Las cuentas públicas registraron en junio un déficit primario de 57.038 millones de pesos, lo que representó un incremento de 29,5 por ciento respecto igual mes del año pasado, según informó ayer en conferencia de prensa el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. En el semestre, el déficit fue de 144.285 millones de pesos, con un aumento interanual del 28 por ciento. Pero si se computa el pago de los servicios por intereses de la deuda pública, el resultado financiero fue un rojo de 91.852 millones de pesos en junio, con un aumento del 26,5 por ciento, y acumuló en el primer semestre un desequilibrio de 255.546 millones, un 43,4 por ciento más. Pese al recorte interanual de subsidios del 21,7 por ciento, merma explicada fundamentalmente por el ajuste en los desembolsos al sector energético, el creciente peso de los compromisos de la deuda mantuvieron el déficit financiero en aumento. En términos del PIB, el rojo financiero alcanzó en el acumulado hasta junio un 2,6 por ciento, con lo que casi la mitad del sobrecumplimiento de las metas de reducción del déficit primario que apuntó ayer Dujovne se perdió con el pago de intereses, que se disparó un 70 por ciento interanual en el semestre.
El resultado de junio se explica por un incremento de los recursos de 31.600 millones de pesos, un 24,3 por ciento interanual, mientras que el gasto primario aumentó en 44.631 millones (25,6 por ciento). El ministro reconoció durante su presentación que la base de comparación con 2016 es limitada por la fuerte caída de la economía y la parálisis de la obra pública del año pasado, que impactó en la construcción, sumado a un escenario de alta inflación. “La variación del gasto de junio fue atípica por el bajo nivel en 2016 cuando se había virtualmente parado la obra pública, porque hubo que revisar los contratos que estaban viciados de corrupción”, argumentó el ministro. También fue atípico el ingreso de fondos provenientes del blanqueo, que permitió mostrar una mayor recaudación tributaria (30 por ciento interanual en junio).
Dujovne ratificó que se cumplirá con la meta de déficit fiscal primario para este año, previsto en 4,2 por ciento del PIB, de 3,2 en 2018 y de 2,2 para 2019. Destacó el cambio en la composición de las erogaciones estatales y explicó que “el gasto social crece 39,4 por ciento, mientras los subsidios económicos caen 5 por ciento en términos interanuales. “El ahorro estatal está dado por menores subsidios y por programas no sociales del día a día”, aseguró. La suspensión y quita de unas 175.000 pensiones no contributivas para discapacitados son parte del ahorro que impulsa el gobierno en prestaciones sociales, que explican 83,7 por ciento de alza del gasto primario total. El recorte en los subsidios fue en junio de 21,7 por ciento, destacándose las menores erogaciones al sector energético (31,7 por ciento) y al transporte (3,5). Los pagos de intereses de deuda sumaron 111.261 millones de pesos en el primer semestre, con un incremento interanual del 70 por ciento, con lo que las erogaciones totales alcanzaron a 1.201.375 millones de pesos, 34,3 por ciento más que en el primer semestre de 2016.