Juan Antonio Bracamonte fue condenado este martes a la pena de prisión prepetua por el femicidio de Marisa Molina, la mujer asesinada de un disparo en la cabeza, en su casa de Villa Gobernador Gálvez, el 24 de enero de 2020. Fue su hijo quien encontró el cuerpo tendido sobre la cama de la vivienda de calle Paraguay al 500 bis de la vecina localidad. El acusado fue detenido, acusado por fiscalía y condenado por el triibunal integrado por  Mariano Aliau, Carlos Leiva y Gustavo Pérez de Urrechu.

En su imputación, los fiscales Matías Edery y Georgina Pairola indicaron que el acusado "la mató porque no podía cambiarla", y que ella misma lo llamaba "mi carcelero", mientras vivían juntos. 

La calificación legal que imputaron los fiscales fue por el delito de homicidio triplemente calificado: por el vínculo, por alevosía y por haber sido cometido en contexto de violencia de género (femicidio).

La acusación por el femicidio indica que a las 3.30 de la madrugada del 24 de enero de 2020, en calle Paraguay al 500 bis de Villa Gobernador Gálvez, el acusado -que tenía 47 años al momento del hecho- disparó un arma de fuego contra la víctima, cuando ambos estaban en el domicilio que compartían. Para Fiscalía, el caso fue cometido en un contexto de violencia intrafamiliar y violencia de género sostenida en el tiempo. Asimismo, se le atribuyó al acusado haber tenido ilegítimamente en su poder -desde momentos antes y posterior al hecho referido, en inmediatas condiciones de uso- el arma de fuego calibre 38, sin contar para ello con la debida autorización legal, que fue la utilizada para perpetrar el hecho.

La víctima tenía 44 años y tres hijos jóvenes. Su trabajo era atender una despensa, cerca de su casa; y solía jugar al fútbol femenino. El cuerpo de Marisa fue encontrado esa misma madrugada, por uno de sus hijos, que vivía en la casa de atrás.