El Senado uruguayo aprobó con el voto de la bancada oficialista una reforma previsional que originó una férrea resistencia en la oposición de izquierda y en el movimiento sindical y que a partir de este miércoles empezó a ser debatida en particular en la misma cámara. El proyecto, que entre otras cosas contempla un aumento de la edad jubilatoria, logró el voto de los senadores oficialistas luego de no pocas negociaciones, ya que los legisladores del derechista Cabildo Abierto (CA), uno de los partidos incluidos en la alianza que llevó a la presidencia a Luis Lacalle Pou, presentaron distintos reparos.
Voceros de CA citados por La Diaria dijeron que la agrupación espera zanjar las diferencias que tiene con la iniciativa cuando el proyecto pase a Diputados, algo que ocurrirá ya iniciado el 2023. Entre otros puntos, el proyecto amplía la edad de jubilación hasta los 65 años, en una escala vinculada con la fecha de nacimiento, dispone un tratamiento especial que incrementa los beneficios a familias que incluyan hijos con discapacidad, permite a las personas jubiladas mantener un empleo y dispone de un "suplemento solidario" para los haberes más bajos.
El oficialismo alcanzó la aprobación en general del proyecto luego de sortear además diversos contratiempos, como el de no contar con quórum al tratarse de una sesión extraordinaria debido a que en Uruguay ya empezó el receso legislativo. La bancada del Partido Nacional también esperaba por la senadora Gloria Rodríguez, que estaba convaleciente tras una intervención quirúrgica. Finalmente, llegó minutos antes de las once de la mañana y se pudo dar inicio a la sesión.
Dejando atrás estos episodios, la sesión transcurrió en línea con los argumentos esgrimidos por el oficialismo y la oposición en los últimos meses. Para los primeros, la reforma es necesaria para lograr la sostenibilidad del sistema jubilatorio, los cambios son graduales y no acarrearán perjuicios para los trabajadores, se incorporan nuevos derechos, como la posibilidad de combinar trabajo y jubilación, y además se eliminan inequidades con la convergencia de todas las cajas en un régimen previsional común, con una parte estatal y otra por AFAP (Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional).
Rechazo del Frente Amplio
En cambio, el Frente Amplio (FA) planteó que se incumple una promesa de campaña, ya que el presidente Lacalle Pou dijo que no modificaría las reglas a quienes ya estaban trabajando; que hay sectores que se verán directamente perjudicados por los cambios jubilatorios y la suba de la edad de retiro a 65 años; que no se atravesó un proceso de diálogo social en busca de consenso para hacer una reforma, y que el contenido del proyecto es limitado, porque sólo atiende aspectos previsionales y no otras áreas de la seguridad social.
Durante su intervención en la Cámara Alta, el senador Sergio Botana del Partido Nacional señaló que el proyecto es positivo porque "siembra igualdad, aumenta la jubilación al pobre y asegura la de todos". "Votamos una reforma para que los trabajadores del futuro también se jubilen; una reforma que ayude al niño, a la mujer, a la persona con discapacidades, a los trabajadores con dificultades para generar causal", apuntó Botana.
Por su parte Silvia Nane, senadora del FA, expresó que su fuerza no iba a acompañar el proyecto por considerarlo "incompleto, injusto y fuertemente negativo en algunos aspectos centrales". La senadora opositora dijo que considera "grave" que se modifique de esta forma "las reglas del juego" para un millón de trabajadores con la mira puesta en las finanzas y no en las personas.
"Robin Hood al revés"
El proyecto también contó con el rechazo de la central sindical PIT-CNT. El pasado 15 de noviembre miles de trabajadores respondieron a la convocatoria de la central única sindical de Uruguay, que llamó a una manifestación frente al Congreso como cierre de un paro general de cuatro horas en rechazo a la iniciativa.
Bajo la consigna "Que no te roben el futuro", PIT-CNT marchó el martes desde la explanada de la Universidad de la República hasta el Palacio Legislativo, donde el titular de la central obrera, Marcelo Abdala, rechazó la iniciativa. "Este proyecto es Robin Hood al revés, es el modelo de la desigualdad, es sacarle al de abajo para darle al de arriba. No cambia en absolutamente nada la financiación", criticó Abdala, quien remarcó: "No están dispuestos a hacer lo que hay que hacer, que es gravar directamente a la riqueza de este país".