El 2022 fue sin duda un año cargado de temas relevantes para la región: cuatro elecciones presidenciales que reinstalaron otra vez la perspectiva de una América Latina progresista, crisis política en Perú, crisis de seguridad en Ecuador, régimen de excepción ad infinitum en El Salvador, una constitución que no fue en Chile y la reapertura de un proceso, que por ahora parece avanzar, para alcanzar la paz en Colombia.
Y la lista de eventos que marcaron la agenda no termina ahí: los incendios en la Amazonia brasileña marcaron records en el último año, los femicidios y otros tipos de violencia contra las mujeres siguieron en punta y la crisis migratoria se agudizó en la región.
Entre tantas malas noticias, hubo algunas para celebrar: el matrimonio igualitario se convirtió en ley en Cuba y los trabajadores y trabajadoras de México -país que hasta hace poco tenía una de las peores licencias remuneradas del mundo- podrán tener ahora unas merecidas vacaciones dignas. También volverá en Chile el voto obligatorio, luego de diez años de un marcado descenso en la participación electoral fruto de la no obligatoriedad, lo que sin duda es una buena noticia para el sistema representativo.
Elecciones y nueva ola de gobiernos progresistas
El año empezó con Xiomara Castro, en Honduras, recibiendo la banda presidencial. Por primera vez una mujer ocuparía ese cargo y, a la vez, terminaría con los ocho años de mandato del cuestionado Juan Orlando Hernández, hoy detenido en Estados Unidos, donde deberá enfrentar varios cargos asociados con el narcotráfico. La esposa del depuesto presidente Manuel Zelaya, víctima del considerado primer “golpe blando” de la región, prometió aferrarse a su compromiso progresista para terminar con “la pobreza, la miseria, los asesinatos y la exclusión" que perpetúan los mismos de siempre.
En marzo, los vientos de cambio llegaron a Chile y quien saludó desde el Palacio de la Moneda como el nuevo presidente fue Gabriel Boric, un joven de 36 años que se convirtió en el presidente más joven de la historia de su país, el mismo que construyó su carrera política desde la militancia estudiantil y sumó notoriedad durante el estallido social de 2019.
Boric, quien dijo que sería el presidente de todos los chilenos y chilenas, prometió gobernar con humildad, luchar por una sociedad más justa y fortalecer la democracia de su país. En ese sentido dijo que apoyaría el proceso constituyente (algo que hizo aunque terminó por frustrarse más adelante). Cerró su primer discurso presidencial citando a Salvador Allende: “Estamos de nuevo abriendo las grandes alamedas por donde pase el hombre y la mujer libre para construir una sociedad mejor”.
En agosto, asumió Gustavo Petro en Colombia, considerado como el primer presidente de izquierda de ese país. Acompañado por Francia Márquez, primera mujer afrodescendiente y de una familia de clase trabajadora en llegar a la vicepresidencia, en su primer año de mandato encaró una reforma tributaria progresiva y una reforma política, que aún sigue en el Congreso, y se propuso alcanzar “la paz total” con los grupos armados que quedaron por fuera del acuerdo de paz de 2016.
El proyecto de Paz Total, que permite forjar acuerdos con las organizaciones armadas, incluidas no solo las guerrillas de origen político sino otras estructuras criminales, fue aprobado por la asamblea legislativa y fue sumando apoyos entre diferentes grupos paramilitares. Antes de terminar el año, desde su cuenta de Twitter, Petro hizo un gran anuncio, de peso simbólico, como broche de oro para su gesta para alcanzar la paz: logró firmar un acuerdo bilateral de cese al fuego por 6 meses con cinco de los mayores grupos armados (En seguida, desde el Ejército de Liberación Nacional (ELN) salieron a decir que ellos no firmaron nada y el gobierno tuvo que retirar el decreto).
La última de las elecciones en la región, fue la de Brasil, en octubre. En medio de un clima de campaña hostil -con actos violentos, fakes news y denuncias de fraude por parte del bolsonarismo-, Lula da Silva se impuso en un apretado balotaje contra Jair Bolsonaro que buscaba su reelección. El flamante presidente asumió su tercer mandato el 1° de enero y en su primer día de gobierno publicó su primer decretazo: una serie de decretos que daban cumplimiento a varias de sus promesas de campaña. Entre ellas, volver a limitar la compra de armas para la población civil, dar marcha atrás con privatizaciones de empresas públicas, restituir el Fondo Amazonia y dar de baja el secreto por 100 años que impuso Bolsonaro sobre cierta información que debería ser pública.
Vientos de cambio
Los resultados electorales marcaron un claro indicador: una nueva era progresista en la región podría abrirse en los próximos años con el recambio de estos gobiernos, sumados a los que ya comparten este tipo de consensos, con una fuerte impronta de la agenda social, como el de Luis Arce en Bolivia y Alberto Fernández en Argentina. Pero para los analistas políticos esta nueva ola progresista pareciera venir más light que la anterior -la de Néstor Kirchner, Hugo Chávez, Pepe Mujica, Lula da Silva y Evo Morales- dado que se apoya en alianzas partidarias más amplias y diversas y enfrenta a derechas que directamente cuestionan algunos principios democráticos.
