Llega el verano y los grandes centros urbanos del país comienzan a vaciarse. Sin duda, muchos de los autos que ahora se hacen notar por la ausencia están camino a la Costa Atlántica, uno de los destinos turísticos más populares del país.
Este fenómeno trae aparejada otra imagen recurrente: la Ruta 2 tapada de autos que avanzan largos kilómetros a pase de hombre para llegar hasta el tan codiciado mar. Tráfico que un poco cede a la altura de Dolores, cuando la ruta se divide entre los que van para el norte del Partido de La Costa y los que van hacia el sur. Por eso, es posible que en los recambios de quincena se demore hasta siete horas o incluso más en llegar.
Sin embargo, es posible tomar una ruta alternativa, que si bien es unos kilómetros más larga —la Ruta 2 es el camino más directo— y no tiene dos carriles para cara dirección, sino que es mano y contramano, pueden resultar más rápidas dada la menor presencia de autos y camiones.
Así, una opción para quienes viajan a Mar del Plata y quieren evitar la Ruta 2 es tomar por la Ruta 36, que arranca a la altura de El Pato, hasta su empalme con la 11, pasando Punta Indio. Se trata de un recorrido de 486 kilómetros versus los 415 por el camino más popular.
En cambio, otro medio es tomar la Ruta 29, empalmada a la altura de La Plata con la Ruta 215 y luego continuar hasta la 226, bajando a la costa a mitad de camino entre Tandil y Mar del Plata. Este camino es aún más largo, con una extensión de 476 kilómetros.