Ovidio Guzmán, uno de los hijos del narcotraficante Joaquín "el Chapo" Guzmán, fue detenido este jueves en el estado de Sinaloa. Su detención desató una ola de violencia, con bloqueos, agresiones a balazos y quema de autos en Culiacán, norte del país.
Tras su captura en el estado de Sinaloa, Ovidio Guzmán fue trasladado en helicóptero a la cárcel de máxima seguridad El Altiplano. El complejo, no es ajeno a la familia Guzmán. Su padre ya había estado alojado allí y logró escapar.
Cómo es El Altiplano, la cárcel inexpugnable
Se trata de la misma prisión en la que estuvo detenido su padre y de la que se fugó en 2015. El Altiplano está situada a 90 kilómetros de la capital mexicana. La prisión cuenta con paredes reforzadas, de un espesor de casi un metro, y un completo sistema de seguridad, que incluye —entre otras cosas— alarmas, controles de accesos, sensores de presencia, detectores de metales y drogas y circuito cerrado de tv.
Como fue construida para alojar a los narcotraficantes y presos más peligrosos, no se puede sobrevolar por su espacio aéreo y las comunicaciones están cortadas en 10 kilómetros a la redonda. Toda una fortaleza que se ganó la fama de inexpugnable, pero que la perdió cuando El Chapo se escapó.
El Chapo Guzmán y una fuga de película
El Chapo Guzmán se escapó de El Altiplano en julio de 2015. Lo hizo a través de un túnel que unía los baños del penal de máxima seguridad con una vivienda en un complejo habitacional, ubicado a un kilómetro y medio de distancia, desde donde se esfumó.
No era su primer escape de un lugar imposible. Ya lo había logrado en enero de 2001, cuando se fugó del Penal de Máxima Seguridad de Puente Grande, en Jalisco.
El escape fue digno de una película de Hollywood. El túnel utilizado por el narcotraficante se abría en una boca cuadrada de 50 por 50 centímetros y una profundidad de un metro y medio. Este conducto comunicaba con un cubo vertical de 10 metros al que se descendía por una escalera. Ahí se conectaba al túnel principal con una altura aproximada de 1,70 metro, un ancho de 70 centímetros y una longitud de más de mil 500 metros.
Se trató de toda una obra de alta ingeniería: estaba equipado con aire acondicionado e iluminación. Además, habían adaptado una moto sobre rieles para acelerar el escape.
El túnel desembocaba en una vivienda en obra, ubicado en la colonia Santa Juanita, cercana al penal federal de máxima seguridad del Altiplano. Allí lo esperaban con una camioneta y lo llevaron hasta una pista, desde donde tomó una avioneta hacia Sinaloa.
Seis meses después, El Chapo fue recapturado en Sinaloa y volvió a El Altiplano. Más tarde fue extraditado a Estados Unidos y, tras el juicio, fue condenado a prisión perpetua.
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