Esta es una obra que desprincesa. Y que propone una aventura: “la aventura de ser yo”. Eso es lo que la Princesa Victoria, la protagonista, emprende en esta historia que arranca como un clásico cuento de amor, y que termina mostrando cuán incómodos y difíciles de sostener son algunos mandatos, tanto para las que nacieron para princesas como para los que deben mantenerse caballeros. Con actrices y actores muy jóvenes que cantan y bailan muy bien, y otros más experimentados como Ana Acosta y Alejandro Paker, Desprincesada, la aventura de ser yo se destaca en un género que en el último tiempo tiene gran desarrollo en la Argentina, el de las comedias musicales.  

Los que hicieron Desprincesada dicen que es “un cuento al revés”. “Porque no sucede nada de lo ‘tradicionalmente’ esperado. El príncipe no se casa con la princesa, no hay un hada madrina salvadora, y nadie termina enredado en el ‘y vivieron felices por siempre’. Los personajes se enfrentan a conflictos reales en los que tienen que vencer un miedo, o animarse a ser o a hacer lo que realmente les dicta su corazón”, enumera Luján Salazar, la directora. Entre esos “cambios de guión” está la aparición del pueblo, con sus problemas cotidianos y reales, y también levantándose en contra de las injusticias, cuando logra unirse para ello.

Todo se cuenta también con mucho humor, y con la guía de un “Hado Padrino” (Paker) que es todo un personaje. Se lucen en sus actuaciones Braian Pavón como el Príncipe Goblin, tan preocupado por su cabellera y, en general, por otra cosa distinta a la que es enviado a hacer, y Paola Medrano como la forzuda y decidida Escudera Kazil. También la protagonista, Carolina Domenech, de 17 años, que fue “descubierta” como Youtuber, participó en la serie televisiva Aliados y tiene aquí su primera aparición teatral, y las pequeñas Annie Milco y Maitena Barrionuevo, de 12 y 11 años, que se turnan para hacer de Barita, una simpática y astuta niña del pueblo.

“Yo no conocía a Caro, me dijeron que era youtuber y vi un par de videos de ella. Simplemente me flechó. Me enamoré de su transparencia, de su belleza natural, de su simpleza. Sentí que era ella mi Princesa Victoria, ¡y no me equivoqué!”, cuenta Salazar sobre la protagonista de su obra.  Las nenas que están en el rol de Barita son alumnas de la escuela de comedia musical que lleva adelante esta puesta (Expresarte, de zona oeste del Gran Buenos Aires). “Sabíamos que estaban preparadas para dar este salto. Plantean dos cosas diferentes a pesar de hacer el mismo personaje y eso es lo que a mí me encanta como directora: la singularidad y libertad de cada personaje”, sigue contando la autora de Desprincesada.

El resto de los actores y actrices, todos muy jóvenes, fue seleccionado por audición. “Al llamado respondieron 628 personas. Vimos mails, curriculums y reels uno por uno. Seleccionamos cuarenta, de las cuales quedaron trece. Les contestamos a cada uno mail por mail, yo me ocupé personalmente de eso. Todos vienen de formaciones en distintas áreas artísticas: danzas, comedia musical, teatro… Mi propuesta fue ‘desprincesar’ todo prejuicio respecto al ´’yo soy’ sólo actor. O sólo cantante, o sólo bailarín. Acá había que desear ‘ser’ lo que creo que ‘no puedo’ o ‘no sé... Porque me voy a arriesgar y voy a aprender… ¡Voy a ser un desprincesado para poder desprincesar!”.