma parte del esquema de gobierno provincial.
Más atrás en el tiempo, Martín Llaryora, el candidato a gobernador impulsado por Schiaretti, se reunió con Macri. “No hablaron de candidaturas, pero el Gringo sabía de la reunión”, que se filtró desde las huestes amarillas.
El porqué de tus silencios
Como parte del repertorio, Schiaretti también puede mostrar cintura y gestión desde el interior a partir del trabajo exhibido en la Región Centro, que integra junto a Santa Fe y Entre Ríos.
Aunque no tiene la aspiración de transformarse en un polo opositor a la Liga de Gobernadores, no es un dato menor que la Región Centro contiene a los únicos gobernadores “peronistas” que no adhirieron al rechazo al fallo de la Corte que ordenó la restitución de la coparticipación a CABA. Es más, ni Schiaretti ni Perotti se expresaron sobre el tema, como sí lo hicieron otros 18 mandatarios.
Sí lo hizo el diputado Carlos Gutiérrez, integrante del bloque Córdoba Federal y la “voz” de Schiaretti en la Cámara baja, quien sostuvo que "los fallos están para acatarse”. “Córdoba defiende siempre el federalismo. Buena parte de los gobernadores del PJ terminan alineándose con Axel Kicillof, pero no se acuerda del resto del país cuando se reparte con CABA la mayor parte de los subsidios nacionales”, lanzó.
Ese silencio tampoco debería sorprender a nadie. Sobre todo el del mandatario cordobés, quien repite fronteras mediterráneas afuera las bondades del “modelo productivista cordobés” y remarca que en Córdoba “no hay grieta”. Sin la rapidez que se esperaba a la hora de instalarse como candidato, producto de graves errores de los propios en la gestión provincial, Schiaretti apuesta a llegar a la carrera con plafond. Y ese respaldo, que no necesariamente puede ser explícito, puede surgir a partir de lo trabajado en la Región Centro.
La hoja de ruta del 2022 así lo certifica. Desde allí surgieron acuerdos de desarrollo que podrían permitirle elevar el perfil de gestor “desde y para el interior”, como la financiación internacional para la construcción del acueducto que llevará agua desde el Río Paraná a Córdoba. El reclamo por la mayor equidad en los subsidios al transporte mostró un trabajo conjunto entre la escudería legislativa nacional de Córdoba y Santa Fe y los intendentes de las ciudades más importantes de la región.
Siempre con la cobertura de la “gestión”, en la última reunión Schiaretti, Perotti y el entrerriano Gustavo Bordet dialogaron sobre la posibilidad de la construcción del Corredor Bioceánico Central, promoviendo un encuentro con las provincias de San Juan, Catamarca, La Rioja y Mendoza. ¿Sembrar ahora y cosechar después? Dependerá del clima. Lo cierto es que a mediados de este año, el sanjuanino Sergio Uñac mantuvo reuniones “de trabajo” con la senadora Alejandra Vigo, una de las principales armadoras legislativas del schiarettismo, en momentos en los que la relación con el presidente Alberto Fernández no era la mejor.
El tiempo cambió… pero también puede volver a cambiar.
La otra pata
En el establishment, la figura de Schiaretti tiene mejor imagen. Habitué de los encuentros de la Unión Industrial de Córdoba (UIC), versión local de la UIA, también mantiene excelentes relaciones con la Sociedad Rural y las patronales agropecuarias. “Retenciones 0”, es su leitmotiv.
Antonio Aracre, quien a fin de año dejará de ser el CEO de Syngenta, encarna otra de las voces a favor del cordobés. “La provincia de Córdoba, el modelo de Schiaretti, son modelos de disciplina, desarrollo, conducción, liderazgo, con una cantidad de gente que está motivada e identificada tras ese modelo”, señaló el empresario, quien anunció que dará el salto a la política.
Resta saber cuál será el vínculo con el movimiento obrero organizado. Contactos se buscan, pero las reuniones vendrían recién el año que viene.
Un think tank “provincial”
Creada en 1998 por iniciativa de los entonces gobernadores Ramón Mestre padre, por Córdoba, y Jorge Obeid, por Santa Fe, y a la que un año más tarde se sumó Entre Ríos, la Región Centro se transformó desde entonces en un espacio clave de articulación política y en mayor o menor medida, reactivas al poder central porteño. En los papeles, la Región Centro tiene la finalidad de “promover el desarrollo económico y social y el desarrollo humano, la salud, la educación, la ciencia, el conocimiento y la cultura”.
Con los vaivenes lógicos de la política, los posicionamientos fueron variando aunque siempre, más allá de los nombres y afinidades, se mostró como un lugar donde las provincias puedan hacer “rancho aparte” atendiendo problemáticas propias.
Pero con el paso de los años, la Región Centro se institucionalizó en una tribuna desde la cual se expresan posturas políticas a favor de una visión federal y, “sotto voce”, la expansión de un proyecto nacional de corte provincialista.