El presidente de Rusia, Vladimir Putin, le ordenó este jueves a sus tropas aplicar un cese de fuego en Ucrania el seis y siete de enero para la Navidad ortodoxa, en la primera tregua desde el inicio del conflicto hace casi un año. El anuncio se produce después de que el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa Kirill, de 76 años, llamara a cesar los combates en vísperas de la festividad que se celebra el sábado.
Sin embargo, un asesor de la oficina presidencial ucraniana calificó el anuncio de "cínico" y dijo que sólo habrá una "tregua temporal" una vez que Rusia abandone los territorios ocupados. Estos llamados al cese el fuego tienen lugar días después de que un ataque ucraniano en la noche de Año Nuevo causara al menos 89 muertos en la localidad de Makeyevka, en la región anexionada de Donetsk. El Ejército ruso, en un hecho poco común, admitió el trágico balance luego del bombardeo y fue blanco de duras críticas.
Primera tregua en casi un año
"Teniendo en cuenta el llamado de su santidad el patriarca Kirill, instruí al ministro de Defensa que ordene un régimen de cese el fuego en toda la línea de contacto entre los bandos en Ucrania", anunció el Kremlin en un comunicado. La tregua debe entrar en vigor a las 12 horas de Moscú del viernes y se extendería hasta las 24 horas del día siete, el mismo plazo del alto el fuego ordenado por Putin.
Putin pidió a las tropas ucranianas respetar la tregua para que los que profesan la fe ortodoxa, mayoritaria en Ucrania y en Rusia, puedan "asistir a los servicios religiosos en la víspera de Navidad, así como en el Día de la Natividad de Cristo". Sería el primer cese el fuego desde el inicio del ataque ruso en Ucrania el 24 de febrero. Hasta ahora solo se alcanzaron acuerdos locales como en abril, cuando se evacuó a los civiles de la metalúrgicsa de Azovstal en Mariupol, en el sudeste del país.
Horas antes del anuncio del Kremlin, Kirill había pedido una tregua para que los fieles pudieran celebrar la Navidad. Este mensaje, sin embargo, puede tener poca repercusión en Ucrania, donde la influencia del patriarcado de Moscú viene en caída en estos últimos años, hasta la creación en 2018 de una Iglesia independiente de la tutela religiosa rusa.
Rechazo ucraniano
El asesor de la presidencia ucraniana, Mykhailo Podolyak, calificó el anuncio ruso de "hipócrita y cínico" e insistió en que las tropas de Moscú debían abandonar el país. "Rusia debe abandonar los territorios ocupados, solo entonces habrá una tregua temporal. Guárdense su hipocresía", escribió Podolyak en Twitter.
"En primer lugar, Ucrania no ataca territorio extranjero y no mata a civiles, como hace la Federación Rusa. Ucrania sólo destruye a los miembros del Ejército de ocupación en su territorio", argumentó el funcionario ucraniano en rechazo a la tregua. La Iglesia ortodoxa rusa actúa como "propagandista" de la guerra, afirmó Podolyak, quien agregó que la institución incita al genocidio de los ucranianos y a la militarización de la sociedad rusa.
¿Turquía como mediador?
En una conversación telefónica con Vladimir Putin, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan también exigió aplicar un "cese de fuego unilateral" para iniciar negociaciones de paz con Kiev. Rusia está dispuesta a un "diálogo serio" con Ucrania, le contestó el líder ruso, pero a condición de que Kiev acepte "las nuevas realidades territoriales" surgidas tras la invasión del país.
Moscú reivindicó en septiembre la anexión de cuatro regiones que ocupa parcialmente en Ucrania, siguiendo el esquema que ya llevó a cabo con la península ucraniana de Crimea en marzo de 2014. En su conversación con Erdogan, Putin denunció de nuevo el "papel destructivo de los Estados occidentales" en el conflicto, a raíz de su suministro de armas a Kiev.
En el terreno, los combates siguen haciendo estragos, sobre todo en Bajmut, en el este, que las tropas rusas intentan controlar desde el verano boreal. Según el balance diario de la presidencia ucraniana, cinco personas murieron y ocho resultaron heridas en las últimas 24 horas. El jefe del grupo Wagner, Yevgueny Prigozhin, considerado cercano a Putin, anunció el jueves las primeras amnistías de prisioneros rusos que habían aceptado combatir en Ucrania.
Dudas sobre la competencia militar rusa
El ataque en el que murieron 89 soldados rusos en la noche de Año Nuevo en la localidad ucraniana de Makeyevka reavivó en Rusia las críticas contra la movilización y acentuó la falta de confianza hacia la cúpula militar, casi un año después del inicio de la ofensiva. Según el Ejército ruso, este bombardeo que fue especialmente letal y que fue reivindicado por los ucranianos, alcanzó un albergue temporal en la región anexionada de Donetsk gracias a los misiles HIMARS, un arma suministrada a Kiev por Estados Unidos.
Los medios de comunicación y los analistas rusos rápidamente revelaron que la base albergaba a personas que habían sido movilizadas, muchos de ellos soldados no profesionales. Por lo general, las autoridades y los medios mantienen en silencio el balance de las bajas en Ucrania o se apresuran a culpar a los países occidentales, cuyas entregas de armamento son cruciales. Esta vez, muchos comentaristas partidarios del Kremlin señalaron como culpables a los líderes del Ejército ruso, ya acusados de una serie de derrotas militares sobre el terreno.
Algunos cuestionaron también la veracidad del balance presentado por el ministerio de Defensa, que podría ser mayor dada la destrucción total del edificio y la posible presencia de municiones almacenadas en el lugar. El Ejército no dudó en culpar a las propias tropas, acusadas de haber utilizado masivamente sus teléfonos pese a la prohibición de hacerlo, lo que permitió a los ucranianos geolocalizar el sitio. Sin embargo, también prometió investigar y castigar a los oficiales responsables.
La atribución de la responsabilidad a la tropa generó indignación en Rusia. "Por supuesto, no es el comandante que dio la orden de colocar al personal en el edificio el que tiene la culpa, sino el combatiente raso con su teléfono", ironizó en Telegram el diputado municipal moscovita Andrei Medvedev. La máxima directiva de la cadena RT, brazo comunicacional del Kremlin en el extranjero, Margarita Simonian, pidió que se hagan públicos los nombres de los altos mandos responsables.