Formada por la mítica Blanca de la Vega, entre otros maestros, Luisa Kuliok comenzó su carrera profesional en 1976, con un premio revelación. Fue por su trabajo en Despertar de primavera, obra de Franz Wedekind, bajo la dirección de Agustía Alezzo. Después de una extensa permanencia en televisión donde se volvió figura central de telenovelas, volvió al teatro de autor y director. En los últimos años fue dirigida por Helena Tritek, Juan Carlos Gené, Lía Jelin y Barney Finn, entre otros. La directora Rosa Celentano fue quien la entusiasmó para interpretar la obra que hoy comparte con el actor Roberto Romano, su pareja de toda la vida. Se trata de Juana vive, espectáculo basado en Proceso a Juana Azurduy, obra de Andrés Lizarraga. Con este montaje, Kuliok y Romano se presentaron en diversas salas del país, bajo la dirección de la misma Celentano. Así, desde el jueves 5 hasta el domingo 8 de enero a las 21 se los podrá ver en la sala Payró del Teatro Auditorium de Mar del Plata. “El teatro consiste en imaginar un mundo para compartirlo en un hecho colectivo”, define la actriz en conversación con Página/12.
Entrar en mundos desconocidos, según detalla, es algo que la entusiasma, al igual que el teatro argentino por su riqueza y amplitud temática. “Me gustó mucho la idea de encarnar a esa mujer increíble pero a la vez me pareció arriesgado animarme a interpretar a una heroína de verdad”, cuenta Kuliok, quien acredita gran experiencia en protagonizar ficciones. De todos modos, aunque la obra sigue de cerca la biografía de Juana Azurduy, la situación de base es ficticia: Juana está presa, a punto de comparecer ante un tribunal que la juzgará, de modo que la pieza se desarrolla durante el ríspido diálogo que sostienen la detenida y el letrado, (a cargo del mismo Romano), que le pide detalles de todas sus acciones.
-¿Qué es lo que te hacía dudar cuando leíste la obra?
-Yo hice muchas heroínas en la televisión, pero pensar en interpretar a una heroína de verdad es otra cosa. Me parecía difícil por el respeto que me despierta una mujer como ésta. ¿Cómo haría para bajarla del bronce, cómo haría para encontrar su modo de hablar, su modo moverse? Porque a pesar de la gran cantidad de texto que tiene la obra hay mucho juego escénico.
-¿Dónde encontraste inspiración?
-Pensé en Milagro (Salas) y en Hebe (de Bonafini), en el lugar de convicción en el que se han puesto para defender sus ideas y pelear por lo que creen justo, permanentemente. Juana fue una adelantada a su época porque buscaba el respeto para todos los seres humanos.
-¿De qué se la acusa a Juana?
-De ser arbitraria y sanguinaria, y hasta de matar gente. El abogado es sinuoso, le enrostra actitudes hombrunas. Pero ella, que provenía de una familia de dinero, se acostumbró a salir de los campos de su familia y ver cómo vivía la gente del pueblo. Y cómo maltrataban a los aborígenes. Entonces creció pensando en las injusticias.
-Iba en contra de la educación de la época…
-En realidad, por entonces no había educación posible para las mujeres. O se casaban o iban al convento. Juana no tuvo límites. Formó un ejército con 10.000 guerrilleros, un ejército de amazonas, fue nombrada teniente coronel por Belgrano. No puse límites a mi imaginación pensando en ponerme al servicio de este personaje. Hoy no vamos a tomar las armas, pero podemos sacar de adentro a la Juana que tenemos para luchar por la equidad para todas y todos, desde el aporte comunitario y con un Estado presente. Porque solos y por propio mérito no podemos hacer nada.
-¿Qué ideas compartía con Juan José Castelli?
-Fundamentalmente, la idea de que la tierra es solamente de quien la trabaja, que había que tomar la tierra y terminar con los terratenientes del mismo modo en que había que terminar con las tropas españolas.
-¿Cómo es su relación con el abogado de oficio?
-Él le reprocha su frialdad y ella lo trae a la realidad que los rodea. Pero él quiere conseguir su arrepentimiento. Juana sostiene que todo lo que hizo fue porque en ese momento crece la corrupción y engordan las injusticias. Por esta razón es que para ella no hay otra opción: o Patria o colonia. Ésa es su gran batalla. Pienso que esta obra tiene una gran vigencia porque estamos cansados de ver cómo ordeñan al país desde el poder.