Crisis política y social en Perú
El gobierno de Perú terminó el año con una crisis política difícil de dimensionar desde la distancia: un pedido de destitución del presidente Pedro Castillo -uno más de tantos que trató el Congreso- desencadenó una serie de hechos que extendió la crisis también al plano social e institucional. Castillo ordenó el cierre del Parlamento y a las horas fue detenido mientras iba de camino a la embajada de México para solicitar el asilo político. Lo sucedió en sus funciones la vicepresidenta Dina Boluarte y el país quedó paralizado por movilizaciones masivas que pedían la liberación de Castillo y el llamado a elecciones anticipadas. La respuesta del nuevo gobierno fue la represión.
Estas dos notas sintetizan el correr de los acontecimientos que, más allá de la crisis política actual, dejaron al descubierto la fragilidad institucional de este país que tuvo seis presidentes removidos en los últimos seis años.
>> Crisis política y social en Perú: qué pasó en los últimos días
Crisis de seguridad en Ecuador
Las masacres en las cárceles fueron noticia diaria en el país gobernado por Guillermo Lasso. Pero esta crisis que al principio parecía acotada a lo penitenciario y una disputa entre bandas se fue extendiendo extramuros: muchos municipios comenzaron a sufrir atentados y extorsiones y la tasa de homicidios del país subió muchísimo.
El gobierno de Lasso encontró en este accionar de las bandas el perfecto enemigo y reforzó el estado policía con constantes Estados de excepción, más efectivos en la calle y hasta la propuesta de modificar la Constitución para permitir que las fuerzas militares se involucren en la seguridad interna. Para los analistas, sin embargo, la crisis de seguridad no tiene otro origen que la crisis social generada por las políticas de corte neoliberal, que acrecentaron la miseria y la pobreza en el país.
En esta entrevista, lo explica Jorge Vicente Paladines, profesor de la Universidad Central del Ecuador, especialista en temas de seguridad:
La guerra contra las pandillas de Bukele
Y si hablamos de regímenes de excepción no podemos dejar de mencionar el caso de El Salvador, donde el presidente Nayib Bukele le declaró la guerra a las pandillas -bandas criminales- luego de un fin de semana con decenas de homicidios por una enfrentamiento entre grupos. El estado de excepción suprimió muchas de las garantías constitucionales y cientos de personas fueron detenidas en redadas policiales realizadas en los barrios pobres.
Muchas de estas detenciones arbitrarias llegaron hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) junto a miles de denuncias de violaciones a los derechos humanos y muertes de personas en custodia de las fuerzas de seguridad. “No sabemos si están muertos o enfermos”, reclamaron familiares de detenidos en el último mes.
Una lista de acontecimientos importantes que no termina
Y este repaso de acontecimientos destacados de 2022 da para largo. Para no aburrirlos, les dejo un punteo con algunas de las notas que fuimos publicando.
- Constitución de Chile
Después de un proceso histórico, que puso a Chile ante los ojos del mundo, el plebiscito de salida le bajó el pulgar al nuevo texto. Boric se comprometió a continuar con el intento de modificar la Carta Magna y ahora un nuevo proceso en puerta despierta de nuevo el interés.
>> Chile: la Constitución más progresista de la región que no fue y la victoria del Rechazo
>> Constitución de Chile: anuncian un nuevo proceso para reemplazar la Carta Magna de Pinochet
- Violencia de género y femicidios en la región
Nunca una buena noticia en este tema, lamentablemente. Ecuador fue escenario de un femicidio que conmovió al país y aún tiene al principal sospechoso prófugo. El agravante: ocurrió en una escuela de policías.
>> Encontraron el cuerpo de la abogada desaparecida hace 11 días en Ecuador
>> Femicidios en América Latina: casi 4.500 mujeres fueron asesinadas en 2021
- Paz Total en Colombia
Es el proyecto con el que el gobierno de Gustavo Petro intenta alcanzar nuevos acuerdo de paz con las guerrillas y grupos criminales que tienen presencia en el país.
>> De qué se trata el proyecto “Paz total” que presentó el gobierno de Colombia
>> Colombia: Gustavo Petro anunció el cese al fuego bilateral con cinco grupos armados
- También vuelve el voto obligatorio a Chile, luego de diez años de una marcada baja en la participación.
- México extendió las vacaciones pagas que gozan los trabajadores y trabajadoras tras una campaña que se popularizó con el nombre “Vacaciones dignas”.
- Los incendios en la Amazonia brasileña siguieron marcando récords.
- Y el matrimonio igualitario se convirtió en ley en Cuba.