La diseñadora Vivienne Westwood, un ícono de vanguardia y de la moda "punk" en los años setenta, falleció a los 81 años en Londres, según anunció su familia a través de las redes sociales.
La modista británica murió "en paz y acompañada por su familia en Clapham, en el sur de Londres", expresaron sus seres queridos este jueves en un mensaje en su cuenta de Twitter. "El mundo necesita a personas como Vivienne para cambiar hacia mejor", destacaron.
Durante cinco décadas, Westwood sobresalió en las pasarelas de todo el mundo por hacer del diseño de moda un arte político. Cuando en 1970 el rubro de la moda estaba prácticamente monopolizado por los hombres, la "emperatriz del punk", una mujer de carácter rebelde y provocador, se animó a cambiar las reglas.
"Fue muy admirada por su coherencia con sus valores a lo largo de su vida", resaltó por su parte la secretaria de Estado de Cultura británica, Michelle Donellan, en un mensaje también en Twitter, tras el anuncio de su deceso.
Vivienne Westwood, en retrospectiva
Vivienne Isabel Swire nació el 8 de abril de 1941 en el pueblo chico de Tintwistle, condado de Derbyshire, Inglaterra. Su madre trabajaba en una fábrica de algodón y su padre remendaba zapatos.
De adolescente confeccionaba sus propios vestidos y se interesó por la joyería, aunque lo dejó rápido. En ese entonces, creía que "una chica de clase obrera" como ella "no podía ganarse la vida en el mundo del arte".
En 1958, su familia se mudó a Londres, donde la joven se convirtió en maestra de primaria, se casó y tuvo un hijo con su primer marido, Derek Westwood. No obstante, su vida dio un giro radical unos años después cuando dejó a su esposo por Malcolm McLaren, compañero de su hermano menor en la Harrow Art School, quien luego sería gerente de la banda punk Sex Pistols.
Juntos abrieron una tienda de ropa en la emblemática calle King's Road de Londres que se convirtió en epicentro del movimiento punk británico. Primero se llamó Let It Rock, después Too Fast to Live Too Young To Die y finalmente SEX. En un principio, la pareja vendía toda clase de objetos vintage, pero con el tiempo, encontraron una identidad propia que funcionó como amplificador de una ideología: un manifiesto contra el sistema desde la propia indumentaria.
En el momento álgido del negocio, las camisetas desgarradas, las cadenas, y las prendas y artículos de látex y cuero de estilo BDSM, entre otros, se convirtieron en el uniforme provocativo y transgresor de una generación. Además, fueron conocidos como el sello de moda favorito de los miembros de los Sex Pistols para vestirse.
Hitos de la moda de Vivienne Westwood
Uno de los momentos más importantes en la vida de Vivienne Westwood ocurrió en 1981, cuando puso en marcha su primer desfile de moda en Londres con el título "Piratas". En aquel evento, sacó a relucir su célebre remera "Dios salve a la Reina", con el rostro de Isabel II con un alfiler de gancho -elemento tradicional de los punks- en la nariz.
Si bien pasó de ser regente de un exitoso negocio de ropa "punk" en King's Road a convertirse en una importante diseñadora de moda que participaba de los más célebres eventos, Westwood nunca traicionó su espíritu rebelde y combativo. "Lo que hago ahora, es todavía punk. Se trata de gritar contra la injusticia y de hacer reflexionar a la gente incluso si es incómodo. Seré siempre punk en este sentido", afirmó al escritor y actor Ian Kelly.
En su colorida trayectoria, la modista hizo desfilar a Kate Moss con el pecho descubierto y comiendo helado, y casi le provoca una fractura en el tobillo a la famosa modelo Naomi Campbell, cuando se tropezó por llevar unos zapatos de taco de Westwood con una plataforma de 23 centímetros.
Aunque su estilo "punk" atraviesa toda su obra, la modista demostró tener un gran ojo para la elegancia. En 2009, estuvo detrás de la confección del famoso vestido de novia que el personaje interpretado por Sarah Jessica Parker en Sex and the City, Carrie Bradshaw, vistió en su fallida boda con Mr. Big. En la película, la protagonista lleva un vestido de seda de Vivianne cuando su novio la deja plantada ante el altar.
La británica jamás dejó de provocar y cambiar las reglas de juego, tanto en la industria de la moda como en su vida íntima: después de McLaren, se casó con un hombre 26 años más joven que ella; en 1992, acudió sin ropa interior al Palacio de Buckingham para recoger su título de la Orden del Imperio Británico de la mano de la propia Reina, y posó ante los fotógrafos levantándose la falda; en los últimos años, debido a su compromiso con el ecologismo, en el último tiempo animó a la gente a comprar menos ropa; además, apoyó la causa del australiano Julian Assange, fundador de la polémica red WikiLeaks, y se opuso en múltiples ocasiones a su posible extradición a Estados Unidos.