"Me asusta y quiero tomar suficiente distancia de los que pretenden hacernos pensar que el policía es un 'súper hombre' con habilitaciones extraordinarias", expresó la diputada Verónica Mercado (FDT), en torno al accionar de la policía en el incidente registrado el 1 de enero a la salida del local Wika en la zona alta de la capital catamarqueña.

"Frente a los sucesos de público conocimiento que evidencian excesos cometidos por agentes de la policía provincial me siento obligada a disentir con otras opiniones, por mi rol legislativo y por qué la sociedad no pueda quedar indefensa y huérfana ante el abuso porque, afortunadamente, nosotros con una historia como país, como fuerza política, y personal (lo sufrí en carne propia), estamos lejos de analizar los posibles delitos de abuso de autoridad o contra los derechos humanos con la gorra puesta sino todo lo contrario", destacó la legisladora.

"Me conmueve e indigna una sociedad donde la violencia, el abuso de autoridad y el incumplimiento de los deberes de quienes deben garantizar la seguridad pública, la paz social, los bienes y los derechos de la población (art 2 de la ley orgánica de la policía de la Provincia), no se investiga, no se condena, y lo que es peor: la violencia institucional se justifica. Y que, en el mejor de los casos, las fuerzas de seguridad se investiguen, promuevan sumarios y sanciones así mismo a través de sus "asuntos internos”, consideró. Advirtió además que "Esta es una estrategia que paraliza la acción de las víctimas. La Constitución y las leyes nacionales son superiores a cualquier ley interna de un organismo público".

La opinión surge luego de que el jefe de la Policía de Catamarca, Ángel Ignacio Agüero, reconoció que hubo falencias en el accionar de policías y decidiera el cambio de comisaría de dos policías mujeres involucradas en el hecho, hasta que se establezca qué ocurrió en las afueras del local bailable.

Asimismo, la legisladora se alejó de la postura de su par de bancada, Juan Denett, también del oficialismo, en el que mostró su apoyo a la fuerza en contra de los que denominó "los supuestos nenes de bien'". "Me molesta y necesito distanciarme en las ideas de una definición social de castas que categoriza familias e hijos de bien, de los otros", señaló.

"Los derechos humanos no son una moda, de ahí devienen el reconocimiento de los derechos de nuestras infancias, adolescencias y de género. No podemos reconocer solo una parte de ellos, por eso he promovido desde mi rol legislativo iniciativas de capacitación de las fuerzas de seguridad, limitación de portación de armas ante denuncias de violencia de género, la propuesta de un dispositivo local del “Comité de Prevención Torturas y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes” entre otras iniciativas que refieren a la transversalidad y en coherencia con la promoción de los derechos humanos.

Me asusta y quiero tomar suficiente distancia de las ideas de personas como Patricia Bullrich que pretenden hacernos pensar que el policía es un “súper hombre” con habilitaciones extraordinarias, hasta para sacar el arma en cualquier momento y circunstancia. Como dijo alguna vez Cristina Fernández de Kirchner, las fuerzas de seguridad son una parte de la solución, pero también son una parte del problema si no se subordinan al poder civil", concluyó.

Fueron pocas las expresiones del oficialismo en torno al tema. "Hay que señalar que existen pautas establecidas para aplicar ante el delito de resistencia a la autoridad", señaló por su parte la diputada provincial Adriana Díaz (FDT). Y marcó que "no se puede naturalizar o legitimar ninguna forma de violencia ejercida desde las fuerzas de seguridad estatales".