El veto a Daniel Angelici que la Conmebol no confirmó ni desmintió ayer en un comunicado, tampoco fue recibido en la AFA. “No es oficial, estamos siguiendo el caso con atención y es porque nos sorprendió”, le dijo a PáginaI12 un integrante del Comité Ejecutivo. Como se trata de una impugnación al cargo que el máximo dirigente de Boca tiene en la asociación –el de vicepresidente 1° de Claudio Chiqui Tapia–, la situación es potencialmente desestabilizadora. Otra información dice que se le impediría ocupar cargos en la Conmebol. La noticia sobre la decisión que habría tomado la Comisión de Gobernanza y Transparencia de la Confederación Sudamericana provocaría un cimbronazo en la conducción del fútbol argentino donde el directivo vetado tiene una elevada cuota de poder.
En el comunicado del martes, la organización que preside el paraguayo Alejandro Domínguez describía: “las decisiones y las notificaciones individuales son confidenciales y, por tanto, los funcionarios de la Conmebol no disponen de mayor información al respecto”. No había una sola mención a Angelici, sobre quien había publicado la primicia el periodista brasileño Rodrigo Mattos en UOL Esporte.
Los motivos del veto serían conocidos: el tráfico de influencias que se le atribuye al presidente de Boca. Entendido esto como una práctica corriente que excede al marco del fútbol y se focaliza también en el ámbito judicial. Además, habrían sido tomadas en cuenta las denuncias contra él de la diputada nacional Elisa Carrió y los audios que se difundieron en su momento, cuando fue grabado hablando con Luis Segura y Fernando Mitjans sobre eventuales sanciones a jugadores de Boca. A este último le decía: “hablé con los muchachos del Tribunal y que a los dos que echaron ayer no les den más de… Los necesito para jugar contra Vélez”.
Lo curioso es que la comisión que habría decidido vetarlo para la vicepresidencia de la AFA está integrada por un ex dirigente que lo acompañó en Boca: Orlando Salvestrini respondió históricamente en el club a Mauricio Macri y ha ocupado cargos clave en el grupo empresario que lidera Franco, el padre del presidente de la Nación. Esta situación ofrece un camino de interpretación diferente para el problema que tendría Angelici. Que desde el gobierno nacional podrían haberle soltado la mano. O sea, si Domínguez –de excelente relación con Macri– no quiere al presidente de Boca en la AFA, es porque le retiraron su apoyo desde la Casa Rosada. Algo difícil de creer, al menos por ahora.
Como fuere, si llegara desde Asunción el veto contra la idoneidad del dirigente, éste tendría un tiempo extenso para apelar. Y la resolución podría “no quedar firme durante un año”, le informó anoche una fuente de la AFA a este medio. En la Conmebol se esforzaron por separar a su presidente de la determinación de afectar a Angelici. En el comunicado se explica que “tanto la Comisión de Gobernanza y Transparencia como la Subcomisión de Control son órganos independientes de la administración de la Conmebol y sus miembros no tienen vínculo con los funcionarios de la Confederación”. Los problemas entre Domínguez y Angelici se aceleraron cuando el de Boca armó la Liga Sudamericana de clubes con el objetivo de restarle poder a la Conmebol. Sobre todo, por su exigencia para distribuir los recursos provenientes de los derechos de televisión con otro criterio. Un dato adicional es la muy buena relación de los principales dirigentes de River con Domínguez. El presidente Rodolfo D’Onofrio es el representante de Sudamérica ante la FIFA y el vice Jorge Brito integra la conducción de la Conmebol. En cambio, es muy mala la convivencia entre los directivos de los dos clubes más grandes del fútbol argentino.