El Gobierno canadiense prohibirá durante los próximos dos años la compra de viviendas a extranjeros no residentes, una medida que tiene el objetivo de controlar los precios.
La flamante legislación, que comenzó a regir el domingo 1 de enero, había sido aprobada por el gobierno de Justin Trudeau ante el aumento de los precios de las viviendas en Canadá desde el comienzo de la pandemia y la creencia de que los compradores extranjeros adquirieron numerosas propiedades como inversión.
Según el mismo Trudeau, en el mercado inmobiliario canadiense se produjeron "numerosas operaciones de especulación" a manos de corporaciones e inversores extranjeros que han generado un problema de falta de vivienda y de precios disparados. "Las casas son para las personas, no para los inversionistas", apuntó el mandatario en declaraciones a la prensa.
Y añadió: "Esto está provocando un verdadero problema de viviendas infrautilizadas y vacías, especulación desenfrenada y precios por las nubes".
A partir de ahora, los únicos que podrán comprar casas serán los refugiados y los residentes permanentes de Canadá que la vayan a usar como residencia principal.
Qué sucede con el mercado inmobiliario en Canadá
La medida, una de las promesas electorales de Trudeau en su última campaña a las elecciones de 2019, se pone en práctica a pesar de que los precios de la vivienda en Canadá han caído en torno al 13 % este año, según la Asociación Canadiense de Bienes Raíces.
Todo ello después de fuertes subidas tras la pandemia y de que el Banco de Canadá haya estado elevando las tasas de interés en los últimos meses.
El pasado mes de abril, el Gobierno canadiense presentó su proyecto presupuestario para el año fiscal 2022-2023 concentrado en la reducción del déficit y el abaratamiento de la vivienda en el país
De los 31.200 millones de dólares canadienses (24.800 millones de dólares estadounidenses) correspondientes al nuevo gasto, una tercera parte está destinada a hacer la compra de viviendas más asequibles para los canadienses.
Impuestos a las viviendas vacías y freno a la inflación
Para poder contrarrestar la compra indiscriminada de casas ociosas, grandes mercados como Vancouver y Toronto también introdujeron impuestos sobre los no residentes y las viviendas vacías.
En tanto, a pesar del apogeo, las ventas inmobiliarias se congelaron para la mayoría de los vendedores por la agresiva política monetaria del Banco de Canadá en un intento de frenar la inflación.
Según la Asociación Canadiense de Bienes Raíces, los precios medios de la vivienda cayeron desde un máximo de más de 800.000 dólares canadienses (590.000 dólares estadounidenses) a principios de 2022 a poco más de 630.000 dólares canadienses (465.000 dólares estadounidenses) en diciembre pasado.