Cuando Charly cumplió trece años y sintió que su identidad ya no dependería de lo biológicoconoció a Sol, una joven de 19 con un cuerpo trans que ya se afirmaba femenino. Charly y Sol se enamoraron, tuvieron idas y vueltas, crecieron a la par, se ayudaron en sus procesos de transición y hacía un año que vivían juntos, con algunos pactos para que esta vez fuera en serio. El 13 de mayo a las nueve de la mañana, Charly fue a comprar azúcar para el desayuno al almacén del barrio y no volvió. Sol se había quedado con el bebé de dos años que criaban juntos -fruto de una violación que había sufrido Charly-, y pasado el mediodía recibió un mensaje por Facebook, la primera noticia de la muerte de su compañero de vida.
“Un amigo me compartió la noticia donde decían que una mujer había matado por la espalda a otra mujer. No quise creerlo, algunos datos coincidían pero otros no: hacía muchos años que Charly no era una mujer y su aspecto así lo mostraba. También decían que la mujer que había muerto hacía varios meses que andaba perdida por la ciudad. Quedé desconcertada”, contó Sol a SOY,quien forma parte de la colectiva feminista Las Otras.
Charly Guerrero tenía 21 años y su DNI no estaba modificado con su identidad autopercibida, lo que según Sol tenía que ver con la desconfianza que sentía por los lugares burocráticos: “Había denunciado varias veces que el padre lo violaba desde niño, pero ninguna de las demandas prosperó. También pensaba que la modificación quizá traería problemas con la tenencia del bebé, por eso no tenía ganas de cambiarlo”.
Desde que Charly había denunciado a su padre -un ex agente de la policía provincial-, el lazo con su familia de sangre empezó a cortarse. Sol dice que estos años, además de ser una compañera afectiva, su relación con él se basaba en la contención. “En el último año Charly se había comprometido con dejar la drogas y lo estaba logrando. Solo a veces tenía recaídas con la abstinencia, pero iba bien. Nos sosteníamos entre los dos con el dinero que yo conseguía del trabajo sexual, y él a veces hacía changuitas de lo que saliera, había estado volanteando ytrabajando en un lavadero. Lo ponía mal todo el tema de las violaciones, era algo que se le volvía insoportable”, cuenta Sol.
Ese sábado 13 de mayo, después de recibir el mensaje de Facebook, Sol cargó al bebé y fue hasta el hospital general de Salta para ver si alguien podía ayudarla. Ahí empezó un ida y vuelta donde más que ayuda encontró obstáculos. En el hospital no sabían nada y le recomendaron que llamara al 911. Lo mismo: no tenían noticias de Charly, y le sugirieron que fuera a la comisaría más cercana. “Me fui a la novena, me dijeron que ellos no me podían dar ninguna información y que vaya a la comisaría segunda. En fin, me fui a la segunda y tampoco me daban información, me dejaron sentada ahí como tres horas”.
Entre la impaciencia y la bronca, se acercó al mostrador de la comisaría y para que la escucharan les tuvo que dar algo parecido a una clase sobre lo que significaba que Charly fuera un chico trans, ella una mujer trans y quién era el bebé que llevaba en brazos: “Me hacían un cuestionario del estilo ‘¿tiene alguna operación?, ¿por qué no hizo el cambio de documento? Y entonces, ¿el bebé quién lo tuvo?’”. Tras chequear que la pareja había hecho un certificado de cónyuges en la comisaría, le dieron una orden para reconocer el cuerpo y dijeron que fuera a la morgue de la alcaidía. Allí encontró su cuerpo.
Desde entonces, el bebé está al cuidado de una de los cinco hermanos que tiene Charly, viviendo en la misma casa que su abuelo.
