Los bancos centrales y las entidades reguladoras del sistema financiero comenzaron enero con nuevos detalles de su hoja de ruta vinculada a la tecnología para 2023. El Banco Popular de China y la Reserva Federal de Estados Unidos, quienes lideran la agenda de trabajo para el resto del mundo, realizaron la semana pasada declaraciones importantes sobre el futuro de las monedas digitales y las criptomonedas.
El Banco Popular de China hizo una presentación de las prioridades para este año y adelantó que uno de sus objetivos será promocionar y potenciar los desarrollos del yuan digital. Aunque no se encuentra lanzada oficialmente, las pruebas de la moneda digital de China avanzan a paso firme.
Los datos publicados hasta octubre del año pasado muestran que el yuan digital permitió procesar más de 360 millones de operaciones en 15 regiones de la potencia asiática y fue una solución de cobro para más de 6 millones de comercios. Se movieron volúmenes equivalentes a miles de millones de dólares y en pocos años lo usarán 1000 millones de personas.
Regulación
El Banco Central de China se encuentra adelantado varios pasos a la Reserva Federal de Estados Unidos, al haber anunciado hace más de dos años regulaciones fuertes para controlar el negocio de las criptomonedas. Luego las prohibió en forma absoluta y apostó plenamente por desarrollar tecnología para masificar su propia moneda digital.
Las regulaciones de China ocurrieron en pleno boom del bitcoin. Si bien fueron criticadas en Occidente, con el diario del lunes resultaron una jugada estratégica para resguardar la estabilidad del sistema financiero. Los controles se anticiparon a la caída de los colosos del sector, que implicaron una pérdida de capitalización del Bitcoin y Ethereum cercana al 70 por ciento.
El año pasado, la industria de las criptomonedas sufrió su primer gran golpe con la debacle del proyecto Terra Luna, en el que se esfumaron 40 mil millones de dólares en pocos días. Pero ese fue sólo el primer golpe.
Le siguieron el cierre de grandes fondos de inversión, la quiebra de empresas dedicadas a la minería de bitcoin y, casi al final de 2022, la frutilla del postre: la segunda exchange más importante de la industria terminó en la bancarrota, con su director ejecutivo preso y acusado de estafa premeditada.
Estos eventos fueron los que terminaron recién ahora de impulsar a la Reserva Federal de Estados Unidos a endurecer la postura y dar pasos para controlar las actividades del sector. La semana pasada, la Fed divulgó una comunicación en Washington en la que alertó por “los riesgos de fraude entre los participantes de criptoactivos, las incertidumbres legales relacionadas con prácticas de custodia, redenciones y derechos de propiedad y las divulgaciones inexactas o engañosas por parte de empresas de monedas digitales”.
La principal preocupación de la autoridad monetaria norteamericana ahora es evitar que los riesgos vinculados al sector de las criptomonedas terminen migrando al sistema bancario. Por ello pidió a las agencias de supervisión de las entidades financieras que se vuelvan inflexibles para dar la aprobación a un plan de negocios de un banco para un proyecto de criptoactivos.