El hermano de Emanuela Orlandi, desaparecida en el Vaticano desde 1983, destacó este martes la decisión de la Santa Sede de volver a investigar qué sucedió con la joven, quien entonces tenía 15 años. Con varios cierres y reaperturas de la causa judicial, el caso ha generado a lo largo de estas cuatro décadas una gran repercusión en Italia y el resto del mundo.
"Quiero andar con cuidado, pero el hecho de que la autoridad vaticana haya abierto una investigación es una buena noticia para mí", dijo a Télam Pietro Orlandi, respecto a la reapertura de la causa anunciada ayer por el Vaticano.
Pietro considera que se trataría de la "primera investigación vaticana seria", que involucrará el análisis de documentos de la Santa Sede. "No veo la hora de ser citado por los magistrados. Me llama la atención una reapertura repentina. Pero si es por el impulso del papa Francisco, que así sea", expresó el hombre.
El fiscal del Vaticano, Alessandro Diddi, decidió este lunes la reapertura de la causa "sobre la base de los pedidos hechos por la familia en varias sedes", contó a Télam el director de la oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
En 2020, la Justicia vaticana había archivado las investigaciones sobre la presunta sepultura dentro del Vaticano de la joven desaparecida, recientemente recordada en una miniserie de Netflix llamada "La chica del Vaticano". Según las autoridades de la sede central de la Iglesia Católica, en ese momento "se cerraba uno de los capítulos de la triste historia, en la que habían ofrecido desde el principio la más amplia colaboración".
Investigación
Emanuela estudiaba música en la Escuela Tommaso Ludovico Da Victoria, del Instituto Pontificio de Música Sacra, e integraba el coro de la iglesia Sant'Anna dei Palafrenieri. Su papá, Ercole Orlandi, trabajaba en la Prefectura del Vaticano.
La causa judicial fue cerrada y reabierta varias veces, pero cobró impulso a partir del escándalo Vatileaks. Así, luego de la renuncia de Benedicto XVI en 2013, cuatro testigos se presentaron a declarar, alimentando nuevamente las distintas hipótesis sobre la desaparición de la adolescente.
En octubre de 2018, aparicieron huesos humanos en la nunciatura de la Santa Sede, pero los peritos finalmente descartaron la posibilidad de que los restos pertenecieran a Orlandi.
En julio de 2019, el Vaticano autorizó la apertura de dos tumbas del Cementerio Teutónico, situado entre la Basílica de San Pedro y la sala de audiencias Pablo VI, tras una fase de investigaciones en la que el fiscal del Vaticano, Gian Piero Milano, buscó "reconstruir las etapas de este largo, doloroso y complejo caso".
Según los investigadores, en los sarcófagos debían estar enterradas las princesas Sofía von Hohenlohe y Carlotta Federica de Mecklenburgo, pero en realidad se encontraban vacíos. "Me esperaba cualquier cosa pero no que las dos tumbas estuvieran vacías", dijo posteriormente el hermano de la joven desaparecida.
Al finalizar ese mes, se realizó otra excavación en un osario del "cementerio alemán" donde se hallaron "centenares de huesos", pero "ninguna estructura ósea que se remonte al período posterior a finales de 1800".
La familia Orlandi había solicitado las excavaciones, luego de que su abogada, Laura Sgrò, recibiera una carta anónima con una foto de una tumba acompañada por la frase "Busque donde indica el ángel". El ángel de la imagen sería uno tallado en mármol con la inscripción "Descanse en paz", ubicado en el mencionado cementerio.
Las hipótesis
Una de las hipótesis más fuertes en torno a la desaparición de Emanuela involucra a Enrico De Pedis, integrante de la mafia italiana, quien habría secuestrado a la adolescente por un "venganza" contra el Vaticano, debido a la pérdida millonaria que causó la estrepitosa caída del Banco Ambrosiano, en 1982.
En su declaración, la expareja de De Pedis detalló que él habría asesinado a Emanuela por orden de Paul Marcinkus, ex director del citado banco. Asimismo, el testimonio de un vigilador del Senado italiano habría ubicado al mafioso en el lugar donde se vio por última vez a la joven.
Otra hipótesis tuvo en cuenta las llamadas anónimas que recibió la familia de Emanuela luego de su desaparición. Las mismas aseguraban que la chica había sido secuestrada por un grupo terrorista turco y que, a cambio de su liberación, pedían liberar a Mehmet Ali Ağca, quien disparó contra Juan Pablo II en 1981.
Desaparición
El 22 de junio de 1983, Emanuela Orlandi debía asistir a su clase de flauta en la Escuela Tommaso Ludovico Da Victoria y le había pedido a su hermano Pietro que la acompañara, pero él no pudo porque tenía otros compromisos.
Según los testimonios de familiares, antes de llegar a la escuela, la adolescente fue abordada por una representante de una marca de cosméticos por un ofrecimiento laboral. Esto también fue declarado por una de sus compañeras, Raffaella Monzi, a quien Emanuela le había comentado la situación una vez que salieron de clase.
Algunos testigos señalaron que, mientras la chica aguardaba el colectivo rumbo a su casa, una persona desconocida se le acercó. Acto seguido, la joven se habría subido a un auto BMW color oscuro. Desde entonces se le perdió el rastro.
Informe: Karla Góngora.