Bajo el título “Un nosotros que nos incluya y hermane a todos” la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) utilizó su clásico saludo por el año que se inicia para hacer un llamado a “superar los urgentes problemas del país” y dejar de lado “todo lo que acreciente divisiones” y “postergue la discusión de los temas urgentes en relación con la pobreza, la deuda social, la educación y el crecimiento del país”. El mensaje, que también hace referencia a la necesidad de “renovar las actitudes y las disposiciones para la convivencia democrática”, advierte sobre el peligro de poner en riesgo la institucionalidad.
El mensaje va en línea con lo que la propia Comisión Ejecutiva encabezada por su presidente Oscar Ojea (obispo de San Isidro) le transmitió a Alberto Fernández cuando lo visitaron en la Casa Rosada el pasado 14 de diciembre. En esa ocasión y en el correr de un diálogo cordial, los obispos ya le habían expresado al Presidente “su gran preocupación por la pobreza en el país, en especial por el impacto negativo de la inflación en los sueldos de los trabajadores y trabajadoras, tanto de quienes tienen un empleo formal, informal o los que trabajan en la economía popular”.
En aquel encuentro el Presidente y los obispos coincidieron en la posibilidad de que la Iglesia y el Gobierno dediquen esfuerzos conjuntos para trabajar en el desarrollo y fortalecimiento de la economía popular. Alberto Fernández manifestó también su disposición a concurrir el año venidero a alguna reunión de la Comisión Permanente del Episcopado para dialogar con las máximas autoridades de la Iglesia y acercar su perspectiva a los obispos. El ofrecimiento fue aceptado por las autoridades de la Conferencia Episcopal si bien no se concretó una fecha para el encuentro.
Ahora la jerarquía eclesiástica señaló también que “es imprescindible superar la desmesura que nos lleva a agredir y descalificar a quienes no piensan como nosotros” poniendo en evidencia la preocupación que obispos y otros ministros de la Iglesia Católica manifiestan ante los niveles de enfrentamientos que se verifican tanto en el nivel político como en lo social. Y atendiendo al próximo escenario electoral la Comisión Permanente sostiene en su comunicado que “la crisis que vivimos exige para este nuevo año 2023, no pensar solo en preservar los intereses personales, partidarios y electorales, sino buscar decididamente, en el máximo respeto a la Constitución Nacional, aquellos consensos básicos que aseguren el compromiso para superar los urgentes problemas del país”.
Subrayando su alineamiento con las enseñanzas del Papa los obispos argentinos hicieron suyo parte del mensaje papal con motivo de la Jornada Mundial de la Paz que se celebra cada 1° de enero, en el que Francisco propone este año “concebirnos a la luz del bien común, con un sentido comunitario, es decir, como un ‘nosotros’ abierto a la fraternidad universal” porque “es hora de que todos nos comprometamos con la sanación de nuestra sociedad y nuestro planeta, creando las bases para un mundo más justo y pacífico, que se involucre con seriedad en la búsqueda de un bien que sea verdaderamente común”.
Tampoco el triunfo deportivo de la selección nacional de fútbol quedó al margen del mensaje episcopal. Rescatan los obispos que “festejándolo supimos postergar diferencias y superar divisiones en la experiencia emocionante de una alegría común”.
Firman la declaración el Presidente, Oscar Ojea, los vicepresidentes primero y segundo, Marcelo Colombo (arzobispo de Mendoza) y Carlos Azpiroz Costa (arzobispo de Bahía Blanca) respectivamente, y el Secretario General del organismo, Alberto G. Bochatey, obispo auxiliar de La Plata.