Desde Roma
El Papa Francisco celebró este domingo la Jornada Mundial de la Paz a la que le dedicó una misa en la basílica de San Pedro en la que no pudo menos que hacer referencia al papa Benedicto XVI, que murió el 31 de diciembre, y que ha puesto de luto a toda la Iglesia.
Durante el mensaje del Angelus, que normalmente emite desde el balcón del Palacio Apostólico que da hacia la Plaza de San Pedro, Francisco pidió a los fieles que rezaran por el Papa emérito recordando el rol que tuvo dentro de la Iglesia. “Nos unimos todos juntos, con un sólo corazón y una sola alma, para agradecer a Dios el don de este fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia”, dijo el Papa Francisco recordando a Joseph Ratzinger.
Pero dado que se trataba de la Jornada Mundial de la Paz, Francisco no dejó de condenar todas las guerras existentes en el mundo, en particular la de Ucrania. Es “intolerable el contraste de la guerra que en Ucrania y en otras regiones siembran muerte y destrucción”, dijo. Ante las crisis personales y sociales que vivimos, ante la tragedia de la guerra “estamos llamados a hacer frente a los desafíos de nuestro mundo con responsabilidad y compasión”. Y podemos hacerlo “si nos ocupamos los unos de los otros y si todos juntos nos ocupamos de la casa comun”, subrayó el Papa Francisco citando palabras de su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz que el Vaticano difundió hace más de un mes.
El féretro de Benedicto
El lunes 2 de enero el cuerpo del Papa emérito Benedicto XVI será colocado en la Basílica de San Pedro, según anunció la oficina de prensa de la Santa Sede. La Basílica estará abierta durante varias horas al día (de 9 a 19 el lunes y de 7 a 19 martes y miércoles) hasta el 4 de enero para que los fieles puedan visitar los restos del Pontífice y dedicarle sus oraciones, como ha pedido el Papa Francisco.
Cientos de periodistas se están acreditando para poder acercarse al féretro del Papa emérito. Pero la prensa podrá asistir sólo por grupos pre establecidos y por turnos. Mientras los fieles deberán sólo hacer largas colas para entrar a San Pedro. Se calcula que serán varias decenas de miles las personas que querrán entrar a la basílica (entre 30 y 35.000, mientras que para el funeral se habla de unas 60.000 personas). Unos 1.000 agentes de policía custodiarán la zona y el 5 de enero estará cerrado el espacio aéreo sobre la Plaza de San Pedro.
El 5 de enero, a las 9,30 de Italia (5.30 de Argentina), está previsto el funeral en el sagrario de la Basílica de San Pedro. La ceremonia será presidida por el Papa Francisco. Respetando el deseo de Ratzinger, la celebración será muy sencilla. Luego, el Papa emérito será enterrado en las grutas vaticanas, el lugar donde están enterrados numerosos papas y que se encuentra debajo de la Basílica.
El testamento espiritual de Benedicto y sus últimas palabras
El testamento del Papa emérito, Joseph Ratzinger, que se dio a conocer en estos días, fue redactado por él mismo en agosto de 2006.
“Si en estas horas tardías de mi vida miro hacia atrás los decenios que he recorrido, la primera cosa que veo son las muchas cosas que tengo para agradecer”, escribió Joseph Ratzinger cuando tenía casi 80 años. Primero que nada agradeció a Dios “que me ha guiado a través de los varios momentos de confusión realzándome siempre”. Pero también agradeció a sus padres, “que me dieron la vida en tiempos difíciles y a costo de grandes sacrificios”, a su hermana “que me ha asistido por decenios desinteresadamente” y su hermano, también religioso, por “la lucidez de sus juicios y su vigorosa capacidad de decisión”.
Asimismo agradeció a tantos amigos, hombres y mujeres, “que Dios me ha puesto al lado”, a sus colaboradores, alumnos y maestros y a su patria, los “prealpes de Baviera” (Alemania), a Roma y a Italia que fueron su “segunda patria”.
Pero subrayó también: “A todos a los que en cualquier modo he hecho algún mal, les pido perdón de corazón”.
Benedicto no se detuvo en los agradecimientos sino que hizo algunos razonamientos en materia teológica, su especialidad, relanzando la importancia de la “Teología, en particular de las Ciencias Biblicas”. A todos les digo que “permanezcan sólidos en la fe. ¡No se dejen confundir!. “A veces parece que las ciencias naturales y la investigación histórica, están en condiciones de ofrecer resultados inconfundibles que contrastan la fe católica. He visto las transformaciones de las ciencias naturales y he podido constatar que, al contrario, han desaparecido las aparentes certezas contra la fe”. Y agregó; “con las diversas generaciones he visto derrumbarse las tesis que aparecían inderrumbables, demostrándose que eran sólo hipótesis”. Se refería a “la generación liberal, la generación existencialista, la generación marxista”, cuyas “hipótesis” se han caído al suelo haciendo resurgir “por el contrario la validez de la fe”.
Antes de morir, el Papa emérito dijo una breve frase: “Señor te amo” según contó Monseñor Georg Gänswein, secretario y asistente del Papa desde hace años. La frase fue escuchada por una enfermera que estaba en ese momento en la habitación del pontífice. Eran las 3 de la mañana del 31 de diciembre. El Papa murió a las 9,34 de la mañana de ese día.
Los gustos de Benedicto
Quienes lo conocían de cerca dicen que Benedicto XVI era un hombre que además de su profesión, amaba la música y los animales. En efecto hay fotos que lo muestran tocando el piano. Se sabe que amaba Mozart pero también Bach y Beethoven cuyas obras solía interpretar en el piano. Al parecer en la familia Ratzinger todos amaban la música. Su hermano Georg fue director del coro de voces blancas de la catedral de Ratisbona, en Alemania.
Pero el Papa emérito amaba también los gatos. Según contaron personas que lo frecuentaban, si encontraba algún gato por la calle lo saludaba, le hablaba. Y a veces los gatos lo seguían. Otras dos cosas que le gustaban al Papa Benedicto porque provenían de su tierra natal, era la cerveza y la famosa torta alemana de manzanas llamada strudel.