Improvisación al poder
No es novedad: la escena gastronómica de la costa suele ser decepcionante. Salvo Mar del Plata –que cuenta con algunos restaurantes fantásticos–, el resto de las playas atlánticas se debía una renovación largamente prometida y pocas veces cumplida. Por suerte, siempre aparecen excepciones y Pinamar cuenta con varias de ellas, en una oferta que crece y gusta. Un ejemplo es Casa Oxalis, espacio que apuesta a la estacionalidad con una carta que se construye desde los productos frescos que encuentran diariamente. Son pocos platos pero bien hechos, pesca del día y mucha técnica. A cargo está Fernando Lo Coco, quien vuelve a su ciudad después de largo tiempo trabajando por el mundo y, lejos del minimalismo que impera en buena parte de las cocinas, crea platos elaborados sumando la riqueza del entorno, con cuidado del detalle y apostando al cero desperdicio.
Lo Coco arma el menú diariamente de acuerdo a lo que haya llegado al restaurante: “Tenemos un pescador que pesca con anzuelo y según qué trae, cocinamos. Puede ser corvina, cazón, palometa, pescadilla, lisa”, cuenta. El resultado son platos como una musseline de palometa envuelta en algas o un roulade de corvina.
La idea de Casa Oxalis es ser amplio, apto todo público, más allá de lo extremo de su propuesta improvisada: abre desde la mañana, cuenta con cafetería, sándwiches y pastelería, al mediodía se suman los platos del almuerzo y los fines de semana también habrá brunch. Los precios van desde amigables $1500/$2000, y suben de acuerdo a lo que cada comensal quiera comer. “Queremos que cada persona pueda acceder y gastar de acuerdo a su bolsillo, por eso hay ensaladas, sándwiches y vinos por copa”, explica Lo Coco. Sin ser muy extensa, la carta de bebidas incluye líneas de La Rural, Falasco Wines y Kaikén. También hay panes y pattiserie, una de las especialidades de la casa, que se venden para llevar.
Más que un restaurante formal, Casa Oxalis, es un espacio recuperado que, con algo de hipismo y mucho de gastronomía, promete levantar la vara culinaria de la zona.
Casa Oxalis queda en De las Burriquetas 248, esquina De Las Acacias, Pinamar. Horario de atención: abierto todos los días de 10 a 19. Instagram: @casa.oxalis.
Se va la segunda
Por segundo año el chef Dante Liporace muda su restaurante Molusca a Pinamar. Está ubicado a una cuadra del mar, en el tradicional Playa Hotel, que fue totalmente restaurado manteniendo las características originales. El Playa fue el primer hotel de Pinamar y se llevó a cabo un gran trabajo para devolverle el brillo de antaño. Como pasa con su par porteño, el menú de Molusca Beach tendrá al mar como protagonista, pero en este caso sumando al bosque como artista invitado. “La idea fue recrear un clásico bodegón de la costa y traerlo al siglo XXI, con algunos toques mediterráneos en platos como el jamón de San Juan con anchoas, pecorino y olivas. Además de la propuesta oceánica que tenemos en Buenos Aires, incorporamos platos con elementos del lugar, ingredientes como hongos de pino y carne de la cuenca del río Salado”, cuenta el chef que también tendrá en carta sus clásicas ostras que salen frescas con tabasco y limón o gratinadas ($4500 las 5) y que se pueden pedir también combinadas. Más recomendados: un clásico fideuá y un ojo de bife al punto ($7000).
A tono con la ubicación, el restaurante suma un menú especial para disfrutar de algunos platos veraniegos ideales para combatir el calor, como los bocaditos fritos de merluza negra con palta y tartar de tomates ($5000) o la burrata con sopa de tomate y manzana ($3500). “Quienes vengan van a encontrar una carta más playera pero reversionada y creo que los hits van a ser el risotto bosques, la causa con langostinos y las ostras frescas”, apunta Liporace. De postre, hay zapallos en almíbar con brie tibio y nueces, flan de coco mixto y torta de chocolate ($2000), entre otros.
Todos los detalles están cuidados: la vajilla, la decoración y la iluminación del salón lo hacen ideal para una cena más coqueta, dejando atrás el mar, la arena y la malla. “Renovamos todo el espacio, el año pasado llegamos con lo justo pero este año pudimos dedicarle más tiempo, estamos listos para una gran temporada”, cierra el cocinero.
Molusca Beach queda en Calle de la Sirena 69 y Av. Arq. Jorge Bunge, Pinamar. Horario de atención: todos los días de 20 al cierre. WhatsApp: 11-6676-1111. Instagram: @moluscapinamar.
Para todos los gustos
Rada Beach es uno de los balnearios más concurridos de Pinamar y merecía sumar a un chef como Pedro Demuru, un bastión de la cercana comida de Cariló desde hace ocho temporadas. Abierto desde las ocho de la mañana, Rada Beach se plantea como una propuesta inclusiva con opciones para todos los gustos y estilos: aquí se sentirán cómodos los carnívoros más fundamentalistas y también los veganos extremos, pasando por aquellos que evitan las harinas o los que buscan una cocina ligera en calorías. El menú se va armando con los productos que llegan frescos: abundan pescados como chernia, bagre de mar, pescadilla y corvina, y se utilizan ingredientes típicos de la zona como hongos de pino con el que se preparan una popular provoleta de hongos. “Al ser un parador de playa tenemos platos típicos como milanesa o rabas pero queremos aprovechar el maravilloso mar que tenemos enfrente”, cuenta Demuru y suma: “además del restaurante estamos armando unos livings de playas VIP donde se van a poder pedir todos los platos pero para comer directamente en la arena”.
Rada Beach cambia con el transcurso del día: se puede comenzar con desayunos saludables con frutas y yogures, y luego a la tarde ir por el camino de unos calamares crocantes o los fish&chips ($3500), los tequeños ($2600) y la fritata para compartir ($6900). “Al mediodía la propuesta es más informal, podés comer desde un queso brie con chutney ($2800), ensaladas, un sándwich de medio metro de bondiola ($5600) o vegetales salteados con queso, pesto y rúcula ($2800)”, explica el cocinero. “A la noche es más gourmet, hay por ejemplo pastel de ciervo ($5600) o ribs de cerdo”.
Entre los postres, cheescake con confitura de frutos rojos y mousse de chocolate blanco ($1700), la tarta de manzana, los helados y el vegano chocopalta ($1300). Variedad de cervezas y de vinos con un amplio rango de precios.
Rada Beach es de esos lugares para instalarse todo el día, enterrar los dedos en la arena, y ya no querer irse.
Rada Beach queda en Av. Del Mar y Odisea, Pinamar. Horario de atención: todos los días de 8 a 1. Instagram: @radabeach.