En un nuevo libro de investigación empresarial, tres periodistas neerlandeses revelaron las estrategias que utiliza la firma Booking para generarle la sensación al usuario de que debe reservar rápido su hospedaje o, en caso contrario, lo perderá.


La compañía de origen holandés se fundó en 1996 y actualmente está radicada en Estados Unidos, donde aporta el 90% de la facturación de su empresa matriz norteamericana. Además, cotiza en la Bolsa de Nueva York y vale más que otros gigantes tecnológicos como Netflix o Uber.

Los tres autores del libro titulado “La Máquina: Booking.com, la verdadera historia”, Stijn Bronzwaer, Joris Kooiman y Merijn Rengers, pusieron el ojo en la firma que está entre las referentes del sector de servicios turísticos cuando implementó un proceso de ajuste y despidió a casi 4.000 trabajadores a principios de 2022.

En su investigación, entrevistaron a cerca de 300 personas sobre las prácticas que desarrolla la compañía para incrementar sus ganancias, consideradas poco éticas por parte de los consultados.

Algunos ejemplos de los ”trucos psicológicos” de Booking

“Ellos lo denominan patrones oscuros. Te inculcan el sentimiento de urgencia, como si tuvieras que reservar la habitación ahora o desaparecerá por siempre jamás”, comentó Bronzwaer.

Entre estas operaciones, los autores marcan los mensajes como “hay cinco personas mirando este alojamiento ahora mismo” o “solo quedan dos habitaciones disponibles”, que según los periodistas del diario NRC Handelsblad, son “trucos psicológicos” que Booking lleva a cabo. “Quieren que entres en la página y que estés ahí el mínimo tiempo posible, porque así hay más posibilidades de que  dejes dinero”, explicó Bronzwaer.

De acuerdo a la información brindada en el libro, la firma se queda entre el 12% y el 15% de lo que se paga por cada noche reservada. Según consignaron los tres neerlandeses, Booking no miente, sino que tergiversa la información. Y ejemplificaron: “Los hoteles pueden ofrecer tres plazas, que son las que ve el consumidor, esperar que se vendan y poner tres más”.

Además, cuentan que el profesor de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Ámsterdam, Max Kohnstamm, denunció a la empresa ante al Comité del Código de Publicidad Holandés por “afirmaciones falsas”. La institución resolvió que el gigante turístico desempeñaba prácticas “engañosas” e “injustas”, aunque no lograron obligar a la compañía a modificar sus mensajes.

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