Las ventas en supermercados retrocedieron 0,7 por ciento en octubre respecto del mes anterior, dentro de una tendencia que muestra cierto estancamiento a partir de la segunda mitad del año. Las ventas acumuladas en los primeros diez meses se ubicaron 1,9 por ciento arriba de las acumuladas en igual período de 2021.
En los autoservicios mayoristas, el panorama es peor, ya que las ventas cayeron 2,1 en la comparación mensual y 0,6 por ciento en el acumulado, informó el Indec. Por el contrario, las ventas en shoppings tuvieron un muy buen 2022: crecieron 45,6 por ciento medidas en cantidades en los primeros diez meses del año.
El consumo en los supermercados y autoservicios mayoristas está directamente vinculado con el poder adquisitivo de la población. Hacia mediados de año, con la aceleración inflacionaria que destapó la salida del ex ministro de Economía, Martín Guzmán, el poder de compra mermó, especialmente en los sectores más vulnerables, quienes perciben planes sociales y jubilados.
De todos modos, la aceleración inflacionaria suma dos años consecutivos, luego de la interrupción en pandemia, y eso explica el magro crecimiento del consumo masivo en el último tiempo: 1,9 por ciento acumulado a octubre de 2022 versus igual período de 2021. La misma medición para los primeros diez meses de 2021 y 2020 daba 0,7 por ciento, y una caída del 11 por ciento en el acumulado de 2019.
La consultora especializada en consumo masivo, en supermercados y pequeños canales de comercio barriales, Scentia, apuntó en septiembre la primera caída interanual de las ventas luego de 14 meses ininterrumpidos en alza. Además, observó que había una fuga del consumo desde los pequeños comercios, donde el alza de precios es mayor, hacia los hipermercados, para aprovechar mejores precios y descuentos.
La consultora Kantar aporta otro dato interesante: las compras con finalidad de abastecimiento, que son características de la clase media de la población, vienen perdiendo peso sistemáticamente en los últimos dos años. Los datos del Indec confirman esas tendencias.
En octubre, también la medición oficial de la actividad económica apuntaba una caída intermensual del 0,3 por ciento por segundo mes consecutivo. Los dos principales sectores de la actividad doméstica son el comercio mayorista, minorista y de reparaciones y la industria. Ambos mostraron señales de desaceleración a partir de septiembre. Por su parte, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informó que en noviembre las compras minoristas anotaron el quinto mes consecutivo en baja en la comparación interanual
Las estadísticas oficiales y privadas permiten corroborar el hecho de que una inflación alta golpea principalmente al consumo de las clases populares, medias y bajas. En ese sentido, el gobierno concentró sus esfuerzos de política en moderar la dinámica de los precios de los productos de consumo esenciales: a través del programa Precios Justos se congelaron por cuatro meses los valores de más de 1.900 artículos del rubro de alimentos, bebidas, lácteos, higiene personal y limpieza.
Por otro lado, las ventas en shoppings, un consumo característico de las clases medias altas y altas, mostraron una dinámica peculiar más bien disociada de la evolución de los ingresos del promedio de la población. En octubre, las ventas en los centros comerciales crecieron 8,2 por ciento respecto a igual mes de 2021 medidas en cantidades, y el dato acumulado en los primeros diez meses del año da cuenta de un incremento del 45,6 por ciento. Son cifras que muestran dos Argentinas distintas: la del consumo masivo regresiva y la de consumos recreativos o accesorios que no se resiente.