Luego de 24 horas de acampe a orillas del Lago Escondido, los integrantes del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) se retiraron con la promesa de volver a actuar "todas las veces que sea necesario" para exigir el libre acceso al territorio adquirido "de manera fraudulenta" por el magnate inglés Joe Lewis. En conferencia de prensa, el referente del espacio, Juan Grabois, volvió a denunciar que allí "funciona un Estado paralelo" y alertó que existe "complicidad" de parte del Gobierno de Río Negro. Por su parte, desde Lago Escondido, la empresa que administra la estancia, adelantaron que iniciarán una denuncia contra el dirigente social.
"Estamos muy orgullosos de lo que hemos hecho. Vinimos con un objetivo que era pasar 24 horas en territorio nacional de Lago Escondido. Los lagos son propiedad y patrimonio de todo el pueblo y nadie tiene derecho de cerrar accesos. Vamos a volver a hacerlo todas las veces que sea necesario acá y en cualquier otro territorio donde se viole la soberanía nacional", afirmó Grabois en una conferencia de prensa realizada por la tarde. Los integrantes de la delegación del MTE que concurrieron a la estancia de Bariloche celebraron haber podido llegar al lago y acordar un límite de 15 metros para acceder públicamente, lo que Grabois catalogó como "algo importante, porque creo que es un hecho jurídico".
El martes Grabois ingresó junto a un grupo de integrantes de la organización a la estancia del magnate británico para reclamar que el Estado Nacional recupere esas tierras, que actualmente se encuentran en litigio con la Justicia. Según denuncian, la propiedad de 12.000 hectáreas obstruye el libre acceso al lago, por lo que una de las medidas de los manifestantes fue izar una bandera argentina en la orilla. Además, instalaron carpas con el objetivo de iniciar un acampe "por tiempo indeterminado" y aseguraron: "Las Malvinas son argentinas, el Lago Escondido también". La delegación estuvo compuesta, además, por el diputado nacional Federico Fagioli; abogados, trabajadores de prensa y representantes de organizaciones sociales.
Pese al empuje inicial, la medida duró menos de 24 horas, ya que el acampe se levantó ayer miércoles por la mañana. Mientras duró, el MTE denunció amenazas de personas encapuchadas, interrupción de las líneas telefónicas, amedrentamiento por parte de la Policía provincial y el cercamiento del terreno para evitar la salida de algunos integrantes que debían abandonar el acampe por problemas de salud. El mismo Grabois expresó en su cuenta de Twitter: "En las últimas 24hs, hubo varios forcejeos con la patota parapolicial de Lewis, no con los trabajadores con quienes compartimos mates y charlas".
Desde Lago Escondido, la empresa que opera la estancia, expresaron su rechazo a lo que entienden como una "discriminación de los que no trabajan". En un comunicado titulado "Orgullosos de ser argentinos", la compañía dijo: “Hartazgo. De vivir laburando, con el corazón en la boca. De no poder vivir en paz. Hablemos del hartazgo de que pretendan una y otra vez marginarnos. Hablemos del hartazgo, de la discriminación de los que no trabajan a los que día a día perseguimos nuestros sueños dando lo mejor con honestidad y transparencia”. Además, informaron que denunciarán a Grabois penalmente por violación de domicilio, intrusión, amenazas, daños a la propiedad privada y violencia de género, por una supuesta agresión a una empleada del lugar. El dirigente social, en tanto, afirma que sólo se trató de un "forcejeo" cuando la mujer, una representante del área de comunicación de la empresa, intentó filmarlo.
Recientemente se conocieron los mensajes de un grupo de Telegram donde jueces, fiscales, funcionarios del Gobierno porteño y un exagente de inteligencia elaboraban estrategias para ocultar un viaje a la propiedad de Lewis. Tal como publicó Página/12, de aquel encuentro participó, un magistrado que falló a favor del magnate británico en septiembre de 2021, cuando declaró prescriptas las denuncias contra exfuncionarios por la apropiación del lago. En este sentido, Grabois señaló la existencia de un "Estado paralelo", producto de las tramas de poder que se tejen en la estancia de Bariloche. "Están obsesionados por mantener el lugar como un especie de escondite. Por ahí pasó Macri, por ahí pasan los jueces de la Corte Suprema, los principales políticos ´vende Patria´, jefes de seguridad, los dueños de los medios monopólicos; funciona como una Casa Rosada paralela y van decidiendo los destinos" de la Argentina, aseguró.