Desde Dolores
Máximo Thomsen fue el líder del grupo que atacó a Fernando Báez Sosa hasta matarlo, y fueron suyos varios de los “puntinazos” finales contra la cabeza del joven. Así lo aseguró un testigo clave, que presenció el ataque a pocos metros, en la nueva audiencia del juicio oral por el crimen del adolescente asesinado en Villa Gesell. Además de esa declaración, que complicó mucho más a Thomsen, el tribunal escuchó también los relatos de otros testigos presenciales del hecho y de policías que intervinieron tras el ataque.
Los agentes de la Bonarense, integrantes de la guardia policial que trabajaba en la salida del boliche, aseguraron que al momento del hecho se fueron a otro lugar, donde algunos jóvenes estaban arrojando piedras, y reconocieron que dejaron ir a varios de los acusados a quienes habían interceptado momentos después del crimen. También declaró la joven que le practicó RCP a Fernando luego del ataque: "Le sostenía la cabeza y le decía 'quedate conmigo, por favor'", contó.
Puntinazos en la cabeza
La cuarta jornada del juicio comenzó con una novedad para los presentes en la sala de audiencias de los Tribunales de Dolores: los ocho imputados ingresaron al recinto sin barbijo, por lo que los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°1 pudieron verlos a cara descubierta por primera vez. Tras ello, poco antes de las 10 de la mañana, la jueza María Claudia Castro citó a declarar a Tomás Bidonde, testigo clave de la causa por haber presenciado los hechos a metros de distancia.
En medio de su testimonio, mientras relataba lo que vivió esa madrugada, a Bidonde de pronto se le quebró la voz. Fue cuando el fiscal Juan Manuel Dávila lo interrumpió para preguntarle si sabía el nombre de la persona a la que, minutos antes, había señalado como quien “al final le pega dos puntinazos en la cabeza, después lo agarra y le vuelve a pegar dos o tres patadas". “Máximo Thomsen”, dijo finalmente con la voz entrecortada.
Bidonde declaró por más de una hora y recordó que a Thomsen ya lo había identificado también en rueda de reconocimiento. Cuando se le exhibió el video en el que se observa a los empleados de seguridad de Le Brique retirando al acusado del boliche, el testigo volvió a reconocerlo con voz temblorosa, esta vez parado de frente a los ocho acusados. Allí el abogado de la querella, Fernando Burlando, le preguntó qué le causaba Thomsen y Bidonde respondió "Lo veo y me da nervios". Burlando también le consultó si podía identificar a un líder dentro del grupo de atacantes y Bidonde aseguró que "lo más llamativo era la agresividad de Thomsen. Ese parecía el número uno".
El testimonio del joven, que estaba esa noche en el boliche y decidió salir porque había mucha gente, también resultó importante porque fue el primero en nombrar a los únicos dos imputados que hasta el momento no habían sido mencionados en las declaraciones del debate oral: Blas Cinalli y Ciro Pertossi. Sobre este último dijo que "le pegaba patadas en el suelo a Fernando". A Cinalli, en tanto, el testigo lo identificó en rueda de reconocimiento cuyo testimonio fue leído por el fiscal durante la audiencia del jueves. "Le pegó a Fernando antes de que caiga al piso", leyó Dávila y Bidonde ratificó lo dicho.
Tras el primer testimonio llegó el turno de Tatiana Caro, una joven que dijo haber estado en un restobar cercano a Le Brique esa noche. Caro contó que se acercó al boliche y que en ese momento comenzo la agresión. "Fernando estaba parado y le pegan de atrás en la cabeza", recordó sobre el inicio de la agresión y agregó que "cuando intenta levantarse no puede porque nunca dejaron de pegarle". La joven también refirió una frase que escuchó durante el ataque: "Quedate tranquilo que a este negro de mierda me lo llevo de trofeo".
También Marcos Acevedo, taxista que se encontraba estacionado a las puertas de Le Brique, aseguró haber escuchado el grito de "negro de mierda". Dijo que los imputados salieron del boliche ya "totalmente exaltados" y que luego "volvieron identificando a Fernando y cruzaron corriendo la calle". El taxista señaló que los amigos de la víctima quisieron ayudarlo pero "no llegaron porque los agredieron antes de que lleguen" y que momentos antes del ataque "había policía" en el lugar.
"No concordaban con las características"
Los últimos testigos en declarar este jueves fueron cuatro de los cinco agentes que integraban la guardia policial que todas las noches trabajaba a la salida de Le Brique. Además de los testigos de la cuarta audiencia, ya los amigos de Fernando habían contado en las anteriores jornadas que los policías se fueron del lugar segundos antes de que comenzara el ataque. De hecho existen imágenes de cámaras de seguridad, exhibidas durante las audiencias, en las que se ve a los cinco policías cruzar la Avenida N°3, sobre la que se encuentra Le Brique, antes de que comiencen los hechos, sin dejar a nadie apostado en el lugar.
"A la vuelta del boliche estaban tirando piedras y fuimos todos hacia allí", señaló el agente Roberto Basualdo al inicio de su relato. "Cuando volvimos nos encontramos con Fernando en el piso. Mi oficial se quedó ahí para tratar de asistirlo y nosotros nos fuimos a intentar encontrar a los atacantes", añadió Carlos Contino, uno de sus compañeros. Los policías coincidieron en que la búsqueda se hizo siguiendo indicios recogidos por los testigos del lugar, que mencionaron a un chico de rastas, a otro con camisa negra y detallaron que tenían sangre en manos y cuerpo.
A varios de los Bonaerenses se les mostró un video extraído de las cámaras de seguridad de un mercado ubicado a menos de una cuadra de Le Brique. Se trata de imágenes en las que se ve, entre otros, a Matías Benicelli y Ciro Pertossi al ser retenidos por personal policial. En el registro, Pertossi se lame los dedos para intentar ocultar la sangre. Todos los policías reconocieron haber sido quienes detuvieron a los jóvenes y luego los dejaron seguir. "No concordaban con las características que nos habían dicho", dijo Contino. Ninguna de las partes repreguntó a los agentes sobre la cuestión.
El RCP
Virginia Pérez, la cuarta testigo de la jornada, contó cómo fue el momento en que intentó reanimar a Fernando instantes después del ataque que presenció junto con dos amigos con los que había ido a bailar esa noche. "Hice pocas compresiones y después le indiqué a la Policía cómo hacerlo", señaló Perez, certificada por la Cruz Roja para hacer RCP.
La joven contó que tras realizar las compresiones se abocó a sostenerle la cabeza a Fernando y "le pedía por favor que se quede conmigo". Aún no quedó claramente establecido cuantas personas intervinieron sobre el cuerpo de Fernando tras la agresión de la patota de rugbiers.
Era "increíble la saña" con que pegaban, recordó Pérez. "Los policías se fueron y menos de un minuto después empieza el ataque", añadió también. Al final de su testimonio, se abrazó con los padres de Fernando.