La figura de trans-homicidio
A partir de la muerte de Charly, y las siguientes muertes que tuvo cada vez que los medios y los eslabones institucionales no reconocieron su nombre, la Multisectorial de Mujeres de Salta pidió a la justicia ser querellante en la causa, con el patrocinio de Gloria Cruz y Josefina Arancibia. El crimen está caratulado como homicidio simple y como principal imputada está detenida una mujer mayor de edad.
Según el artículo 12 de la ley de Identidad de Género, donde se habla del derecho al “trato digno”, con solo requerirlo debe ser utilizado el nombre de pila que las personas elijan, tanto en ámbitos públicos como privados. Por razones obvias, en este momento Charly no puede requerir su derecho por cuenta propia, pero la ley establece que cuando la naturaleza de la gestión necesite registrar los datos del DNI, se utilizará un sistema que combine las iniciales del nombre, el apellido completo, fecha de nacimiento, número de documento y nombre de pila elegido. Nada perdería el proceso judicial respetándolo, al menos con el uso de sus iniciales.
“Además de pedir que se cumpla con su derecho a la identidad, de ser aceptadas como querellantes requerimos que la muerte de Charly sea juzgada en base a lo establecido en el artículo 80 inciso 4 del Código Penal, donde se establece un agravante si el motivo del crimen es por la orientación sexual, la identidad de género o su expresión. Aclaramos que esto no tiene que ver con una intención punitiva: sino que consideramos que el caso no solo ofende a la víctima sino que fragmenta a la comunidad a través de su mensaje”, dijo a SOY Arancibia.
El reclamo de la Multisectorial también incluye incorporar la figura de trans-homicidio, lo que más allá de su valor simbólico intenta ser un precedente para la tipificación de los crímenes hacia hombres trans, los cuales tienen sus características particulares como pasa con los femicidios y los travesticidios. “Con la palabra ‘transhomicidio’ lo que buscamos es visibilizarla situación específica de Charly. Esto sin descontar que su identidad, por ley, está reconocida, aunque hoy su causa está caratulada con el nombre que se le asignó al nacer, negándole un derecho básico y revictimizándolo”, explicó Cruz.
Salta es una de las provincias con mayor población travesti-trans del país, aunque muchas suelen migrar a otras ciudades en busca de trabajo u otras posibilidades que en su lugar de origen no consiguen.
“En 2016, desde la Oficina de Violencia Contra la Mujer de la ciudad de Salta, se hizo una encuesta a 202 personas trans residentes en la capital de la provincia acerca de acceso a la justicia, el trabajo y la salud, entre otras referencias básicas”, dijoMaría Pía Ceballos -activista por los derechos travestis y trans, vicepresidenta de la Multisectorial y recientemente nombrada a cargo del Área de Diversidad Sexual de la provincia-. En esa encuesta, el 48 por ciento dijo no que había realizado una modificación de su DNI para poner el nombre de pila elegido, tal como es el caso de Charly.
Aunque este nuevo área, que funciona dentro de la Subsecretaría de Políticas de Género, tiene menos de un mes, Ceballos cuenta que ya prepararonvarios proyectos porque se venían gestando desde hace tiempo: “La policía noche tras noche usa el artículo 114 del código contravencional(arresto de hasta 15 días para quienes ofrezcan actos sexuales a cambio de dinero en la vía pública) para violentar los cuerpos de las compañeras, al punto de golpearlas. Aunque no solo se limita a quienes están en situación de prostitución, sino que hay denuncias de que salen a hacer un mandado y los patrulleros hostigan por el solo hecho de ser trans”. Frente a eso,Ceballos adelantó que “se presentará un protocolo a las autoridades del Ministerio de Seguridad,a la par que se pedirá a la Cámara de Diputados la derogación urgente de este código”.
En los próximos días, terminada la feria, la justicia decidirá si acepta que la Multisectorial sea querellante en la causa de Charly. De ser aceptadas, tendrán la potestad para ejercer con más fuerza los reclamos que plantean, a la vez que podrán acceder a los detalles de la causa y lograr una intervención directa al momento de reunir pruebas.