Uno de los rasgos sobresalientes en el tango de los últimos años pasa por el rol preponderante que están asumiendo las mujeres en la escena compositiva. La mayoría de las músicas está reafirmando su voz poética, destacando en las letras que ahora son ellas las que enuncian. En ese sentido, La canción de las poetas es un caso particular e interesante. Del disco de Verónica Bellini (pianista y compositora, fundadora de China Cruel) hasta ahora salieron dos EPs. El tercero llegará en las primeras semanas de 2023 y el conjunto sumará 15 temas en los que Bellini pone música a las poetas –especialmente las latinoamericanas- que a lo largo de la historia escribieron sobre los roles de género.
En este sentido, su adaptación (aún inédita, pero que abrirá el disco una vez estén los tres eps publicados) de las “Redondillas” de Sor Juana Inés de la Cruz, a modo de milonga, es ejemplar.
Además, para el proyecto Bellini –con la dirección vocal de Mavi Díaz- convocó una suerte de dream team de cantantes, en su mayoría figuras del tango, pero también voces habitualmente ligadas al folklore o el jazz (donde también abreva por momentos el proyecto). Así, ahí aparecen Marcela Morelo, Ana Prada, Hilda Lizarazu, Luna Monti, Ligia Piro, Lidia Borda, Sandra Mihanovich, Feli Colina & Vera Frod, Julia Zenko, Teresa Parodi, Dolores Solá, Marián Farías Gómez, Cecilia Todd, Mariana Carrizo y la propia Mavi Díaz. Para más, la compositora y arregladora formó un equipazo a modo de banda, con Hernán Reinaudo en guitarra, Nicolás Enrich en bandoneón, el Mono Hurtado en contrabajo, Daniel Maza con el bajo elétrico, y Raúl Gutta en percusión, además de distintas cuerdistas en cada tema.
Más allá de la belleza propia del disco, el proyecto mismo supone un gesto doble. Por un lado, el de ponerle música a otras mujeres en un momento de auge del tango hecho por feminismos y disidencias. Pero por otro, porque da una vuelta de tuerca y se apropia de algo que el tango ya hizo muchas veces, pero casi siempre con poetas hombres desde afuera del género. Borges, Cortázar, Blomberg y tantos más fueron musicalizados bandoneón mediante (el fundamental Tata Cedrón construyó algunos de los elementos nucleares de su carrera artística así). Se podría incluir a María Elena Walsh en esta lista, pero lo cierto es que Walsh no era ajena al tango.
En rigor, no había un gesto equivalente en materia femenina, al menos no en esta magnitud, y allí radica gran parte de su mérito. Bellini pone música a Sor Juana, pero también a Pizarnik, Storni, De Brugos, Vilariño, Mistral, Pla, Portal y otras. A falta de versión física, conviene escucharlo con el sitio web a mano, cosa de cubrir los baches de información que las plataformas de streaming suelen dejar fuera –o al menos incómoda de acceder- de la escucha.
Aunque el disco mantiene un nivel altísimo de punta a punta, destacan las versiones de “Tu me quieres blanca”, de Alfonsina Storni, con Ana Prada en la voz; y la de “Zurciendo medias”, de Silvia Fernández, con la voz de Luna Monti; “Quisiera”, de Josefina Plá con el canto de Hilda Lizarazu, y “Huesped sin sombra”, de Meira Delmar con un dueto de Feli Colina y Vera Frod al micrófono (con Almendra Marilao en coros). Y si ahí se propone “beber como un vino la belleza / de los mágicos cielos encendidos”, La canción de las poetas pide un buen blanco para estas noches de verano.