La pyme bonaerense que fabricó los “barbijos del Conicet” y que tuvo una facturación récord durante la pandemia de Covid lanzó semanas atrás un innovador repelente “anti-piojos” para el pelo, que cuesta menos de $500 y se puede reutilizar durante un mes. De la mano de científicos e investigadores buscan pisar fuerte en la industria textil, con “desarrollos inteligentes”. Cuáles son las próximas prendas “con funcionalidad” que lanzarán.
Ciencia argentina aplicada a un problema: los piojos
La historia tiene dos partes: hace un año, Alan Gontmaher comenzó a diseñar un producto que pudiera hacerle frente a las necesidades más simples. “Un mosquito, un piojo”, enumera en una entrevista con Página/12. “Empezamos a trabajar en cómo solucionar esos problemas cotidianos con algo simple, no costoso”, remarca.
Pero el empresario también cuenta que hubo inspiración en el clásico y tradicional problema en el que se convierte la pediculosis para niños y niñas, sobre todo en el inicio de las clases. “Lo comentábamos en el círculo chico, les preguntábamos a conocidos qué les parecía la idea y no hubo nadie que nos dijera que no le interesaba”, se ríe. “Todos alguna vez padecimos el problema de los piojos de nuestros hijos, sobrinos. Ahí nos dimos cuenta que la idea era interesante y le servía a todo el mundo. Por supuesto hay que sacarse los piojos, hay que hacer un tratamiento, pero esta colita es preventiva, como un repelente para mosquitos”, explica.
La explicación técnica: cómo ahuyentar a los piojos
Según detalló Gontmaher, la colita repelete brinda un “aura de repelencia” de 30 centímetros. “Cuando un piojo salta a la cabeza el producto que tiene la colita lo incomoda, termina saltando en busca de huir. Es como ocurre con un repelente para mosquitos, que ahuyenta al insecto”, precisa. El empresario aclara que es una “barrera protectora” para evitar el re-contagio, la instalación y permanencia en el pelo.
De todos modos, para que tenga efecto es necesario antes de utilizarla hacer un lavado del pelo y pasar el peine fino. Recién una vez cumplidos esos dos pasos se debe atar la colita al cabello. Las colitas se consiguen a $449 por unidad, aunque Gontmaher aclara que se puede utilizar durante 30 días.
Una pyme con nanotecnólogos y científicos
Tras el éxito con la venta de los barbijos del Conicet Atom-Protect – fabricaron más de 10 millones de barbijos en dos años y medio y facturaron durante la pandemia más de $1.500 millones, la pyme bonaerense incorporó a la planta a científicos e investigadores especializados en nanotecnología y química, e incluso un laboratorio propio. “Sin ciencia es difícil desarrollar una industria con potencia”, decía Gontmaher meses atrás en una entrevista con Página/12.
Sin embargo, también hay una labor en conjunto con investigadores del Conicet, que certificó las colitas anti-piojos. “El Conicet es siempre un referente para los ensayos y la consulta. También ahora tenemos un convenio con la Universidad de San Martín”, cuenta el industrial. En el caso de las colitas, el proceso de investigación y ensayos demoró un año, y recién cuando obtuvieron una fórmula concreta pasaron a los estudios de campo que demostraron que el producto ahuyentaba a los piojos.
El desafío de la ropa y la industria textil inteligente
El empresario, que antes de la pandemia se dedicaba a la fabricación de toallas, explica que el gran desafío de la industria textil es avanzar en la producción de productos inteligentes. “Nosotros seguimos con la línea tradicional de hace muchos años, pero esto nos invitó a ver al rubro desde otro lugar, donde la ciencia esté por encima de lo textil. Hoy tenemos un equipo con nanotecnólogos, técnicos, vamos a exposiciones globales de química”, analiza.
Para Gontmaher, “el futuro va por ahí”. “De acá a unos pocos años me imagino que los productos textiles sin una funcionalidad específica no va a tener mercado. Ya no va a importar si una remera es floreada, lisa, verde o amarilla. Eso es moda y siempre va a existir. El tema es si va a tener alguna prestación, como por ejemplo eliminar el sudor”, enfatiza. “Me imagino una industria con alto nivel de ciencia aplicada”, se entusiasma.
- Eso requiere una inversión mucho más alta. ¿La industria textil en la Argentina está preparada para dar ese salto?
En algunos casos contados con los dedos creo que sí. También hay una cuestión de cómo se enfoca el mundo. Lo que hay que ver es qué otorga el posicionamiento internacional, y si podemos producirla en Argentina y somos competitivos, mucho mejor. Pero creo que no podemos perder de vista nunca que el futuro está en la ciencia, en la complejidad.
- ¿Qué otros productos inteligentes están desarrollando?
En breve va a salir la línea de Atom Pet, que un repelente de garrapatas y de pulgas para las mascotas. Es una mantita para el perro: lo sacás a pasear y cuando vuelve a casa no arrastra pulgas o garrapatas. El plan es que salga en marzo. Para el segundo semestre de este año vamos a lanzar la ropa repelente de mosquitos: remeras o chombas con una protección que evitará que los mosquitos se nos aproximen y va a evitar que nos que nos piquen. Esto es importante, sobre todo en zonas donde hay muchos casos de dengue.