Un día después de la muerte de Candelaria Enrique, la niña de 5 años que fue víctima de una "bala perdida" durante los festejos de Navidad, un nene de la misma edad resultó baleado en una pierna este lunes por la noche, en un ataque armado en barrio Vía Honda. Ante la balacera, Thian debió ser trasladado al Hospital de Niños Víctor J. Vilela. A ese efector, llegaron en todo el año, 19 niños, niñas y adolescentes con heridas similares, ocasionadas por disparos de armas de fuego. Además, en el Hospital de Niños Zona Norte, recibieron otros 19 casos por hechos cometidos en el marco de la misma violencia urbana.
El nuevo ataque, que dejó internado a Thian L. ocurrió el lunes por la noche, en 24 de Septiembre y pasaje Manantiales. Según trascendió, los tiradores pasaron en una moto y también alcanzaron a un hombre de 32 años -que fue herido en la pierna y se fue del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez sin el alta médica-, y otro de 25 años, que fue trasladado al hospital Carrasco, pero luego derivado al Heca.
En cuanto a Thian, ayer se pudo saber que la bala impactó en la pierna izquierda y que sería dado de alta en las próximas horas.
Viviana Esquivel, directora del Vilela, indicó que en este año ingresaron 19 niños, niñas y adolescentes con lesiones similares. Si bien indicó que en 2021 fueron 32 los casos, no dejó de manifestar preocupación y de destacar el trabajo que hace el equipo interdisciplinario sobre las víctimas de este tipo de hechos y sus familias, en coordinación con el trabajo que hacen otros equipos en cada territorio que las infancias habitan.
Por su parte, la directora del Hospital de Niños Zona Norte, Mónica Jurado, reportó la misma cantidad de casos, en 2022, que los que llegaron al Vilela. "La semana que viene, además, vamos a tener datos comparativos con años anteriores", adelantó sobre el informe que preparan en conjunto. Para Jurado los casos suman preocupación. "Un solo caso para nosotros es preocupante. Es todo un equipo de trabajo el que se activa ante un caso de este tipo: son trabajadores sociales, de salud mental, terapistas, es un abordaje que no se puede dar desde un solo lugar". Además, planteó que "en general, los niños no son receptores (como objetivo) de la bala, sino que están en contexto de violencia", lamentó.
Los casos por heridas de bala no son los únicos que preocupan, ya que este año también hubo que lamentar hechos extremos, en los que resultaron víctimas niños, niñas y adolescentes, como fue el reciente caso de Candelaria, durante la noche de Navidad, quien iba al mismo jardín de infantes al que concurría Auriazul, otra niña de 6 años que en mayo pasado fue asesinada junto a sus padres. Ya en el inicio del año se conoció el caso de Elena, de un año y medio, que también fue alcanzada por las balas contra sus padres, a las salida de una boda en Ibarlucea, en enero pasado.