El año es 1979. Un grupo de cazadores de nazis judíos tiene localizado a Adolf Hitler. ¿Dónde podrían estar escondido el máximo villano del siglo XX? En la Argentina, por supuesto, disfrutando de su retiro junto a Eva Braun (Lena Olin). Así de provocador y sugestivo es el planteo de la segunda y última temporada de Hunters (a estrenarse el próximo viernes por Prime Video). La producción de Jordan Peele no hace otra cosa que empalmar Munich con Bastardos sin gloria en un estilizado thriller de espionaje que usa sus ambigüedades históricas como trampolín narrativo.
En estos ocho episodios hay dos grandes líneas argumentales. La más relevante es la búsqueda del más infame de los criminales de guerra a cargo del equipo capitaneado por Jonah Heidelbaum (Logan Lerman). La otra hurga en el pasado de Meyer Offerman (Al Pacino) tras la explosiva revelación de su identidad al final de la primera temporada. Lo que reverbera aquí, según David Weil, es el ajuste de cuentas con la Historia. “Creo que ese fue el mayor atractivo, es el cumplimiento de los deseos y también la catarsis”, dijo el creador de Hunters.