Desde Mar del Plata
Fue una semana distinta para Daniel Scioli. Antes de vivir días intensos, que prometen tenerlo como uno de los protagonistas de la agenda de Gobierno con la llegada al país de Lula da Silva para firmar un ambicioso acuerdo de integración bilateral, el embajador argentino ante Brasil se hizo un tiempo para disfrutar de Mar del Plata, del sol de temporada y, sobre todo, del “calor” de la gente. Se sabe que Scioli elige a “La Feliz” cada vez que puede, pero la visita de estos días tuvo un claro tono de campaña. El año electoral recién da sus primeros pasos y, mientras la búsqueda de nombres sólidos urge al Frente de Todos, el hombre que supo ganarse la confianza de Alberto Fernández aprovecha para levantar el perfil y hacerse fuerte en la puja por las candidaturas.
Públicamente y frente a cualquier micrófono, el exgobernador de la Provincia de Buenos Aires y exvicepresidente de Néstor Kirchner niega cualquier intención con vistas a agosto y octubre. Hasta cambia la cara cuando se lo preguntan: dice estar “absolutamente enfocado” en el presente, en la gestión. Hay gestos, sin embargo, que hablan por sí solos y demuestran que también lo ocupa el futuro de las elecciones.
La gira, día por día
A Mar del Plata llegó el miércoles pasado a la tarde y lo cierto es que no hubo mejor momento para el desembarco: fue el primer gran día que regaló enero, con un calor digno de 30 grados. La playa, por supuesto, se lucía espléndida y explotaba de turistas. Y Scioli vio la oportunidad: una vez instalado en el Hermitage, se calzó la malla, las ojotas, agarró una toalla y bajó a la Bristol, que se ubica a muy pocos metros del hotel.
Al embajador no solo lo acompañó el buen clima de verano sino una gran cantidad de veraneantes que se acercó a saludarlo y pedirle una foto. "¡Gracias querida Mar del Plata por el amor de siempre! Feliz de compartir en la Bristol un momento inolvidable con familias de todo el país", fue el posteo que pronto lanzó a sus redes, después de las numerosas muestras de afecto que dice haber recibido en una de las playas más populares.
El “Bristol test”, como llaman en su entorno al “rito” inaugural de temporada, fue todo un éxito: superó las propias expectativas del excandidato a presidente, con un saldo de imagen muy positivo. “La verdad que no sé qué ministro podría tener una bienvenida así. Pero es lógico que esto le pase a Daniel: hoy, por el trabajo en la embajada, solo trae inversiones y buenas noticias, y eso la gente lo ve”, analiza uno de sus estrechos colaboradores.
Otra situación similar se dio horas después, con la recorrida por el Shopping Aldrey, emplazado en el mismo edificio donde históricamente funcionó la vieja terminal de ómnibus de Mar del Plata, a metros de la exclusiva zona comercial de la calle Güemes y del corredor gastronómico de la calle Olavarría. “Terminamos más tarde de lo que pensábamos. Cuando ya nos íbamos, siempre llegaba a alguien más por una foto”, asegura otro de los hombres que participó de la actividad.
Scioli también se mostró -durante el miércoles- por la Peatonal San Martín y fue a ver Carlos Rottemberg a su histórico complejo teatral de la calle Santa Fe. Hasta tuvo tiempo para reunirse con el intendente del PRO de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, y avanzar en gestiones para preparar en marzo una misión comercial con destino a San Pablo, que involucre a empresarios locales de la pesca.
El jueves, al embajador se lo pudo ver corriendo por Cabo Corrientes y al mediodía siguió de cerca las palabras de Alberto Fernández, quien anunció la extensión de la Asignación Universal por Hijo (AUH) junto a la marplatense Fernanda Raverta, la titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), en el emblemático edificio del Instituto Saturnino Unzué. El plato central del día fue el almuerzo que organizó el Presidente en Chapadmalal. Duró más de cuatro horas y en el menú, claro está, no faltó el intercambio por las elecciones.
Axel Kicillof, Gabriel Katopodis, Juan Manzur, Matías Lammens y Santiago Cafiero se sumaron a la mesa, y hubo una nutrida presencia de intendentes del interior bonaerense y del conurbano. Scioli participó activamente, aunque dicen que Fernández concedió mucho espacio para escuchar la voz de cada jefe comunal. “Se habló bastante de unidad; de cortarla con el fuego amigo”, resume uno de los comensales.
El embajador coronó el cierre de su “gira” con un fuerte gesto de apoyo por parte del ámbito privado. Después de recorrer el Puerto y encabezar una reunión de trabajo con armadores del sector, empresarios de la Asociación Langostinera Federal Argentina (Alfa) lo sorprendieron con la entrega de una placa a título de reconocimiento por sus gestiones para consolidar la inserción de la pesca marplatense en Brasil.
En Mar del Plata, principal puerto pesquero del territorio nacional, Scioli se jacta de haber reabierto las exportaciones de langostinos hacia el gran y atractivo mercado brasileño, después de nueve años sin actividad comercial entre ambos destinos. El dato no es menor si se tiene en cuenta que la estación marítima se encuentra entre las cuatro más importantes del país para la exportación de este producto. De hecho, las ventas de langostinos representan el 30 por ciento de los envíos por barco de la ciudad, siendo superadas solamente por el calamar congelado.
Siempre estuvo cerca
Antes de partir, el embajador en Brasil recibe a Página/12 en las instalaciones del Torreón del Monje y, con gran cautela, deja algunas definiciones para los meses que se vienen. “Yo hoy estoy haciendo lo que hay que hacer, con la responsabilidad que tengo, con la pasión que me conocen, con eso que aprendí en el deporte y que ahora me enseñó la Selección en el Mundial. Voy a estar donde tenga que estar y hacer lo que tenga que hacer cuando llegue el momento de las definiciones”, promete, y confirma su apoyo a una “gran PASO”: “Eso sigue vigente: la ley está y no se derogó. Así que no es una opción. Todos los candidatos van a tener que pasar por ahí”, avisa.
Scioli, además, dice que cualquier decisión electoral será consensuada con Alberto Fernández, reivindicando el rol del Presidente como jefe del oficialismo puertas adentro. “Cuando llegue el momento de tomar la decisión, dentro de lo que es mi espacio político y mi pertenencia el peronismo con espíritu frentista, conversaré de estas cosas en profundidad con el Presidente que es la persona con la que lo debo hacer”, sostiene, y recuerda, respecto de su última candidatura: “Yo siempre demostré mi compromiso, con el 49 por ciento de los argentinos que me acompañaron en 2015, donde muchos recuerdan a aquel debate histórico donde plantee una agenda de desarrollo. Después vimos las cosas que ocurrieron y que todos conocemos”.
El exministro de Desarrollo Productivo siempre se muestra a tono con el discurso presidencial y comparte la idea de alejar las disputas internas y unificar un claro mensaje al electorado, sobre cuál fue el punto de partida y cuál es el rumbo de la gestión. “En 2019, nos unimos y ganamos. En 2015, nos dividimos y perdimos. Hay que saber explicar de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos. Esa es la clave”, remarca.
“El Presidente ya lo dijo: algunos nos quieren hacer creer que está todo mal, que estamos en un país de cuarta, y no es así, se han logrado cosas, hay una recuperación económica sostenida y los problemas se están enfrentando”, apunta Scioli, y avisa: “Yo acá estoy para ayudar y hacer lo que tenga que hacer. Es cierto: parece que estoy lejos, en Brasil, pero estoy más cerca y con los pies más que nunca en Argentina”.