El Festival Nacional de Folklore de Cosquín, indiscutible faro que nutre la cartelera de esta época al ritmo de la música popular y otras expresiones, se prepara para celebrar su 63° edición desde el sábado 21 de enero y a lo largo de nueve lunas consecutivas. Habrá artistas para todos los gustos y, como es costumbre, también la provincia dirá presente con una numerosa delegación oficial de músicos y bailarines que vienen de constituirse con la finalidad de brindar un homenaje a la historia de la cumbia santafesina como expresión de una identidad que traspasa todas las fronteras imaginables.

“El año pasado trabajamos sobre el chamamé santafesino, lo llevamos al escenario y dijimos sí, acá también tenemos chamamé. Este año fuimos por más y pensamos en mostrar la cumbia santafesina. Creemos que es otra apuesta bastante innovadora. Llevar la cumbia es marcar una trascendencia importante, es ponerla como una identidad santafesina”, opinó Alejandra Bustos, directora de la delegación en diálogo con Rosario/12.

El despliegue santafesino se dará el domingo 29, en la noche de clausura donde actuarán artistas convocantes como Franco Luciani y Abel Pintos, y en el marco de las “Postales de Provincia”, una sección del Festival en la que cada territorio muestra su identidad cultural, aquelllo con lo que quiere dejar su impronta, su expresión que lo identifique. “Lo que nosotros queremos decir con este espectáculo es que la cumbia santafesina es nuestro folklore”, expresó quien asume con ésta, su segunda experiencia en el equipo del Ministerio de Cultura, antes como asistente de dirección y ahora al frente de la propia delegación junto con Renzo Cremona.

Imágenes, música y danza serán los pilares de una presentación que, entre otros nombres, también tendrá a Ramiro Sorrequieta en vestuario, diseño y confección de trajes, y a Iván Tarabelli y Vanesa Baccelliere a cargo de la música. “Iremos por una puesta que muestre cómo surgió la cumbia santafesina, la contaremos a través de todos los recursos que tenemos”, anunció la directora en un parate de los ensayos que se llevan a cabo en Rosario.

El cuerpo de baile de 38 miembros fue conformado a partir de una convocatoria pública de la que participaron más de trescientos artistas provenientes de todas las regiones de la provincia, lo que muestra la expectativa y deseo por sumarse a una delegación con historia y peso específico que, a lo largo de los últimos quince años, supo ganarse lugares centrales y respeto, en las más convocantes noches de la grilla del festival cordobés.

“Estamos muy contentos con la convocatoria y con esta delegación que se va armando porque se buscó llegar a todos los rincones de la provincia”, mencionó la directora antes de subrayar que con la misma se generó “pertenencia y oportunidades” sin importar a la distancia que cada interesado estuviera de los grandes centros urbanos: “Hoy hay artistas de pequeñas localidades que pudieron llegar y estarán en Cosquín”.

La delegación santafesina que se presentará en Cosquín.

“Nosotros -continuó Bustos- somos chamamé pero también cumbia. Una banda como Los Palmeras, con 50 años de trayectoria, se convirtió en una expresión atemporal de la historia provincial. ¿Cuál es la única danza que bailamos todos alguna vez desde que somos pequeños? Estoy segura que es la cumbia. Ella nos sucede a lo largo y ancho de la provincia, es una marca de lo popular, lo espontáneo, lo que nace en las rondas familiares”.

No es la primera vez que una delegación oficial de Santa Fe elige a la cumbia como marca de su identidad cultural. “Orgullo santafesino: de la Trova a la cumbia”, en 2016, fue el título del espectáculo que se montó en la sexta luna del 56° Festival con una concurrencia y efusividad popular pocas veces vistas en la tradicional Plaza Próspero Molina.

No obstante, el actual espectáculo tendrá como hilo narrativo la búsqueda por historizar sobre la cumbia a través de puntos que responden a distintos momentos en el surgimiento del género: “La poética de la puesta empieza con el recorrido de esos lugares que le dieron nacimiento haciendo un pasaje por el tango, el chamamé, el paso doble, los ritmos enlazados, transitando un movimiento muy importante como la cumbia colombiana traída por el Sexteto Imperial y Los Wawancó. Todo eso pasará al principio, entre las pantallas y los cuerpos. Mostraremos ese bagaje musical y de percusión con una obra compuesta por Iván Tarabelli”.

Más tarde, como anticipó Bustos, el espectáculo abrirá una sección que mostrará cuál fue el primer ícono: “La aparición de la guitarra eléctrica como instrumento que marca una diferencia con la colombiana. Por eso hablaremos de Juan Carlos Deni, uno de los pioneros que incursiona con Los del Bohío”.

Apostando por lenguajes musicales como posibilitadores de encuentros y del sentir de una cultura, el paso de la delegación por el Atahualpa Yupanqui -que tendrá una duración de unos treinta minutos-, continuará con reversiones de temas icónicos del rock nacional: “Ahí Los Palmeras hicieron un disco con temas como “La Bestia Pop”, “Ji Ji Ji”. Era un momento donde todo se hacía cumbia”, recordó Bustos. Y a modo de adelanto contó que la última parte del espectáculo mostrará un bloque “más sureño donde recordaremos a Leo Mattioli y Dalila, con un movimiento de cumbia más enlazada”, para luego pasar revista por el Grupo Cali, Sergio Torres y Mario Pereyra. Y terminar con un homenaje a Los Palmeras de la mano de Los Palmae, grupo compuesto por los hijos de los miembros del legendario conjunto.

–¿Cómo vienen los ensayos?

 –Muy bien. Tuvimos la posibilidad de capacitarnos con gente que sabe mucho de cumbia, con personas como Federico Bogado,  de Villa Gobernador Gálvez, que está haciendo una investigación muy profunda sobre el tema. Porque queremos mostrar la puesta no solamente desde un proceso de danza y coreografía sino también desde un análisis mucho más profundo sobre la temática que se ve enriquecida por esta diversidad cultural que trae cada bailarín desde su lugar.

–¿Qué te preguntan sobre el festival? ¿Cómo les vibra Cosquín? ¿Cómo imaginan ese escenario?

Es muy hermoso ver la ilusión de estos chicos y chicas. Es una ilusión muy grande que se ve también en la convocatoria de más de trescientas personas que quisieron estar aquí ensayando. Fuimos a Reconquista, al norte de la provincia, conocimos chicos que, simplemente para estar en la audición, tomaron dos colectivos, caminaron ocho kilómetros. Uno de los bailarines, que es de Villa Minetti, viaja nueve horas cada vez que ensayamos para estar presente. Se percibe el sueño de estar ahí, en ese escenario, arriba del mayor de Cosquín. Estar y pertenecer, representando a nuestra invencible de Santa Fe que es un orgullo.