El Tribunal Oral Federal N° 2 de Salta, integrado por los jueces Domingo Batule, Abel Fleming y la jueza Gabriela Catalano, impuso penas de hasta 10 años y 2 meses de prisión a tres hombres por el secuestro extorsivo de un empresario del transporte, perpetrado el 30 de noviembre de 2021, en la capital salteña. Además, el Tribunal hizo lugar a la demanda civil de 4 millones de pesos en concepto de daños psicológicos y psiquiátricos.
El principal acusado, Mario Campos, recibió una condena de diez años y dos meses de prisión como autor del delito de secuestro extorsivo agravado por la edad de la víctima y la participación de tres personas, y atentado a la autoridad. Su hermano Franco Campos, junto a Ezequiel Toledo recibieron penas de diez años de prisión como coautores del secuestro extorsivo, mientras que un cuarto acusado, Héctor Rodríguez, resultó absuelto.
El 30 de noviembre de 2021, cuando el empresario del transporte urbano Víctor Oscar Giménez, de 77 años, se dirigía en su camioneta Mercedes Benz a las oficinas de la firma, ubicadas en la Avenida Ragone, en la zona este de la ciudad de Salta, fue interceptado por Toledo y Mario Campos, quienes se habían disfrazado de policías y montaron un falso control policial sobre la intersección de la Avenida Ragone y la ruta provincial 26. El empresario fue maniatado, vendado y lo llevaron a una pieza en el barrio Los Paraísos, donde lo mantuvieron cautivo mientras intentaban cobrar un rescate.
Los secuestradores lo obligaron a comunicarse con su hijo y le exigieron 5 millones de pesos por su liberación. Sin embargo, cuando Franco Campos y Rodríguez se apersonaron a cobrar el rescate, fueron detenidos. Al advertir esta situación, Mario Campos y Toledo, que estaban con Giménez en su camioneta, intentaron escapar y se inició una persecución.
Luego de escabullirse por tres barrios de calles de tierra, y de intentar arrollar a un policía, Mario Campos perdió el control de la camioneta y se estrelló contra una pared, en esas circunstancias el empresario pudo ser rescatado. Mario Campos y Toledo intentaron seguir la huida a pie, pero fueron detenidos.
Durante el debate, el fiscal federal Ricardo Toranzos expuso los roles cumplidos por cada uno de los hombres acusados, tanto desde la planificación como al momento de la ejecución y el despliegue tras fracasar el cobro del rescate.
La fiscalía convocó a investigadores, peritos y otros testigos, aportó pruebas documentales e impulsó la reconstrucción de los momentos claves del hecho para demostrar la autoría de los hombres acusados.
Por otra parte, la declaración del empresario en la sala de audiencia y en la reconstrucción fue considerada clave para echar luz sobre el rol de los imputados, y para mostrar el impacto que el secuestro provocó en la víctima. Giménez se mostró afectado al recordar los momentos más críticos de su secuestro, contó que fue encañonado varias veces también para hablar por teléfono con su hijo y acordar el pago del rescate. Su vida también corrió peligro durante la persecución que se produjo tras frustrarse el pago del rescate.
Al dictar el veredicto, el Tribunal reivindicó el relato del empresario, descartó de plano los argumentos de las defensas que apuntaron a desprestigiarlo y, con ello, confirmaron la responsabilidad de Toledo y los hermanos Campos, pero no la de Rodríguez.
El juez Batule afirmó que “en modo alguno la capacidad y el éxito profesional alcanzado por Giménez pueden indicar que manejó su secuestro o que controló todo, cuando está claro que fue privado de su libertad y sometido a todo un periplo, del cual sólo pensó en salvar su vida”.
En tanto, la jueza Catalano se refirió al rol de Franco Campos, al que consideró una pieza clave dentro del plan que su hermano elaboró meses antes, en junio del 2021, cuando contactaron a la dueña de la casa donde el empresario permaneció privado de su libertad.
Con relación a Toledo, el Tribunal entendió que Franco Campos lo contactó para unirse al plan delictivo, y rechazó la excusa de que el objetivo era robar la camioneta para venderla, cuando las pruebas indican que desde las temprano se pidió un rescate por la liberación del empresario, mientras el intento de venta de su vehículo recién fue en horas de la tarde.
Como prueba de que pretendían obtener una suma de dinero por el empresario, la jueza Catalano recordó un mensaje enviado por Toledo a un amigo un día después del secuestro, en el que le manifestó que “estuvieron a un paso de conseguir cinco palos”.
Sobre Rodríguez, sin embargo, el Tribunal concluyó que no participó del hecho, al afirmar que los recuerdos del empresario no fueron del todo contundentes al respecto.
El juicio, que comenzó el 5 de octubre del año pasado, cobró relevancia porque es el primer caso de secuestro extorsivo cometido en la capital provincial, aunque fue el segundo en la provincia. El primero se registró en Salvador Mazza, el 6 de diciembre de 2021, cuando tres personas secuestraron a un vecino y reclamaron un rescate de 28 mil dólares. Cómo la familia no pudo reunir el dinero en el tiempo estipulado, la víctima fue abandonada en el monte. El caso culminó con la condena a diez años de prisión de las tres personas declaradas responsables, impuesta por el Tribunal Oral Federal N° 1 de Salta, el 19 de agosto de 2022.