En las vísperas de un encuentro entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta en el exclusivo country Cumelén en Villa La Angostura, donde seguramente hablarán del 2023, los dos dirigentes no dejan de mandarse mensajes mediáticos. Más concretamente, un medio de comunicación cercano al expresidente difundió una serie de "condiciones" que Macri le habría enviado a Larreta a través de un emisario. Incluyen que Larreta se avenga a competir en las PASO con Patricia Bullrich o con el propio Macri, que avance en apoyar a un candidato del PRO en la Ciudad (verbigracia: Jorge Macri) y que su gobierno tengan mayoría de personas probadas en gestiones anteriores. Son todas cosas que Macri piensa y dice. Los mensajes públicos dan la idea de cómo será la charla que los dos dirigentes tendrán en privado.
Macri y Larreta coincidirán en sus vacaciones en un barrio cerrado al que solo acceden los más ricos en el sur. No es la primera vez que ocurre. Desde el entorno del expresidente, dejaron trascender que lo iba a recibir al jefe de Gobierno para conversar a agenda abierta de lo que se viene para el PRO en 2023: una contienda electoral en la que todavía no definieron si competirán con varios candidatos, con dos o con uno solo. Larreta busca ser el único, pero Macri viene mostrando señales de que no comparte esa estrategia: de hecho, hizo más de una jugada para "nivelar la cancha" entre él y Patricia Bullrich. Y hasta ahora no se puede descartar que Macri termine presentándose, si ve que las encuestas le vuelven a sonreír (algo que, de momento, no ocurre).
Hay muchas especulaciones y casi ninguna información sobre los temas que tocarán en esa charla, aunque hay algunos que se pueden presuponer con cierta certeza, como la sucesión de Larreta en el bastión del PRO, la Ciudad de Buenos Aires. Allí Macri respalda las pretensiones de Jorge Macri de ser el candidato amarillo, pero Larreta abrió el abanico a una cantidad de alternativas, entre las que se destaca Fernán Quirós. Macri no considera a Quirós un "hombre del PRO" y quiere que Larreta se decante por una opción más orgánica (es decir, su primo). Otro tema, lógicamente, son las PASO nacionales. Y también está la discusión sobre cómo debe gobernar una segunda administración de Cambiemos: Macri escribió un libro entero -¿Para qué?- en el que no deja de decir que el gradualismo fue un error y que hay que entrar con todo.
Mientras se prepara el encuentro, el diario La Nación -sobre el que Macri niega tener acciones- entregó un mensaje a Larreta a través de uno de sus habituales columnistas. En él, se dice que Macri tuvo una conversación con Edgardo Cenzón (que fue funcionario de Macri, de Vidal y tiene una relación cercana hoy con Larreta), en la que le planteó "consejos" o "condiciones" a Larreta. Los tres van en la línea de lo que Macri ya viene diciendo públicamente. Consisten, primero, en que Larreta renuncie a ser el candidato único del PRO y se resigne a que deberá competir con otros, incluida Bullrich o Macri. En un segundo lugar, en la disputa por la sucesión, Macri considera que quien gobierne la Ciudad de Buenos Aires tiene que ser del PRO. Nada de cederle la Ciudad al radicalismo, por la vía de Martín Lousteau. Larreta dice que él apoyará a alguien del PRO, pero no se aviene a que el único candidato sea Jorge Macri. Y, en un tercer lugar, aparece la idea de que en una futura administración nacional de Larreta lo debe conformar con "el 80 por ciento de gente que ya pasó por la función pública".
En el larretismo leyeron el mensaje, aunque prefirieron considerar que lo que Macri le piensa transmitir a Larreta son más "consejos" que "condiciones". De todas formas, todos reconocieron que son cosas que Macri lleva diciendo hace un tiempo, incluso en tono de autocrítica por haber llevado CEOs sin experiencia previa en el Estado. Sobre la última condición, en en el larretismo se permiten una picardía: "Sí, podemos inferir que si Macri no compite y le toca ser presidente a Horacio, el 80 por ciento de los cargos serán gente que ya pasó por la función pública... serán funcionarios de su gobierno".
En esto, más que especular, se puede ver lo ocurrido en 2019. Cuando terminaron los gobiernos de Macri y de Vidal, algunos imaginaron que Larreta cobijaría en su administración a buena parte de los funcionarios que se quedaban sin ministerios en la Nación y en la provincia de Buenos Aires. Nada de eso ocurrió: Larreta mantuvo los equipos que tenía y solo hizo algunas incorporaciones quirúrgicas, en plan de apuntalar alianzas con sectores del PRO. Algo parecido a lo que ocurrió esta semana con su ampliación del gabinete.
Si bien hay mucha expectativa por el encuentro de Macri por Larreta, lo cierto es que el expresidente ya tuvo otro con Bullrich y piensa tener otro más con la presidenta del PRO en enero. Las conversaciones van in crecendo camino a las definiciones. Algunas cosas siguen hasta ahora inamovibles: Bullrich sostiene que, a diferencia de lo que le ocurrió con la candidatura porteña en 2021, no habrá fuerza en este mundo o en el siguiente que consiga que ella no se presente como candidata. La segunda es que Larreta, con distintos gestos, busca presentarse como el candidato con más respaldo interno y desactivar cualquier apoyo que pudiera buscar Bullrich, con el fin de sacarla de la cancha. Cuál de estas dos estrategias triunfará, se sabrá en unos meses. Por ahora, todo se cocina en un barrio cerrado en el sur del país.