39 artistas contemporánea/os participan de una exposición colectiva en la galería Mrs., en Queens, Nueva York, donde algunas piezas expuestas aluden a la gata parisina Félicette, primera en viajar al espacio exterior; a la felina Bastet, diosa del Antiguo Egipto, protectora de hogares y templos; al glotón de Garfield… Porque el tema, obvio es decirlo, son los micifuces, honrados desde la pintura, la escultura y el dibujo en Even a Cat Can Look at the Queen, tal es el nombre de esta encantadora exhibición que seguirá en cartel hasta el 7 de enero. De todo como en botica en esta muestra que presenta a mininos en todo su esplendor, explorando las muchas facetas de criaturas tan complejas como fascinantes: desde su costado gentil hasta su terquedad, desde su inherente elegancia hasta su pereza, desde su rebeldía hasta la amorosa compañía que ofrecen (cuando les pinta, sobra aclarar).

“Space Pussy” (2022), de Alexandra Rubinstein

Así lo manifiesta la curadora Anna Stothart en el comunicado oficial de la exhibición, donde detalla que las pintoras Kathe Burkhart y Kate Finneran capturan la naturaleza dulce y adorable de los gatos, mientras la artista Abby Lloyd alude vía escultura a sus atributos más “amenazantes” con una figura antropomórfica un pelín inquietante. Cait Porter y Katharine Kuharic eligen detenerse en sus momentos contemplativos, y en Space Pussy, obra de Alexandra Rubinstein, puede verse a un micifuz galáctico, de otro mundo, de ojazos casi sobrenaturales. Lydia Blakely, por su parte, enfatiza el aspecto travieso, curioso, juguetón de estos animalitos, y siguen las firmas…

“Wheezie with Blue Sheets” (2022), de Cait Porter

Tan solo algunos ejemplos de Even a Cat Can Look at the Queen, título que parafrasea un antiguo proverbio inglés, “A cat may look at a King”, que -como Stothart explica- “servía de recordatorio de que todas las personas deben ser tratadas por igual, independientemente de su estatus social, sexo, edad, religión, etnia o educación”. En este caso, añade la curadora, también refuerza cierta idea asociada a los entrañables compañeros peludos: su tendencia a hacer lo que le venga en santísima gana, desafiando cualquier regla que se le imponga (en vano).