Con el objetivo de optimizar los controles de ingreso de elementos prohibidos y de las visitas a los penales, el Servicio Penitenciario provincial recibió nuevos scanners y detectores de metales que funcionarán en las cárceles de Coronda y Piñero. Así lo confirmó ayer el titular del SP, Gabriel Leegstra, al tiempo que estimó que comenzarán a funcionar en unos 90 días, teniendo en cuenta el tiempo que llevará la instalación, capacitación y puesta en marcha del sistema que ya se utiliza en el penal de Las Flores y que tiene una tecnología similar a la que se puede ver en los aeropuertos. Al mismo tiempo, el funcionario provincial estimó que recién a mediados de año, se comenzará a contar con los inhibidores de señal de celulares, a través del convenio con Invap.

“Recibimos escáneres de bultos y bodyscanners, que son los que controlan lo que portan las personas en sus cuerpos. En cuanto a los arcos detectores de metales, mediante una alarma marcan si una persona lleva algo de metal encima. Funcionarán como en aeropuertos y en la Alcaidía de la ciudad de Santa Fe (cárcel de Las Flores), para chequeo de las visitas y también, del personal penitenciario”, explicó Leegstra.

Las unidades equipadas con esa tecnología, en este caso, serán las de Coronda y Piñero, sumándose así al sistema que ya opera en el penal de Las Flores, con "resultados positivos", según indicó el funcionario, quien agregó que la idea de sumar dichos elementos de control apunta a mejorar la seguridad en las unidades penitenciarias, hacia donde en el último tiempo estuvo dirigido el reclamo de políticas que aporten a la seguridad pública.

El funcionamiento de los aparatos que llegarán a los dos penales más habitados de la provincia, ya tiene experiencia en el penal de Las Flores, desde noviembre pasado. “Detectamos varios casos de intentos de ingresos de teléfonos celulares, sierras, pastillas, marihuana; en visitas y en dos casos, en personal penitenciario, que fue pasado a disponibilidad con comunicación a Fiscalía”, indicó Leegstra en LT8.

Sobre su utilidad, el funcionario agregó que “en principio, ayuda a evitar el cacheo, pero éste no dejará de hacerse. Se hará en forma aleatoria, cuando se considere necesario. Cuando se detecte algo que parezca un elemento que no debe ser introducido, se le solicitará a la visita que lo entregue voluntariamente. Si no lo hace, puede retirarse o someterse al cacheo, en un espacio privado y reservado”.

Sobre los tiempos para la puesta en marcha, Leegstra indicó que “estos equipos tienen un proceso que hay que respetar, que tienen que ver con su instalación, con capacitación del personal y con las autorizaciones que debemos solicitar con respecto a la emisión de rayos X de estos equipos. Hay un protocolo especial establecido por el Ministerio de Salud, a causa de que no se emplean para uso médico". Con todo, estimó que entrarán en funcionamiento "de aquí a un plazo de entre 60 y 90 días”.

El funcionario del Servicio Penitenciario también fue consulado sobre la incorporación de inhibidores de señales de telefonía celular. "Es un proceso paralelo para aportar a la seguridad de las cárceles, y ya se hicieron los pagos correspondientes a la empresa proveedora que tiene tiempos para cumplir, determinados por importaciones, tramitaciones y colocación", indicó. Por lo que estimó que van a estar disponibles "para mitad de año (por 2023), aproximadamente”.