El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, calificó este martes como "inhumano" que en la víspera de la Navidad el gobierno de Texas haya enviado tres colectivos con migrantes a la residencia oficial de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris. En medio de una masiva llegada de migrantes a territorio estadounidense, López Obrador prometió insistirle a su par Joe Biden en la consolidación de un plan integral migratorio, durante la Cumbre de Líderes de América del Norte que se llevará a cabo en México en enero próximo.
"Inhumano y anticristiano"
"Es una actitud muy inhumana porque estamos hablando de una época de bajas temperaturas, entonces por su fobia a los migrantes, su xenofobia, y por sus intereses politiqueros se atreven a utilizar el dolor, la necesidad de la gente", dijo López Obrador durante su rueda de prensa matutina desde el Palacio Nacional. "¿Cómo a la medianoche, con todo el frío, se va a dejar a migrantes? Celebro lo que hacen las asociaciones porque ya están pendientes de este tipo de bajezas, de estos políticos conservadores y corruptos", agregó el mandatario.
El pasado 24 de diciembre por la noche, cerca de la Navidad, tres colectivos con migrantes fletados por el gobierno republicano de Texas llegaron a Washington, uno de ellos frente a la residencia oficial de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris. El gobernador de Texas, Greg Abbott, envió desde abril decenas de buses con migrantes a estados gobernados por los demócratas como método de protesta contra la política migratoria de Biden, un gesto muy criticado por organizaciones de derechos humanos.
Este martes López Obrador también criticó la acción, especialmente debido a las condiciones climáticas en Estados Unidos donde se ha vivido la Navidad más fría en 40 años. "Puede ser que este señor hasta vaya al templo o lea la Biblia, pero en realidad es muy inhumano y muy anticristiano, porque esto no se hace", señaló el presidente en relación al gobernador tejano.
Las personas que descendieron de los micros después de 36 horas de viaje fueron rápidamente atendidas por organizaciones sociales que desde hace meses ayudan a estos migrantes con ropa, comida y refugios. Algunos llegaron a Washington vestidos solo con camisetas en plena tormenta invernal.
"El gobernador Abbott abandonó a los niños al costado de la carretera con temperaturas bajo cero en la víspera de Navidad sin coordinar con ninguna autoridad federal o local", dijo Abdullah Hasan, vocero de la Casa Blanca, quien calificó la decisión como "un truco cruel, peligroso y vergonzoso".
Pedido a Biden
En otro tramo de su conferencia de este martes, López Obrador dijo que durante la cumbre trilateral del próximo mes de enero, donde Biden visitará México, aprovechará para replantear el plan de implementar programas en países centroamericanos para contrarrestar la migración que afecta al norte del continente. "Estamos planteando que haya un programa de apoyo a los países con más pobreza, con más necesidad para que la gente no se vea obligada a emigrar", señaló al respecto.
El líder de izquierda también destacó que los programas sociales que ha implementado en países de Centroamérica, como el de reforestación "Sembrando Vida" y el de empleo "Jóvenes construyendo el futuro", están dando buenos resultados. "Hemos insistido mucho en que se deben atender las causas que originan la migración, que no se da por gusto sino por necesidad. Sin embargo, no ha habido mucha voluntad en este sentido de parte de los gobiernos, hace falta más trabajo para dar opciones a la gente y que no se vea obligada a migrar", advirtió.
"Nuestra propuesta es un plan para el desarrollo de toda América latina y el Caribe, algo que no se hace desde la época del presidente Kennedy", destacó López Obrador, quien describió que tanto el presidente Biden como la vicepresidenta Harris "están en buen plan" para atender el fenómeno migratorio, poniendo como ejemplo las visas de trabajo temporal otorgadas a migrantes venezolanos, un hecho que redujo el flujo migratorio desde ese país.
Expulsiones exprés
La semana pasada, varios estados de Estados Unidos gobernados por conservadores, entre ellos Texas, consiguieron en los tribunales aplazar el levantamiento del Título 42, una política sanitaria federal que permite expulsar de manera exprés a las personas que cruzan la frontera de manera irregular sin que puedan pedir asilo.
Esta normativa implementada por la administración de Donald Trump (2017-2021) y utilizada también por el gobierno de Biden debía dejar de utilizarse el 22 de diciembre por una orden judicial, pero el Tribunal Supremo congeló la decisión. En la respuesta del gobierno, la procuradora general Elizabeth Prelogar escribió que los fiscales de los estados que han llevado el caso al Supremo "no pretenden reivindicar ningún interés en la salud pública o frenar la propagación de la covid-19".
En su lugar, continúa Prelogar, "reconocen con franqueza que desean usar las órdenes del Título 42 como una medida improvisada de control de inmigración". La procuradora general inisistió en que el gobierno admite que poner fin al Título 42 "probablemente resultará en inseguridad y un aumento temporal de los cruces ilegales".
Pero Prelogar también advirtió que "la solución al problema de la inmigración no puede ser extender de forma indefinida una medida sanitaria de forma indefinida que ahora todo el mundo reconoce que ha sobrepasado su justificación de salud pública". En definitiva, el Ejecutivo considera que no puede mantener en vigor la normativa, que se basaba en un dictamen de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) que ya no está en vigor, y defiende, por tanto, retomar "el sistema migratorio prescrito por el Congreso".
Prelogar precisó que la intención del gobierno es continuar aplicando un régimen de expulsiones bajo el Título 8, que permite a los migrantes solicitar asilo en los puertos de entrada y brinda la potestad al Ejecutivo para deportar e incluso imponer penas a quienes no cumplan con los requisitos y sean considerados inadmisibles.
2,5 millones de expulsiones
Durante los últimos días miles de personas han cruzado la frontera con México y muchas de ellas se concentran en la ciudad de El Paso, Texas, donde tienen que dormir a la intemperie a pesar de las gélidas temperaturas. Son aproximadamente 22 mil migrantes los que esperan a que se tome una decisión que les permita cruzar sin correr el riesgo de ser deportados inmediatamente.
Desesperados ante la posibilidad de quedarse indefinidamente en México, donde enfrentan extorsiones y amenazas por parte de los carteles, muchos migrantes deciden arriesgarse y cruzar la frontera sin ser detectados por las autoridades fronterizas.
Desde que entró en vigencia en 2020, el Título 42 ha permitido cerca de 2,5 millones de expulsiones en la frontera, según datos del International Rescue Comittee. Del otro lado, lamentablemente, tampoco encuentran una salida. La llegada masiva de migrantes a la ciudad fronteriza de El Paso está provocando situaciones de discriminación tales como el hecho de toparse con albergues que no aceptan a personas que hayan cruzado a Estados Unidos de forma irregular.
En las últimas semanas, la Guardia Nacional de Texas ha instalado más de tres kilómetros de cercas en El Paso. El vallado, sin embargo, no parece ser la estrategia eficiente para el control migratorio. La Patrulla Fronteriza contabiliza un promedio de 1.500 arrestos al día, sin contar a los cientos que ingresan sin ser detectados por las fuerzas de seguridad.