“Yo quería ser linda para ser aceptada. Y realmente operarme las lolas me cambió la vida”, fueron las primeras palabras de Daniela Celis, más conocida como “Pestañela”, en el video de presentación de Gran Hermano. Oriunda de La Reja, Moreno, la participante de 26 años se tatuó la palabra “amor”. No venerando el amor romántico sino todo lo contrario: para no olvidarse nunca que primero se tiene que amar a sí misma y recién después amar a otra persona. Antes de entrar a la casa más famosa del país, Pestañela estaba en pareja con un hombre 20 años más grande. Se separó para ingresar soltera, sin tener que rendirle cuentas a nadie.
El lunes 17 de octubre las puertas automáticas del estudio de Gran Hermano se abrieron y Pestañela desfiló en tacos altos hasta donde se encontraba Santiago del Moro de traje y moño; caminó bamboleando las caderas de un lado a otro, envuelta en un vestido rojo furioso al cuerpo y al ras de la cola. Era la figura en carne viva de la Jessica Rabbit del conurbano. De piel morocha, pelo oscuro largo y pesado, y voluptuosa como una chica pin up de los años 50. Dos elementos del diseño de su imagen la volvieron ícono en redes sociales: las pestañas postizas y las uñas esculpidas. Pestañela no es superficial por preocuparse (y ocuparse) tanto de su estética: guarda un container de uñas esculpidas abajo de la cama como una caja de balas que la protegen de un pasado que la atormenta.
La gente me señala
La primera noche Pestañela le contó a sus compañeros que en su infancia la pasó mal. Por ser morocha y tener muchos pelos en el cuerpo se referían a ella como ´el lobo´. “Me hacían sentir fea”. De adolescente soñaba con ser modelo, pero más de una vez le dijeron que baje a la realidad. Pestañela se repetía a sí misma que era un deseo que no estaba a su alcance. Por eso el ser elegida en el casting del reality era tan importante. Entre los participantes de Gran Hermano un chico de 19 años llamado Thiago Medina intentó conquistarla. Tras un mes de insistir, ella comenzó a fijarse en el jugador más joven de la casa. El martes 22 de noviembre se dieron un beso de lengua en vivo a pedido de Santiago del Moro. Un vínculo que no tardaría en afectar la autoestima de Pestañela y su imagen dentro y fuera de la casa. Con el correr de las semanas Pestañela comenzó a querer a su chongo. Un amor no correspondido con la misma intensidad que la debilitó como persona y jugadora.
Me apunta con el dedo
Para bien y para mal, las telenovelas de la tarde nos dieron una educación sentimental. Una escuela del amor, pero sobre todo del desamor. Y esa última materia contiene el capítulo más valioso y feminista: el camino de la venganza. El permiso para que la mujer sea mala como lo fueron con ella. Pestañela entró a la casa el 17 de octubre siendo Marimar Pérez: el personaje que interpretó Thalía en la telenovela de 1994. Marimar, una chica ingenua, bruta y pobre que se enamora de un hombre que la utiliza para molestar a su familia adinerada. Sergio le promete amor y, luego de casarse con ella, se arrepiente y la deja. Marimar llora desesperada hasta que descubre que el mejor remedio para tanto dolor es la venganza. Atrás quedará la joven frágil para asumir la identidad de Bella Aldama. Una mujer poderosa, y ahora rica, que hará sufrir a Sergio y su familia. Pestañela nunca fue ilusa como Marimar, pero al igual que la protagonista mexicana sí fue burlada por bruta cuando cargaba sal en sus uñas postizas.
Susurra a mis espaldas
A Pestañela la difamaron asegurando que se acercó a Thiago por estrategia, y no simplemente por calentura. Si algo no le perdonaron es que lo de ella con Thiago no fuera una historia de amor modelo como la de Maxi y Juliana, sino solo sexo. Como si eso fuera poco o menos valedero. Un sector del público y de los medios de comunicación leyeron la relación entre los dos participantes con la lupa moralista: si Thiago no consideró a Pestañela como su futura novia es porque fue rapidita y se regaló con moño, y las putas no merecen ser amadas. Pestañela fue señalada de chica fácil, de gemir demasiado fuerte en la ducha, de coger en una habitación rodeada de gente. Convirtiéndose en una amenaza de vulgaridad para el resto de las parejas de la casa que cogen como personas civilizadas. Esa mirada clasista y discriminatoria flotó en cada estudio de televisión que analizó la relación fogosa entre la chica y el chico de origen humilde.
Y a mí me importa un bledo
Apenas Pestañela fue expulsada de la casa el 18 de diciembre con el 73,29 por ciento, en El debate la sentaron en una banqueta para enrostrarle todos los videos donde Thiago repite que ya no sabía cómo sacársela de encima. Integrantes del club de fans de Pestañela se ocuparon de mandarle mensajes avivándola de cómo la defenestró Thiago. Capturas de pantalla para tratar de abrirle los ojos. El clásico “amiga, date cuenta”. Pestañela juró buscar venganza y a partir de ese inolvidable día fue bautizada como “Venganiela”. No está sola en ese camino, Venganiela en su nueva estrategia ajusticia a todo el club de los corazones rotos.
¿Qué más me da?
Angel de Brito le preguntó a Pestañela en LAM si al menos la pasó bien con Thiago. “¿Sexualmente? Con Thiago lo que me pasó es que teníamos mucha piel, mucha química, y eso es lo que me llevaba a ir a la cama con él”, le responde pronunciando bajito la palabra “cama”. Minutos después, el conductor le pidió que aclare si es verdad que salió con el ex de Romina, y que fue él quien le pagó las lolas. “Las lolas me las pagué yo sola con dos años de trabajo. Ni mis viejos me las pagaron. Es el orgullo más grande que tengo”.
Sí soy distinta a ellos
En la telenovela Marimar la venganza se cocina a fuego lento. La primera vez que Sergio se topa por accidente con Bella Aldama, sin sospechar que es Marimar, es en un lujoso teatro. Sergio la observa obnubilado por tanta belleza a quien todavía es su esposa. Bella lo mira con desprecio y le grita: “¿Qué le pasa a usted conmigo? ¿Qué? ¿No sabe respetar a una mujer?”. El 26 de diciembre Pestañela también hizo un regreso triunfal. Abrió de nuevo las puertas de la casa, pero esta vez como una topadora que no tendrá piedad con quienes la traicionaron. Las primeras que corrieron a abrazarla fueron sus dos fieles amigas: Julieta y Romina. Thiago se sumó al abrazo sin saber que Pestañela ya no es la misma chica que abandonó la casa el 18 de diciembre.
"No soy de nadie/No tengo dueño”
Marimar, basada en la telenovela La venganza de 1977, es un programa comandado en gran parte por mujeres: fue creado por Inés Rodena, dirigida por Beatriz Sheridan, y con producción ejecutiva de Verónica Pimstein. Esa mirada feminista se nota en el protagonismo que tiene la venganza de la mujer lastimada en comparación con lo breve que es el romance entre Marimar y Sergio. Sin embargo, el final de la telenovela no es feliz sino conservador. Marimar perdona a Sergio y vuelven a estar juntos. Ojalá la telenovela de Pestañela tenga un mejor desenlace.