El historiador brasileño Marco Aurélio García, uno de los más influyentes diplomáticos latinoamericanos de las últimas décadas como asesor de Asuntos Internacionales en los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, falleció ayer a los 76 años víctima de un infarto, según informaron fuentes políticas.
Profesor residente del Departamento de Historia de la Universidad Estatal de Campinhas, García fue encontrado muerto alrededor del mediodía ayer, en su residencia de Praça de República, en San Pablo. Nacido en la ciudad de Porto Alegre en 1941, sufría desde hace unos años de problemas cardíacos que en el 2013 se agravaron y llevaron a sus médicos a realizarle una delicada operación de corazón, en la que le fueron colocados dos puentes de safena y dos arteriales. La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hofman, afirmó que Marco Aurélio fue víctima de un infarto fulminante.
Durante las gestiones de Lula y Rousseff, García fue un hombre clave en la política exterior de Brasil y muy en especial en todo lo relacionado con América Latina, una región a la que dedicó buena parte de sus estudios y su vida política. Estudió Derecho y Filosofía y se inició en la política en su juventud, cuando se vinculó a los comunistas que dominaban los centros universitarios de Porto Alegre, y en tiempos de la dictadura militar se exilió en Francia, ejerciendo el profesorado de Historia en las Universidades de Paris VIII (Vincennes) y Paris X (Paris Nanterre), y participó en los movimientos de mayo de 1968. Regresó luego a Brasil para salir al exilio nuevamente y residió en Uruguay, Chile (donde enseñó en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), Argentina, México, hasta que retornó a su país en 1979, con una apertura política promovida por la dictadura.
García participó en 1980 en la fundación del PT junto a Lula y también fue uno de los promotores del Foro de Sao Paulo, que congrega a organizaciones de izquierdas de América Latina. Su protagonismo en la política exterior del gobierno de Lula en todo lo relativo a América Latina y su amistad con muchos de los líderes regionales de la época llevó a que muchos lo tildaran de “canciller en la sombra”, frente a lo cual siempre dijo que no era más que un mero colaborador del presidente.
Fue, sin embargo, un importante mediador en conflictos que ya entonces enfrentaban al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez con la oposición o en diversas negociaciones de paz intentadas con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). También fue uno de los promotores del Foro Social Mundial, una de las últimas grandes experiencias de la izquierda internacional y que fue plataforma de muchos de los líderes latinoamericanos del arco socialista que llegaron al poder en los últimos 15 años. Además, en su papel de Asesor Especial de la Presidencia, tuvo que desactivar crisis con sus compañeros regionales, como por ejemplo cuando el presidente boliviano Evo Morales aumentó en casi un 300 por ciento el precio del gas exportado a Brasil.
Además, “El profesor García”, como se lo conocía en Brasilia, fue uno de los hombres que llevaron de frente la política de realineamiento Sur-Sur impulsada por Lula, junto al canciller Celso Amorim. “Tuvimos una asociación perfecta”, afirmó Celso Amorim. “García era un hombre de razón y principios. Fiel a sus ideas y a sus amigos. (Su fallecimiento) es una pérdida enorme para el país, en momentos en que faltan estadistas y sobran intereses”, agregó.
El fallecimiento de García se produce en un momento complicado para Lula, condenado por corrupción, y para el PT, sacudido por la destitución de la ex presidenta Dilma Rousseff por el Congreso y por su contundente derrota electoral en las municipales de octubre del 2016. “La muerte del profesor Marco Aurélio García, un querido amigo, es sumamente dolorosa. Disfruté mucho de su compañía hace tres semanas. Conversamos sobre la vida y los momentos terribles que el país atraviesa”, escribió Rousseff en un comunicado. En protestas convocadas ayer en apoyo a Lula se observó un minuto de silencio en honor del difunto.
García estuvo la semana pasada en la sede del PT, en el acto de solidaridad con el ex presidente Lula. En una entrevista reciente, criticó la “judicialización de la política” que se da en Brasil, en especial contra el ex mandatario. Acusó puntualmente al juez Sérgio Moro de esa campaña para impedirle a Lula presentarse a las elecciones del 2018, por lo que, a su juicio, debería ser inhabilitado para seguir con ese juicio. “Moro violó prácticas legales, violó el secreto de comunicación cuando difundió a la prensa, después de autorizar la (escucha de la) conversación de Lula con la mandataria (Dilma Rousseff) y sufrió cuando mucho un tirón de orejas muy blandito del Tribunal Supremo Federal”, precisó.