El exvicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto cuestionó este martes la decisión del Gobierno nacional de acatar el fallo de la Corte Suprema sobre la coparticipación, a pesar de haberlo definido como “de imposible cumplimiento".

Para el dirigente del espacio Soberanxs, hay un error de gestión al momento de planificar el rumbo a seguir, lo que hace que "cada paso que se avanza sin convicción termine representando una frustración y dos pasos para atrás".

"El momento es horrible para el país, horrible para el campo nacional y popular, muy malo para el Gobierno. Es muy feo lo que está ocurriendo. Son varios aspectos que confluyen", empezó lamentándose Mariotto en diálogo con La García por AM750.

A veces el presidente actúa como ese personaje de Leopoldo Marechal, que pasaba por la puerta de la iglesia y se sacaba el sombrero con la mano izquierda y con la derecha se rascaba la cabeza. Queda bien en un solo gesto con Dios y el diablo”, apuntó. 

Y se lamentó: “El Gobierno cumple con una indicación seguramente de Cristina y lo hace sin toda la certeza del paso que da. Lo hacen para cumplir con Dios y el diablo. Por eso el paso adelante y los dos para atrás”.

No hay convicciones de los pasos adelante. Esto no es culpa solo de Alberto Fernández, sino de la política. Si no hay planificación, no hay un programa y es todo coyuntura. No hay respuesta. Entonces se cometen este tipo de medidas que solo son frustraciones y no llegan a buen puerto”, explicó.

Para el exfuncionario, un ejemplo contrario a lo que ocurre en la actualidad se puede ver en la experiencia con la Ley de Medios. “Estaba planificado que eso iba a ocurrir. Se trabajó de tal forma, construyendo, y se aportó una audiencia pública en la Corte. Blindada jurídicamente para que, el paso que se dé, se dé firme”, apuntó.

Críticas a la Ciudad

Además, Mariotto no cuestionó únicamente la decisión del Gobierno de acatar el fallo, sino también la forma de gestión de Horacio Rodríguez Larreta. En ese sentido, aseguró que la Ciudad de Buenos Aires no es “opulenta”, sino extraordinariamente desigual.

“La Ciudad funciona como una provincia, y es el territorio federal de todos los ciudadanos. Por eso mismo, funciona como una caja de recaudación que no tiene división política. Todos los estados provinciales tienen departamentos o distrito, con un presupuesto descentralizado. La Ciudad tiene una caja enorme solo manejada por su jefe de Gobierno”, comentó.

“El exabrupto se empieza a cometer cuando se habla de la opulenta Ciudad de Buenos Aires. Es opulenta de Rivadavia para Libertador. Es la Ciudad de mayor inequidad. Mirá su hubiese un intendente en Soldati o Lugano. Qué lindo el Indoamericano, podría ser Palermo también. Pero por qué no pasa. Porque lo decide una sola persona”.